Entre tantos bienes y platillos que dejaron atrás el componente nacional, existe un elemento que en su interior resiste a tal proceso de sustitución: el ponche. Foto: Especial

Ponche, el último bastión de los productos nacionales 

La célebre bebida que figura como la más popular durante estas fechas se originó en la India y llegó al país en tiempos de la conquista, y sus ingredientes son la prueba de que la producción nacional puede resistir y satisfacer las necesidades de un país

Aunque los bienes que actualmente se utilizan para darle forma a la festividad de la navidad son en su mayoría importados, entre los ingredientes del ponche navideño es posible encontrar insumos nacionales que resisten ante la cada vez más pronunciada llegada de productos extranjeros.

Comienza la temporada navideña y millones de productos “inundan” el país para adornar cada rincón de los hogares y edificios que hay a lo largo y ancho del territorio nacional; sin embargo, más allá de su colorido o contenido simbólico que apela al nacimiento de Jesucristo o el arribo de Santa Claus y sus regalos, el verdadero común denominador de dichos objetos es que en su mayoría son de origen extranjero.

Algo similar a lo que sucede con la cena navideña, en la que los insumos necesarios para su preparación en gran parte llegan desde Estados Unidos, China o el sur del continente. No obstante, entre tantos bienes y platillos que dejaron atrás el componente nacional, existe un elemento que en su interior resiste a tal proceso de sustitución: el ponche.

La célebre bebida navideña que se originó en la India, pero que llegó a nuestro país en el periodo de la conquista, se ha convertido no solo en el perfecto acompañante de platillos como el pavo relleno o el lomo adobado, sino en todo un bastión de la mermada producción agrícola nacional que logra hacerse presente en estas fechas.

Con más de tres décadas en el mercado de frutas frescas, Jorge Luna ha logrado atestiguar tal resistencia a pesar de que los frutos importados han ido ganando terreno en la venta diaria, cuestión que se ha logrado por la gran calidad de la producción nacional.

“En esta temporada todas las tradiciones requieren del producto nacional y en el ponche navideño particularmente; la verdad la fruta extranjera se estanca en este mes, se vende pero muy esporádicamente porque mucha de la caña o el tejocote que se requiere es de aquí”, explicó el comerciante a Reporte Índigo.

Al respecto destaca el hecho de que, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Puebla llega a concentrar el 90 por ciento de la producción de tejocote, comenzando su cosecha desde el mes de agosto.

De lo anterior, que la temporada navideña y su estrecho vínculo con el ponche navideño también figure como una oportunidad única para que los productores mexicanos logren consolidar la venta que, en diversos casos, resulta la más fuerte de todo el año.

“Hay mucha demanda ahorita al respecto, por ejemplo, si vamos a traer guayaba, la misma que se va a terminar en pocos días, lo que se sucede durante el periodo de posadas; se termina la fruta y todos los productores tratan de sacar todos sus productos, o sea, todo lo que tengan porque es el momento de sacar toda la producción y a buen precio”, destacó Jorge Luna.

El ponche navideño no está exento de cambios en sus ingredientes

Si bien es cierto que el tamarindo utilizado en el ponche navideño proviene de entidades como Jalisco, Colima y Guerrero, o que los frutos secos que dan un toque especial a su sabor se manufacturan dentro del país, algunos de sus ingredientes se han visto sustituidos por importaciones ante la diferencia en los precios, como es el caso de la Flor de Jamaica.

Carlos Cruz, distribuidor de semillas, chiles y otros ingredientes necesarios para la cena de Navidad ha sido testigo de ello: “En un insumo clave para el ponche como lo es la Jamaica sí penetró tan fuerte el producto importado, por ejemplo, la nacional está a 300 pesos el kilo y la importada en 90 pesos, imagínate”, dijo a este medio.

Cruz también ha detectado que, como producto de la diferencia en los precios, existen personas que deciden sacrificar la calidad de sus platillos y bebidas, como el ponche, para poder preparar una mayor cantidad y poder atender a toda la familia y conocidos.

Algo similar a lo que sucede con las pasas, las cuales llegan a importarse de Estados Unidos, Perú, Chile y Sudáfrica, de acuerdo con la Secretaría de Economía.

La carne de los platillos navideños ha cedido terreno

Una prueba de cómo los productos importados han ganado terreno son los propios cárnicos que se cocinan para la cena de Navidad, ya que tales productos intensifican su llegada al país durante el último cuatrimestre del año, como lo exponen los datos del Consejo Mexicano de la Carne.

“Yo creo que es algo que no debemos dejar perder, es algo que debemos buscar conservar, tratar de cuidarlo o cada quien ponga de su parte para preservarlo”, explicó sobre la producción nacional José Colin, carnicero que ha visto cómo poco a poco la carne que se come en Navidad es en su mayoría producida en otras latitudes a pesar de que México cuenta con un gran potencial para llevar a cabo esa tarea.

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