El hecho de que se hayan equivocado los pronósticos estimados durante el año pasado, en donde se proponía una caída en gran parte de la actividad productiva internacional, además de una recesión en la economía más grande del mundo, obliga a replantear la forma en que se está analizando la realidad económica actual.
Hace poco más de un año organismos internacionales como el Banco Mundial proponían que “el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial en 2023 y una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo”, cuestión que no sucedió.
Aunque no es la primera vez que, desde analistas financieros, hasta agencias calificadoras, erran en sus estimaciones, esta ocasión invita a que en un ejercicio de autocrítica el ecosistema de análisis económico, financiero y comercial busque redimensionar el escenario que se vive, justo para poder comprenderlo de manera correcta ante un panorama lleno de incertidumbre, considera Everardo Elizondo, ex subgobernador del Banco de México.
“Las fallas en los pronósticos del 2023 inducen a la humildad, es decir, nos equivocamos, esa fue la verdad; allá por finales del 2022 establecimos escenarios base que incluían una alta probabilidad de que se diera una recesión en Estados Unidos, cuestión que simplemente no sucedió; por lo que, ahora, los analistas lo que están haciendo es proponer una desaceleración”, explica Elizondo en su participación durante la presentación del Panorama Económico y Político de México, 2024, de EGADE Business School y la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.
Al respecto, como producto de los efectos generados por la postura monetaria restrictiva implementada por diversos bancos centrales para combatir las presiones inflacionarias que han afectado la calidad de vida de las personas alrededor del mundo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimaba que el crecimiento económico mundial para 2023 sería inferior al promedio histórico de sus registros.
No obstante, al menos dentro de la región norteamericana los resultados han sido distintos; destacando que la economía estadounidense ha demostrado la suficiente fortaleza para escapar del escenario recesivo y el caso mexicano que, con un mercado laboral registrando mínimos históricos en desocupación y un consumo interno que ha superado las expectativas, se perfila a cerrar un año creciendo al tres por ciento, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
¿Qué rompió los pronósticos de organismos, analistas y calificadoras?
Los efectos de la estrategias fiscales y monetarias que implementaron diversos gobiernos para hacerle frente a los estragos ocasionados por la pandemia continúan generando un impacto positivo que ha impulsado la economía en general, cuestión por la cual no se han logrado concretar las condiciones que darían pie a un escenario negativo global, en términos económicos, explica a Reporte Índigo Janneth Quiroz, directora de análisis económico, cambiario y bursátil en Monex.
“De alguna manera se genera un paradigma, considerando que lo que nos dice la teoría económica es que, ante un aumento en la tasa de interés, lo que se estaría afectado es la demanda agregada, cuestión que hace todo sentido; y aunque no ha sucedido, lo que estamos esperando ahora es un aterrizaje suave, tal como lo ha expuesto la Reserva Federal”, señala Quiroz.
Dichos estímulos se reflejan en el hecho de que, por ejemplo, la confianza del consumidor estadounidense ha recobrado el optimismo de cara a 2024 según las mediciones elaboradas por The Conference Board, gracias a una mejor percepción en el clima de negocios que se vive al interior de su país y el estado actual de su mercado laboral; un escenario similar al nacional, donde la percepción de la ciudadanía sobre las condiciones de su consumo se encuentran en los niveles más elevados de las últimas décadas, calcula Inegi.
Sin embargo, la persistencia de las presiones inflacionarias se perfila a ser el principal obstáculo para que, en el caso de las economías antes mencionadas, la tendencia positiva se prolongue, ya que ambos escenarios cerraron el año con los indicadores que miden el encarecimiento de sus precios en bienes y servicios al alza.
No fue falla, es cuestión de tiempo para que se materialicen los riesgos
La directora de análisis económico, cambiario y bursátil en Monex considera que, más que una equivocación en términos de los pronósticos establecidos para 2023 por analistas financieros, organismos internacionales y hasta agencias calificadoras, se trata de un desfase respecto al momento en que las altas tasas de interés comiencen a generar un impacto negativo en la actividad productiva, por lo que un pronóstico adverso aún se contempla como un escenario base.
“Esperamos un efecto negativo en la economía global a consecuencia del panorama monetario restrictivo, creo que en eso coincidimos todos, aunque considero que se retrasó, lo más probable es que no veamos una recesión, pero no lo descontamos; vimos como el año pasado algunos bancos regionales quebraron y ahí se pensó que pudo detonar una crisis generalizada y, aunque se contuvo, como ese pueden surgir otros eventos a raíz del panorama que vivimos”, advierte Quiroz.