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Al saltar al terreno del crecimiento económico, México debe revisar bien su estrategia para sacarle provecho a los cambios que presenta el mercado energético.
La reforma energética es, en la opinión de expertos del sector privado y autoridades gubernamentales, la contienda que el país debe asegurarse de ganar para obtener la inversión necesaria en este sector e impulsar su crecimiento económico.
Sin embargo, México no es la única economía de su categoría que compite en este nuevo entorno energético, así que el país debe asegurarse de aprovechar sus recursos y fortalezas.
Alineación tricolor
El atractivo del mercado energético mexicano se puede resumir en cinco cartas fuertes que lo distinguen de la competencia:
> Aguas profundas
El Golfo de México es un gran atractivo para los inversionistas, y a la vez un enorme reto.
Para extraer el petróleo en aguas profundas se necesita experiencia y desarrollo tecnológico. Mientras que en el lado estadounidense del golfo se han perforado 137 pozos, en México, solo 6.
> Boom del shale
Además de tecnología, para conseguir gas y petróleo shale se requiere gran cantidad de agua. El problema es que las regiones donde existen estos yacimientos carecen de acceso adecuado al agua.
También se debe lidiar con el impacto ambiental.
> Pozos tradicionales
Estos yacimientos son los más atractivos por su alta rentabilidad y poca inversión en tecnología.
Expertos coinciden que la mayoría de ellos sean explotados por Pemex y que el mercado se abra a los extranjeros en los sectores de difícil acceso. En septiembre se dará a conocer la lista de yacimientos que la paraestatal podrá adjudicarse.
> Electricidad
El sector industrial es el motor de las exportaciones nacionales y sus costos se ven afectados por el precio de la electricidad.
Actualmente, el precio de la electricidad en México es casi el doble que en Estados Unidos, pero inversiones estratégicas podrían comenzar a revertir la tendencia.
> Carga fiscal
Los impuestos para las empresas en la reforma oscilan entre el 50 y 75 por ciento, lo que es considerado como una carga impositiva competitiva.
Se ha propuesto que la tasa de Pemex disminuya con el tiempo del 79 por ciento actual, hasta el 65 por ciento en 10 años.
La competencia de México
Fuera de la revolución energética en el resto de Norteamérica, México se enfrenta a un entorno en donde debe de aprender de los aciertos y errores de sus competidores.
Colombia
> Emprendió una reforma liberal de su paraestatal Ecopetrol en el 2003, buscando volverla más autónoma y competitiva y acelerar sus actividades exploratorias. Esto le permitió mejorar su producción y ganancias.
> Parte de sus funciones estatales pasaron a ser desempeñadas por la recién creada Agencia Nacional de Hidrocarburos.
> Su producción petrolera es hoy casi el doble de la registrada hace ocho años.
Venezuela
> La industria de gas natural fue nacionalizada en 1971, seguida de la petrolera en 1976 a través de la creación de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
> A partir del 2001, el gobierno emprendió una “renacionalización”, incrementando la influencia gubernamental sobre PDVSA e imponiendo mayores gravámenes sobre la paraestatal.
> Entre el 2006 y el 2013, la producción petrolera de Venezuela cayó más de 21 por ciento.
Irán
> La Compañía Nacional de Petróleo de Irán (CNPI) se encuentra bajo el control del gobierno iraní desde la revolución de 1979.
> Sanciones comerciales han limitado severamente la participación internacional de CNPI en los mercados energéticos.
> Este año, el presidente de Irán, Hassan Rouhani, abrió la invitación a invertir de nuevo en su país tras el levantamiento de algunas sanciones, acaparando atención durante el Foro Económico Mundial.
Iraq
> La violencia e inestabilidad en algunas de las principales áreas productivas del país causó un incrementó de 4 por ciento en el precio del crudo Brent hace dos semanas.
> Disturbios similares en la región podrían causar alzas similares en el mediano plazo.
> Históricamente, las tensiones geopolíticas en Medio Oriente son eje central del mercado energético mundial. Una crisis mal manejada por Estados Unidos puede tener repercusiones con el petróleo mexicano.
