México requiere una amplia transformación en términos del gasto asignado a pensiones debido a su franco aumento y a unas finanzas públicas que se muestran ampliamente comprometidas.
Pese a que una gran cantidad secretarias, temas estratégicos y hasta ámbitos como la inversión vieron una reducción en su presupuesto proyectado para el próximo año, el aspecto referente a las pensiones sí obtuvo un incremento del 4.3 por ciento en términos reales, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En ese sentido, el cálculo del CIEP expuesto en el documento “Implicaciones del Paquete Económico 2025” estableció que el gasto total que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) planea realizar para satisfacer tanto las pensiones contributivas, como las no contributivas, ascenderá a 2.16 billones de pesos.
Los recursos económicos necesarios para cubrir el pago de pensiones a extrabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o de Petróleos Mexicanos, por mencionar, así como el dinero que requieren las Pensiones del Bienestar implican un monto similar a seis puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), según el CIEP.
Además, el monto destinado a pagar las pensiones contributivas y no contributivas crecerá desde los cuatro puntos porcentuales del PIB registrados en 2019.
“Tal gasto implica que dejes de invertir en otros rubros pero por la naturaleza de las pensiones, que tienen nombre y apellido, es difícil realizar una modificación en ese sentido. Por ello se requiere revisar la normatividad, entender el impacto que implica para las finanzas públicas del país y revisar cómo están distribuidas actualmente”, expuso a Reporte Índigo, Alejandra Macias, directora ejecutiva del CIEP.
Urge revisar cómo se distribuye el presupuesto asignado a las pensiones
Al respecto, Macías destacó que aunado al gran gasto que implican las pensiones para el erario, la distribución del presupuesto destinado a tal partida requiere una revisión urgente ante las asimetrías que ha generado.
Por ejemplo, de lo expuesto en “Implicaciones del Paquete Económico 2025” destacó que el gasto per cápita promedio anual en un pensionado de CFE es cinco veces mayor al gasto promedio anual destinado a un pensionado del Instituto Mexicano del Seguro Social y hasta 23 veces más alto que el gasto promedio per cápita de un beneficiario de la Pensión del Bienestar.
“Para 2025, el gobierno propone gastar 2.4 veces más en pensiones que en salud y el doble de los recursos contemplados en el anexo transversal Recursos para la atención de niñas, niños y adolescentes”, advirtió el CIEP.
Alternativas para construir un mejor sistema de pensiones
La directora ejecutiva del CIEP comentó a este medio que para poder aliviar el impacto que las pensiones generan en las finanzas públicas es necesario reformar los requisitos mínimos para cada una de las pensiones, así como beneficios máximos, además de construir un ente regulador del sistema de pensiones con facultades suficientes y buscar fuentes de financiamiento sostenibles.
“Si no hacemos una reforma en la que se aumenten los ingresos ¿cómo seguimos pagando las pensiones? Además de que seguirán desplazando al gasto en salud, educación, desarrollo de las primeras infancias; eso es lo grave”, sentenció la especialista.
Aunque para el próximo año el gasto en pensiones alcanzará un máximo histórico, los ingresos presupuestarios con los que cuenta la SHCP se han mantenido en una magnitud similar a 22 puntos porcentuales como proporción del PIB, acorde a lo expuesto en el Paquete Económico 2025.
Quedarse sin espacio espacio fiscal, una consecuencia
Lo sucedido con el gasto en pensiones sería solo una muestra de cómo los recursos económicos con los que cuenta el país se han visto seriamente comprometidos por toda una serie de gastos ineludibles, tales como el costo financiero de la deuda, las aportaciones, las participaciones y el presupuesto para las Empresas Públicas del Estado y las Entidades de Control Presupuestario Directo.
Una situación que, de no atenderse, no solo implicaría toda una serie de recortes presupuestarios subsecuentes, sino la amplia posibilidad de contraer más deuda para atender los pendientes que registra el erario público nacional; cuestión que ha derivado en que la deuda pública, como proporción del PIB, se ubique en 51.4 por ciento, según los datos de la SHCP.
“El espacio fiscal se ha reducido significativamente desde 2021, lo que implica que cada año hay menos recursos disponibles para atender las necesidades de la población. El total de ingresos tributarios y no tributarios representaría el 22.3 por ciento del PIB, por lo que el espacio fiscal para 2025 sería de 1.7 por ciento del PIB, la mitad del espacio fiscal registrado en 2021”, destacó el CIEP en el documento “Implicaciones del Paquete Económico 2025”.