Es probable que ante este panorama poco alentador los empleados estén dispuestos a aceptar empleos mal remunerados

Poco trabajo y de mala calidad para 2023, advierte la OIT

El año que acaba de empezar tiene perspectivas laborales poco alentadoras debido a la desaceleración en la creación de empleos, pero también en torno a la calidad de éstos

Para 2023 se pronostica que habrá poco trabajo y de mala calidad. De hecho, es probable que ante este panorama poco alentador los empleados estén dispuestos a aceptar empleos mal remunerados y con horarios poco adecuados.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que este año el desempleo mundial aumente hasta en tres millones y con ello se alcance una cifra de 208 millones de personas sin trabajo, que representa una tasa de desempleo de 5.8 por ciento. Pero más allá del déficit de puestos de trabajo, preocupa la calidad de éstos.

Esta desaceleración en la oferta mundial de los empleos va a repercutir en la disposición de los trabajadores para aceptar “cualquier tipo de trabajo”. Además, a medida que los precios suben más rápido que los ingresos laborales nominales, muchos trabajadores no van a poder mantener sus ingresos reales.

🔻Crecimiento de la oferta mundial de trabajo seguirá desacelerándose
🔻Se prevé que en 2023 el desempleo mundial aumente ligeramente
🔻Cifra total de desempleados alcanzará los 208 millones

Manuela Tomei de #OIT explica hallazgos de nuevo informe #WESO: https://t.co/MbOEM8ecYo pic.twitter.com/SyWh3ucrjI

— OIT (@OITnoticias) January 16, 2023

“Muchos trabajadores y empresas no pueden aumentar sus ingresos de forma proporcional a la inflación, por lo que sufren pérdidas de ingresos reales. En cambio, algunos trabajadores y empresas –por ejemplo, los que operan en el sector energético– se benefician de incrementos de ingresos superiores a la tasa de inflación, lo que eleva sus ingresos reales”, señala la OIT en su reporte de “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencias 2023”.

A esto se suma que los ingresos laborales globales se distribuyen de forma desigual y gran parte de estas disimilitudes se deben a los diferentes estándares de vida promedio entre países. Por ejemplo, el 50 por ciento de los empleados ganó el 7.8 por ciento de todos los ingresos laborales globales, en tanto que el 20 por ciento de los empleados obtuvo el 67.3 por ciento durante 2019.

Aunque el reporte advierte que los ingresos de ese 20 por ciento de los trabajadores que se encuentra en la punta de la pirámide del mercado laboral global, disminuyó de 76.6 por ciento en 2010 a 67.3 por ciento en el año previo a la pandemia.

🔴 Es probable que la actual #desaceleración económica mundial obligue a más trabajadores a aceptar #empleos de menor calidad, mal pagados y carentes de seguridad laboral y protección social.

Nuevo #informe global OIT lo explica👇🏽https://t.co/6UqEbxgzOk

— OIT Américas (@OITAmericas) January 16, 2023

Empleados pobres

La caída de los sueldos durante el 2022 no es la única advertencia de la Organización Internacional del Trabajo, porque también apunta a los empleados que viven en condiciones de extrema pobreza.

El reporte de la organización señala que hasta el año pasado 214 millones de empleados vivían bajo estas condiciones, que corresponde a 6.4 por ciento de los empleos a nivel mundial.

En México, la pobreza laboral se define como la incapacidad de los trabajadores para adquirir una canasta alimentaria para todos los miembros de su hogar y hasta el tercer trimestre del año pasado, 51.6 millones de personas se encontraban en estas condiciones.

 

Empleados poco preparados

Pese a que se pronostica la desaceleración en el crecimiento del empleo, el reporte también destaca que se avecina otra crisis en el mundo laboral: la escasez de trabajadores calificados en determinados sectores y países.

“En el mundo actual, dos tercios de los trabajadores jóvenes carecen de competencias básicas, circunstancia que coarta sus oportunidades laborales y los obliga a aceptar formas de empleo de menor calidad”, explica la OIT.

En ese sentido, advierte la importancia de incrementar la inversión en educación formación para desplegar todo el potencial de la fuerza de trabajo mundial a la luz de las dificultades que plantea el entorno actual en el ámbito de la productividad y el empleo.

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