La caída del precio del petróleo, la tendencia en declive de la producción de crudo y la depreciación del peso frente al dólar son algunos de los factores que han creado una tormenta perfecta para Pemex. A esto se le debe agregar la apertura a la competencia del sector energético mexicano, la carga impositiva onerosa y un pasivo laboral de 1.49 billones de pesos.
A pesar de que los problemas estructurales de Pemex son de antaño, el reciente entorno financiero complica la posición de la firma petrolera mexicana.
Indigonomics Staff