El común denominador que une a la población desde México, hasta Argentina, es la desigualdad. Foto: Especial

Una radiografía sobre América Latina y el Caribe, la región más desigual del mundo

Dentro de América Latina y el Caribe sucede la polarización de la riqueza más aguda de la que se tenga registro, lo que implica que el contraste entre las fortunas y la extrema pobreza se exprese como en ninguna otra parte del mundo

El otorgamiento de mayores concesiones económicas a la clase empresarial, y el establecimiento un sistema fiscal que le beneficia, han figurado como los factores de mayor relevancia para que Latinoamérica y el Caribe se consolide como la región con el contraste más agudo entre las extremas riquezas que se han logrado generar y las personas que menos tienen.

No es el idioma, la pasión por el fútbol o la creatividad de su gente; el común denominador que une a la población desde México, hasta Argentina, es la desigualdad que existe entre las personas que viven la expresión más amarga de la pobreza y quienes concentran las fortunas más grandes de sus países, como lo expone Econonuesta, el último informe de la organización Oxfam, en el que se da cuenta del estado actual de la polarización de la riqueza a nivel regional.

Al respecto, Diego Merla, coordinador de justicia fiscal en Oxfam México, comenta en entrevista para Reporte Índigo que los resultados de la investigación invitan a repensar el estado de la región ante un resultado en el que América Latina y el Caribe se consolida, por encima de África Subsahariana o Medio Oriente, como la de mayor contraste.

“Al comparar la riqueza que concentra el uno por ciento más rico, con lo que está en manos del 50 por ciento más pobre, el dato específico dicta que las personas con las fortunas más grandes, se hacen de 43.5 de cada 100 dólares que se generan al interior de todo el territorio latinoamericano, mientras que las que se encuentran empobrecidas en una mayor magnitud apenas alcanzan .8 de cada 100 dólares, un contraste de hasta 55 veces la magnitud”, expone Merla.

Y es que, la región vive una paradoja en la que mientras el 11 por ciento de las personas que habitan desde Ciudad Juárez, hasta la Patagonia, viven en condición de pobreza extrema, acorde a los datos de la  Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal); 98 “milmillonarios” acumulan una riqueza conjunta similar al Producto Interno Bruto (PIB) de Chile y Ecuador juntos, según Oxfam.

“Desde el 2000, el conjunto de fortunas de los milmillonarios se ha incrementado 368 por ciento, casi seis veces más rápido que el crecimiento de la economía en la región. Lo que equivale a 43.7 millones de dólares al día o 306 millones a la semana. Un trabajador con el salario mínimo promedio de la región tendría que trabajar 90 años para ganar lo mismo que gana un milmillonario latino-caribeño promedio en un solo día”, se lee en el informe.

El legado neoliberal detrás de las grandes fortunas de la región

El empoderamiento que las élites económicas de la región vivieron durante las últimas décadas al amparo de los gobiernos, y un sistema fiscal que ha operado a su favor, han establecido las bases para que las grandes fortunas de los considerados “milmillonarios” puedan ser hoy, más grandes que nunca,  explica el analista de la organización consultado por este medio.

Al respecto, destaca que la gran fortuna de América Latina y el Caribe, perteneciente a Carlos Slim, y que asciende a más de 100 mil millones de dólares, según cálculos de Forbes, encontró su mayor impulso en los tratos que logró concretar a lo largo de la década de los 90, específicamente con la adquisición de Teléfonos de México (Telmex), por ejemplificar.

“En lugar de estar pensando en otorgar más concesiones o beneficios fiscales para atraer más inversiones, hay que empezar a pensar en cómo mejorar el sistema tributario de la región para poder acceder a los recursos económicos que hacen falta para implementar los programas y acciones necesarios que permitan que los millones de personas que se encuentran en la pobreza salgan de ahí, y que la desigualdad deje de ser el sello de América Latina y el Caribe”, denuncia el coordinador de justicia fiscal en Oxfam México.

La necesidad de cambiar el paradigma económico y social de América Latina y el Caribe

La necesidad de crear un modelo económico y social que ponga al centro del análisis y de las acciones a la ciudadanía y las comunidades, de forma urgente, radica en que próximamente la región enfrentará dos grandes retos al mismo tiempo, la intensificación de los impactos de la crisis climática y la transición demográfica.

Al respecto, en “Econonuesta” se advierte que los efectos del cambio climático podrían provocar un aumento de la pobreza, y su condición extrema, gracias a una disminución en el PIB per cápita de la región en una magnitud de entre menos cinco por ciento  y el -10 por ciento; además de que para el año 2045 la población latinoamericana y caribeña  dejará de ser mayoritariamente joven y la población dependiente sobrepasará a la población en edad de trabajar a partir del 2032.

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