Mitos y realidades de la declaración anual

Aunque se piensa que las obligaciones tributarias no suelen tener un beneficio para los contribuyentes, son la base para que la administración pública pueda cumplir con sus acciones y programas, por eso resulta trascendental reportar y pagar los impuestos
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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El gran reporte anual de los registros transaccionales que se proporciona a la autoridad tributaria está rodeado de creencias que llegan a ser erróneas o infundadas, cuestión que muchas veces impide su correcta entrega y el aprovechamiento de sus beneficios.

Este año, 64 millones contribuyentes con obligaciones fiscales vigentes en el país entregarán al Servicio de Administración Tributaria (SAT) el documento que permite calcular el monto de obligaciones económicas que cada uno de ellos tiene con la entidad encargada de recaudar los impuestos antes de que finalice este mes.

Con lo anterior, se espera continuar con la dinámica de obtención de recursos para cubrir las necesidades de carácter colectivo que tiene la población del país, como son la  educación pública, los servicios de seguridad, el sistema de salud, desarrollo de infraestructura y programas sociales, entre otros; un ejercicio que ha permitido la captación de hasta cuatro billones de pesos por concepto de impuestos en el último año, según los registros del ente tributario.

Sin embargo, a pesar de que ser un ejercicio fundamental para las finanzas públicas del país, no todas las personas llevan a cabo dicho ejercicio administrativo, lo que ha dado como resultado un escenario recaudatorio bajo en comparación a otro países de la región, de acuerdo con los datos de la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico(OCDE).

Al respecto, Gari Flores, Administrador general de recaudación del SAT, señala en entrevista para Reporte Índigo la importancia de realizar el trámite, ya que la constitución lo contempla como una obligación: “Para que el Estado pueda funcionar se necesita que haya recursos suficientes para seguridad, salud, educación, vías o espacios públicos y servicios que prestan entidades de gobierno, para ejecutarlo tenemos que poner de nuestra parte a través de las contribuciones e impuestos que pagamos en la declaración anual”.

Por su parte, Salvador Rotter, académico de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, resalta la importancia de declarar incluso aquellas actividades que no están relacionadas estrechamente con los ingresos, como son el recibir una herencia, adquirir un préstamo, la venta de un vehículo o terreno e incluso, haber ganado algún premio en la lotería; ya que aunque no provoca impuestos, permite evitar multas sí se hace del conocimiento del SAT.

En síntesis, la declaración anual figura como una herramienta primordial para monitorear el gasto personal, así como para poner al corriente los compromisos que cada persona tiene con las arcas del país, por lo que cumplir  de manera correcta con ella no tiene por qué resultar una tortura o causa de preocupación.

¿De verdad es imposible llevar a cabo la declaración y es muy costosa?

Falso, el SAT ha adecuado su plataforma para facilitarle a la ciudadanía hacer la declaración anual por cuenta propia; ofreciendo diversos servicios de asesoría para realizar el trámite, entre los que destacan chats, tutoriales y una línea telefónica de ayuda; incluso, la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM ofrece asistencia para declarar, servicios que son gratuitos para toda la población.

¿De verdad hay consecuencias por no declarar?

Cierto, rendir cuentas ante el SAT es una obligación trascendental para el país, por lo cual puede implicar que, al no presentarla, se genere una sanción que puede ascender, desde los mil 800 pesos, hasta los 36 mil 700, así como recargos y, en casos extraordinarios, sanciones de mayor tamaño.

¿El salario puede retenerse ante la falta de la declaración anual?

Falso, los salarios de las personas que deben realizar el trámite no pueden verse afectados de ninguna manera, incluso en el marco de un escenario de incumplimiento, tal como lo marca la constitución; no obstante, los prestadores de servicios pueden verse perjudicados en su labor ante solicitantes que no deseen tener tratos con contribuyentes que no están al corriente con sus obligaciones tributarias.

Deducir es complicado, quizá no tanto

Falso, así como existen obligaciones, también se tienen derechos,  por lo que existen formas de deducir impuestos; una está relacionada con los gastos asociados con la actividad e ingresos que desempeñan los contribuyentes; otra tiene que ver con los gastos personales, entre los que figuran gastos médicos, funerarios, donativos, colegiaturas, aportaciones complementarias de retiro, créditos hipotecarios, cuentas personales y especiales para el ahorro, entre otros.

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