Nuevo presidente, misma realidad

El Partido de los Trabajadores (PT) gobernó en Brasil durante trece años. Eran los años del boom de las materias primas, de la confianza ciega de los inversionistas en el crecimiento de los países emergentes y de un nuevo modelo económico que privilegió los programas sociales sobre la ortodoxia económica.

Después de un cambio drástico en el entorno financiero global y del inicio de una investigación judicial que desató el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil, el Senado determinó ayer la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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La principal misión de Temer es estabilizar la economía y cambiar la narrativa de disfunción política de Brasil
El consenso de analistas aún espera que la economía brasileña se contraiga 3.7 por ciento este año

El Partido de los Trabajadores (PT) gobernó en Brasil durante trece años. Eran los años del boom de las materias primas, de la confianza ciega de los inversionistas en el crecimiento de los países emergentes y de un nuevo modelo económico que privilegió los programas sociales sobre la ortodoxia económica.

Después de un cambio drástico en el entorno financiero global y del inicio de una investigación judicial que desató el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil, el Senado determinó ayer la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff.

Casi el 70 por ciento del Senado votó a favor de remover a Rousseff del cargo por 180 días mientras se desarrolla una investigación que determinará si la destitución será definitiva.

Esto representa el final de facto de los gobiernos del PT y el inicio de una transición política y económica que será liderada por el presidente interino Michel Temer, exvicepresidente y líder del PMDB, antiguo aliado político de Rousseff.

Pese a que el partido de Temer fue miembro de la coalición gobernante que llevó a Rousseff a su reelección, el nuevo gobierno brasileño pretende dar un giro de 180 grados en el enfoque de política económica.

La principal misión de Temer es estabilizar la economía y cambiar la narrativa de disfunción política de Brasil. Dos de los objetivos de mayor prioridad que se ha impuesto el nuevo gobierno son el de ejecutar una estrategia fiscal creíble que reduzca el déficit, así como el de bajar los niveles de inflación.

Debacle económica

Brasil se enfrenta a su peor crisis económica desde los años treinta. La caída del precio de las materias primas, principal producto de exportación; así como la desaceleración de China, principal destino de las exportaciones brasileñas, dieron origen a una debacle de la inversión y al colapso del consumo.

Además, la marca BRIC, acuñada por el ex economista en jefe de Goldman Sachs Jim O’Neill, comenzó a desvanecerse cuando la Reserva Federal envió las primeras señales en 2013 de que su política monetaria se volvería cada vez más restrictiva. Esto desató un éxodo de capitales en Brasil, la otrora promesa emergente.

Entre mayo del 2013 y enero del 2016, el real brasileño fue la divisa emergente que registró  el peor desempeño frente al dólar.

En 2015, la economía cobró factura del cambio de escenario, de la polarización política que obstaculizó la promulgación de reformas estructurales necesarias, así como del creciente clima de inestabilidad alimentado por el escándalo de corrupción de Petrobras. En ese año, la economía brasileña se contrajo 5.9 por ciento, el déficit fiscal superó el 9 por ciento del producto interno bruto (PIB) y la inflación fue de  casi 11 por ciento.

Para este año, el consenso de analistas aún espera que la economía brasileña muestre una caída de alrededor de 3.7 por ciento del PIB. Sin embargo, la salida de Rousseff ha sido recibida por los mercados como una nota positiva.  En los últimos dos días, la permuta de riesgo crediticio de los bonos brasileños a cinco años, un instrumento que actúa como un seguro frente al posible default, cayó 26 puntos base. Asimismo, la prima de riesgo de los bonos de Brasil a diez años mostraron una baja de 18 puntos base.

Cambio de gabinete

El nuevo gobierno de Michel Temer busca devolverle a Brasil un estatus de economía amigable al mercado.  Esto ha quedado patente en el equipo que elegirá el nuevo presidente para desmantelar el aparato estatista que proliferó durante los gobiernos del PT y que representa una dura carga para las finanzas públicas brasileñas.

La prensa brasileña reporta que Temer ha elegido a Henrique Meirelles, un respetado economista y antigua cabeza del Banco Central de Brasil (BCB), para tomar el Ministerio de Finanzas. Desde esta oficina se liderará la transición económica de Brasil.

Asimismo, Temer propondrá a Ilan Goldfajn como el presidente del BCB. Actualmente, Goldfajn funge como economista en jefe de Itaú Unibanco, el banco privado más grande de Brasil, .

El recambio del poder ejecutivo incluye la incorporación de otros tecnócratas como Blairo Maggi, cuya familia controla el mayor grupo productor de soya en el país; además de figuras como José Serra, antiguo  candidato presidencial del conservador PSDB.

El gobierno de transición espera aprovechar el inusual consenso que existe respecto a la necesidad de implementar una reforma fiscal y un programa de austeridad.

Michel Temer busca repetir la hazaña del último gobierno que sucedió a un presidente que estaba a punto de ser depuesto. Tras la renuncia del presidente Fernando Collor De Mello en 1992, la economía brasileña creció a una tasa de 12.2 por ciento el siguiente año y duplicó la expansión tras la aplicación de un programa de estabilidad en 1994.

No obstante, la baja popularidad de Michel Temer, quién también podría ser depuesto, así como la resistencia política que ejercerá el PT como oposición pintan un panorama sombrío para la operación del nuevo gobierno.

Andre Cesar, fundador de la consultoría política Assessoria Legislativa, dijo al portal Bloomberg que los presidentes suelen obtener una luna de miel de alrededor de cien días. “Temer va a obtener la mitad de eso”.

Línea de sucesión

La inestabilidad se ha convertido en un sinónimo del sistema político brasileño. El nuevo gobierno de Temer podría tener una corta duración y no hay candidatos visibles para sucederlo:

Dilma Rousseff

Presidenta de Brasil

El Senado determinó su suspensión temporal mientras se desahoga una investigación 
que podría revocar 
su mandato

Michel Temer

Vicepresidente 
de Brasil

El sustituto temporal de Rousseff cuenta con una larga lista de acusaciones de corrupción que podrían dar inicio a una investigación que lo destituya. El 58 por ciento de los brasileños está a favor de su deposición.

Eduardo Cunha

Presidente de la Cámara de Diputados

Suspendido de su cargo debido a que se le ha implicado en el escándalo de corrupción de Petrobras. Se le acusa de haber recibido 5 millones de dólares en sobornos 
y su casa ha sido allanada 
por la policía.

Renan Calheiros

Presidente del Senado

Enfrenta acusaciones de corrupción y de haber recibido 600 millones de dólares en sobornos para detener la investigación del escándalo de Petrobras

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