Uno de los pilares fundamentales de la reforma energética de 2014 fue hacer de Pemex una empresa productiva del Estado. Esto significa que la petrolera mexicana dejaría de ser una empresa paraestatal para competir abiertamente con las grandes firmas globales.
Ahora, el descenso de los precios del petróleo han cimbrado a la industria. Los líderes globales del mercado energético han reducido drásticamente sus proyectos de inversión, lo que se ha reflejado en un número significativo de despidos.
Pemex, en cambio, a pesar de que anunció un recorte de 4 mil millones de dólares a su gasto, aún no da señales claras respecto a planes concretos para reducir su planta laboral.
Graves & Co., una firma de servicios petroleros localizada en Houston, argumenta que las compañías energéticas reaccionaron a la baja del precio del crudo con planes para despedir a más de 100 mil personas alrededor del mundo. La firma asegura que 91 mil personas ya fueron liquidadas.
En Estados Unidos, donde el desarrollo del gas shale impulsó un boom energético sin precedentes, los datos de empleo en el sector petrolero se encuentran a la baja por primera vez desde hace más de seis años.
El Buró de Estadísticas Laborales muestra que los empleos directos del sector de extracción de gas y petróleo se han reducido en 3 mil personas desde su máximo histórico en octubre de 2014, fecha en que el descenso de los precios petroleros se acentuó fuertemente. Este sector había mostrado un crecimiento de 50 mil empleos en relación al 2007.
Sector más competitivo
La industria energética es considerada un sector altamente competitivo donde las sinergias de costos son fundamentales para el desenvolvimiento de una firma en el mercado. En ese sentido, especialistas del sector, consideran que las condiciones actuales del mercado son propicias para concretar fusiones.
El acuerdo de 70 mil millones de dólares con el que se efectuó la compra de la empresa energética BG Group por parte de Royal Dutch Shell es citado como un augurio para el inicio de un nuevo periodo de fusiones entre gigantes.
Mientras tanto, Pemex cargó la mayor parte del recorte al gasto público de 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto determinado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Del mismo modo, el mantenimiento de su planta laboral, que debería ser recortada en 30 por ciento según analistas del sector, pone en duda la capacidad de la empresa para mantenerse como un actor competitivo en un competencia abierta.
En 2014, con medio año de precios encima de los 100 dólares por barril y una industria que no estaba en proceso de consolidación, Pemex registró pérdidas de casi 18 mil millones de dólares, 55 por ciento más que en 2013.
