La Fórmula 1 (F1) está en crisis. La máxima categoría del deporte motor no ofrece un espectáculo competitivo y cada vez es más difícil para los equipos poner a sus autos en la parrilla de salida. Esto se ha reflejado en la participación de menos escuderías en el campeonato que son orilladas a la bancarrota o a buscar salvavidas financieros.
En la inauguración de la temporada 2015, únicamente largaron quince autos en el Gran Premio de Australia. Esto contrasta con los años dorados de la F1 cuando en el Gran Premio de Silverstone llegaron a arrancar 26 monoplazas.
Rodrigo Carbajal