Al Estado mexicano se le está haciendo costumbre ser señalado por Estados Unidos como un país con malas prácticas pesqueras. Foto: Especial

Pesca ilegal, el gran lastre del sector en México

La industria pesquera del país está en incertidumbre por las sanciones aplicadas por su mayor socio comercial a falta de una mayor regulación y mejores prácticas de captura

Las actividades de pesca ilegal en México no paran y continúan deteniendo el avance del sector. De hecho, las autoridades estadounidenses mantienen vigentes las restricciones portuarias a embarcaciones pesqueras nacionales ante estas prácticas.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) señala en su informe más reciente que, dado que el gobierno mexicano no ha logrado atender el problema de las embarcaciones que pescan ilegalmente en aguas estadounidenses del Golfo de México, continuará la prohibición a barcos pesqueros de procedencia nacional de atracar, recibir recarga de combustible o algún servicio en puertos estadounidenses de esa zona.

Lo anterior es una muestra de que al Estado mexicano se le está haciendo costumbre ser señalado por Estados Unidos como un país con malas prácticas pesqueras, lo que es lamentable ya que el comercio con el vecino del norte representa el 50 por ciento del mercado de exportación de pescados y mariscos mexicanos, considera Renata Terrazas, vicepresidenta de Oceana México, en entrevista para Reporte Índigo.

Desde 2015 a la fecha la NOAA ha documentado la persistencia de lanchas que rompen la ley adentrándose en aguas estadounidenses para pescar especies como el huachinango, esta práctica suma 321 eventos hasta el 2022 donde la Guardia Costera de Estados Unidos ha detectado embarcaciones en situación de probable pesca ilegal.

De lo anterior se desprenden 287 casos que la Guardia Costera ha entregado al gobierno mexicano para su seguimiento, aunque en palabras de la NOAA no resulta efectivo ya que la reincidencia en dicho comportamiento ilegal implica que algunos mexicanos hayan sido interceptados hasta 40 veces “lo que indica que quienes practican la pesca ilegal no experimentan consecuencia alguna por hacerlo”, se lee en el informe.

Además, la restricción implementada en el Golfo de México desde el siete de febrero del año pasado a las embarcaciones de procedencia nacional no es el único pendiente con el que lidia la industria pesquera mexicana. Apenas dos meses atrás Joe Biden, presidente de Estados Unidos, advirtió la aplicación de sanciones comerciales dentro de un año si no se intensifican las acciones para preservar a la vaquita marina y la totoaba en el alto Golfo de California

“México y la CONAPESCA se están acostumbrando a que nos señalen como un país donde sucede la pesca ilegal, no toman acciones y le apuestan a que nada va a pasar; y quienes terminan afectados son los pescadores que viven de poder vender su producto en el mercado de Estados Unidos, que paga mejor”, señala Terrazas.

Sin embargo, poco se prevé que pueda mejorar a corto plazo, sobre todo en un contexto donde la industria pesquera nacional precarizada paga a sus trabajadores apenas seis mil pesos mensuales en promedio, y donde el porcentaje de informalidad se aproxima al 90 por ciento de todo el personal dedicado a la pesca en el país, de acuerdo a los datos de la Secretaría de Economía (SE).

Por lo pronto, la continuidad del 50 por ciento de las exportaciones pesqueras mexicanas, unos 800 millones de dólares, quedan en un estado de incertidumbre y a la espera de que las demandas estadounidenses en materia de regulación y seguridad sean cubiertas, a la par de que se atienda la alarmante situación nacional, donde la propia Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) admite que la pesca ilegal, no declarada y no documentada en el país asciende a más del 40 por ciento de todo lo que se pesca en México.

Gato por liebre, una consecuencia

“La pesca ilegal se refiere a que la captura del pescado o de los mariscos en el mar se da en condiciones prohibidas, pescar en veda, en zonas no permitidas o en espacios económicos especiales que no sean tuyos, por ejemplo; pero mucho de este producto se legaliza, entra a la cadena de valor y ya se puede vender, incluso generar facturas”, alerta la vicepresidente de Oceana México.

Gracias a que la pesca ilegal logra penetrar mercados y restaurantes, en México es común que exista un fraude con la comida de mar al pagar por una especie determinada y adquirir una distinta, fenómeno al que la organización llama “gato por liebre” y que sucede hasta 44 por ciento de las veces que se consume pescado.

Es decir, pagar por bacalao y recibir carne de tiburón azul o adquirir pescado considerado nacional y en realidad obtener basa, especie común en China y Vietnam; ese es el fenómeno de sustitución de especies que afecta a pescadores de todo el país y a establecimientos que, muchas veces sin saberlo, venden producto falsificado.

El trabajo de la organización explica que lo anterior sucede por la ausencia de una norma de trazabilidad, que consiste en un mecanismo que permite obtener información del pescado desde su captura, hasta la llegada a centros de distribución, contribuyendo a la transparencia del sector pesquero.

Actualmente existe una propuesta de norma para aplicarla en el país, pero esta se encuentra detenida en CONAPESCA, según Ocena México.