Opaca solución

En medio de la turbulencia financiera que ha experimentado China, la cual ayer incluyó desplomes de más de 6 por ciento en sus principales mercados accionarios, las autoridades económicas del país asiático  han buscado ser más transparentes acerca de sus planes de acción.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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la multa que el gobierno chino impuso al periodista Liu Qintao por reportar que una corredora de bolsa recomendó a sus “clientes importantes” vender sus acciones
La reacción represora de las autoridades chinas se ha intensificado a medida que las fugas de capital han cobrado velocidad

En medio de la turbulencia financiera que ha experimentado China, la cual ayer incluyó desplomes de más de 6 por ciento en sus principales mercados accionarios, las autoridades económicas del país asiático  han buscado ser más transparentes acerca de sus planes de acción.

Aprovechando la audiencia global presente en el país esta semana debido a eventos del G-20 y del Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), funcionarios chinos han indicado que su gobierno podría simultáneamente usar gasto público deficitario para estimular el crecimiento al mismo tiempo que su banco central preservaría el valor de su moneda atándolo al de una canasta de otras divisas.

Timothy Adams, director ejecutivo y presidente del IFI, indicó en entrevista con The New York Times que las autoridades chinas están siendo más transparentes con los mercados tras darse cuenta que permanecer en silencio en medio de la turbulencia fue un error serio.

“O se comunican con los mercados de forma oportuna e inteligente, o los mercados van a escribirles su propia línea narrativa”, dijo Adams al diario estadounidense durante la conferencia anual del IFI.

Para las autoridades chinas, este fin de semana es una oportunidad de mostrarse capaces y estables no sólo ante los miembros del sector privado invitados por el IFI, sino también ante sus homólogos de otras grandes economías en el marco de la reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales que el G-20 realizará en Shanghái hoy y mañana.

Bajo la alfombra

Pero la imagen de mayor transparencia y capacidad de acción que las autoridades chinas quieren presentarle a los mercados es socavada por su represión cada vez más directa de cualquier información que pinte un panorama negativo para la segunda mayor economía del mundo.

Ejemplos incluyen omisiones de información cambiaria en reportes económicos, el retraso de indicadores adelantados de actividad en fábricas, e incluso la imposición de multas sustanciales a periodistas que reporten cualquier información que pueda motivar caídas en los mercados.

La reacción represora de las autoridades chinas se ha intensificado a medida que las fugas de capital han cobrado velocidad. En el último año y medio aproximadamente 1 billón de dólares ha sido retirado de China por empresas e individuos. 

Estas fugas han resultado en una depreciación significativa del yuan, lo cual a su vez deteriora la confianza sobre el sistema financiero y sobre la pericia de las autoridades económicas de China.

Los problemas de China se extienden a la calidad estadística de sus indicadores oficiales. En un reporte reciente la consultora británica Capital Economics indicó que éstos son cuestionables a un nivel que “va más allá de lo que se ve en un país emergente”. 

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