Krispy Kreme reporta uno de sus mejores resultados en los últimos años en gran parte gracias a su expansión en Latinoamérica. Dentro del número de franquicias que tiene en todo el mundo, México registra el mayor número de tiendas con casi el 20 por ciento de Krispy Kreme internacional.
Sin embargo, mientras que la vendedora de donas reporta el valor más alto de sus acciones en los últimos 9 años, el gobierno federal la mantiene en la mira de su reforma fiscal y el aumento de impuestos.
El mercado mexicano puede representar en el futuro más de un problema para la empresa estadounidense debido a que el gobierno ha levantado una cruzada fiscal en contra de la comida chatarra.
El pretexto oficial es el combate a la obesidad, pero los resultados esperados han sido fuertemente debatidos.
Hasta la fecha, la definición más clara de comida chatarra del gobierno federal ha sido aquella que tiene “alto contenido calórico”, por lo que todavía se desconoce el verdadero alcance del nuevo impuesto que, en principio, entrará en vigor a partir del siguiente año.
En pleno auge
La empresa ha optado por diversas estrategias de publicidad que le han dado el impulso necesario para salir adelante.
Krispy Kreme utilizó el crecimiento económico de países en desarrollo, sobre todo los latinoamericanos.
Primero estableció que las tiendas se reducirían (aproximadamente la mitad de su concepto tradicional), para dejar a un lado las tiendas mayoristas, pasar a un enfoque minorista y hacer la marca más accesible al cliente.
De esta forma se les ha hecho más fácil su expansión global, al punto de que anunciaran que para el 2017 piensan llegar a las 900 tiendas, de las cuales 128 estarían en México.
Otra estrategia es intensificar su oferta de café, para aumentar su porcentaje de ventas en bebidas del 12 al 20 por ciento. México es una de las operaciones más fuertes a nivel mundial de la empresa, con crecimiento del 30 por ciento en sus ventas del año pasado.