El pronóstico de crecimiento para México en este año es poco alentador según la OCDE, sin embargo, el país tiene potencial para ser una economía de alto crecimiento y para lograrlo necesita reiniciar la inversión, impulsar la productividad en el país, incrementar la inversión pública y disminuir la extrema desigualdad económica que lo caracteriza.
Se trata de las recomendaciones generales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organismo que, por cierto, esta semana disminuyó la perspectiva de crecimiento para México en un punto porcentual de 3.3 a 2.3 por ciento del PIB en este año.
“Pueden contar con la OCDE para ayudar al gobierno mexicano en este proceso para dar mejores políticas para mejores vidas”, detalló durante conferencia de prensa Mathias Cormann, secretario general de este organismo.
Esta postura se enfrenta a las previsiones de la economía mexicana para este año. De hecho, la OCDE no ha sido el único organismo con expectativas reservadas ante la economía del país, el Banco Mundial, por ejemplo, espera que para este año la economía mexicana crezca a un ritmo de tres por ciento, en tanto que para 2023 se espera un crecimiento de 2.2 por ciento.
Ajustes necesarios, apunta OCDE
Para alcanzar este alto potencial económico, la OCDE sugiere llevar a cabo diversos cambios enfocados en incrementar la inversión en el país, disminuir la informalidad laboral, incrementar la inclusión financiera, mejorar la capacidad de recaudación y disminuir los índices de desigualdad.
Desde 2015 los índices de inversión en el país se mantuvieron “planos” para en 2019 continuar con una senda descendente. Actualmente los procesos de inversión se ven obstaculizados por la incertidumbre en torno a escenarios de política interna, apunta en su reporte el organismo internacional.
La OCDE advierte que México podría tomar ventaja de la recuperación económica que está experimentando Estados Unidos y la reorganización que ocurre en las cadenas de suministro globales en torno a países cercanos a los mercados de consumo.
Cabe destacar que en el 2021, México captó 31 mil 621 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), que representa un incremento de 8.7 por ciento comparado con las cifras reportadas en 2020, de acuerdo con datos preliminares de la Secretaría de Economía.
Bajo este panorama el directivo de la OCDE urgió dar certidumbre a los inversionistas nacionales y extranjeros, además de enfocarse en reducir la informalidad que sigue siendo alta y que también deriva en una baja productividad.
“La productividad de México es baja comparada con niveles internacionales, se utiliza una alta proporción de mano de obra y capital en compañías de baja productividad, principalmente microempresas y el sector informal”, explicó Cormann.
Otro punto que se destacó durante la presentación del informe fue la necesidad de continuar con el proceso de transformación fiscal, a través de la ampliación de la base de contribuyentes, además de fortalecer los impuestos subnacionales.
Los planes mexicanos
A la presentación del reporte asistió Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), quien afirmó que el país se encuentra en el camino para “convertirse en una economía más prospera” toda vez que está integrada a Norteamérica y cuenta con un marco macroeconómico sólido.
Para disminuir las “disparidades sociales”, el secretario señaló que el gobierno tiene dos ejes prioritarios: la inversión en proyectos de infraestructura y el despliegue de una red de protección social universal que detona el crecimiento económico en todo el país, pero que también contribuye a integrar a las regiones más rezagadas en México.
Actualmente hay 23 millones de beneficiarios de algún programa social, señaló el funcionario. Además, en materia de inversión pública para este año se alcanzará un monto de 3.1 por ciento del PIB destinado a este rubro, se trata del más alto en 10 años para enfocarlo a proyectos como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el remozamiento de los puertos de Coatzacoalcos en el Golfo y Salina Cruz en el Pacífico, así como la red de ferrocarriles, carreteras y fibra óptica que los conecta y la modernización de las aduanas.
“Hacia delante, la coyuntura actual nos presenta más oportunidades que podemos aprovechar, por ejemplo, la relocalización de empresas globales hacia México es una oportunidad que nace de la necesidad de diversificar cadenas globales de suministros a fin de volverlas más resilientes ante posibles choques externos. Para ello ya hemos estrechado el diálogo con nuestros socios comerciales de Norteamérica”, señaló.