Recortan pronóstico
México inició el año con el pie izquierdo. Con tan sólo un mes y medio del 2015 transcurrido, la mayoría de analistas se han visto obligados a revisar a la baja sus expectativas de crecimiento económico.
El último en bajar su pronóstico fue el Banco de México (Banxico), que ayer redujo su previsión de crecimiento a un rango de entre 2.5 y 3.5 por ciento, desde su previa estimación de 3 y 4 por ciento.
Rodrigo Carbajalhttp://youtu.be/qp6eESDMQwc
México inició el año con el pie izquierdo. Con tan sólo un mes y medio del 2015 transcurrido, la mayoría de analistas se han visto obligados a revisar a la baja sus expectativas de crecimiento económico.
El último en bajar su pronóstico fue el Banco de México (Banxico), que ayer redujo su previsión de crecimiento a un rango de entre 2.5 y 3.5 por ciento, desde su previa estimación de 3 y 4 por ciento.
Mediante una conferencia de prensa, el gobernador de Banxico, Agustín Carstens, aseguró que los principales riesgos externos que han afectado la política monetaria del país son la caída internacional del precio del petróleo y la expectativa de alza de tasas de interés por parte de las autoridades monetarias de Estados Unidos.
En cuanto a los factores internos que presionan a la economía, Carstens destacó la caída en la confianza de los consumidores y la debilidad del consumo como de los principales retos del país.
Pero no sólo Banxico observa una situación complicada para este año. La mayoría de los analistas privados también recortaron sus pronósticos de crecimiento bajo la misma línea de argumentación que el banco central.
Mañana se dará a conocer la cifra oficial de crecimiento que México experimentó el año pasado y se espera que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público revise sus expectativas para este año, por lo que los mercados estarán al pendiente.
Recorte de gastos
Las últimas intervenciones de miembros de la junta de gobierno de Banxico señalan que el entorno externo se ha complicado para el país.
La debilidad de la demanda global, la caída de los precios de las materias primas y la volatilidad financiera generada por la normalización de política monetaria de la Reserva Federal amenazan a la economía mexicana.
La respuesta del gobierno fue un recorte de 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto al gasto público para asegurar la estabilidad macroeconómica. La mayoría del recorte será absorbido por Pemex y CFE. Además, Banxico insiste en que el impacto es marginal dado que gran parte del recorte contempla gasto corriente.
Sin embargo, las perspectivas de crecimiento de la economía se han deteriorado desde entonces. Aún sin el anuncio del recorte, durante el tercer trimestre se registró una moderación al ritmo de crecimiento de la mayoría de los sectores económicos.
El recorte y el discurso defensivo de Banxico apuntan a recuperar la confianza de los inversionistas en el país y a prevenir un choque en las cuentas externas.
Caída del petróleo
Un tercio del presupuesto mexicano depende de los ingresos petroleros. La caída en los precios y la producción de crudo en el país comprometieron las finanzas públicas del Estado.
No obstante, éste no es el único frente afectado. La entrada de nuevas inversiones está condicionada por esta nueva coyuntura petrolera.
En enero, la Secretaría de Economía refirió que entre 2015 y 2018 el país recibiría alrededor de 50 mil millones de dólares en inversión extranjera directa derivada de la reforma energética.
Sin embargo, la caída en los precios del petróleo han mermado los planes de inversión de las grandes firmas energéticas del mundo. Por lo tanto, analistas dudan del éxito que tendrá la Ronda Uno, dónde la Secretaría de Energía licitará los campos petroleros a explotar.
Ante la debacle petrolera, el único faro de crecimiento de México yace en el sector exportador, impulsado por la recuperación de Estados Unidos. De los flujos de inversión extranjera directa que entraron a México entre enero y septiembre del 2014, el 60 por ciento corresponden a manufacturas.
Reformas y confianza
Las reformas estructurales se emprendieron para que la economía mexicana pudiera alcanzar un mayor potencial de crecimiento. En su momento, el gobierno federal expresó que México comenzaría a crecer a tasas de alrededor de 5 por ciento anual gracias a las reformas.
Actualmente, los pronósticos de crecimiento para el país de este año y el siguiente aún distan del augurio gubernamental.
En cambio, el gobierno enfrenta un nuevo escenario relativo a cuestionamientos sobre corrupción y confianza pública.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda, dijo al diario Financial Times que no se trata únicamente de reformar. Expresó que se necesita atender lo que es realmente importante para la sociedad mexicana, que va más allá de la corrupción y que consiste en resarcir la confianza en el país.
El IMEF cita a “la corrupción que impacta a los inversionistas” como uno de los factores que motivaron a recortar el pronóstico de crecimiento de México de 3.4 por ciento a 3.1 por ciento. En ese sentido, explica que la expectativa de crecimiento dependerá de medidas como la implementación de un nuevo sistema anticorrupción.