Minería en el pozo

La industria minera mexicana se ve cada vez más presionada debido a problemas dentro y fuera del país.

Desde la entrada en vigor de la reforma fiscal el año pasado, este tipo de empresas se enfrentan a más impuestos que antes. Ahora sus problemas crecen debido a que el precio en los mercados internacionales de minerales y metales.

Después de haber vivido varios años en medio de un boom de commodities que mantuvo los precios altos, la industria debe lidiar con una tendencia negativa.

El concenso de analista afirma que la disminución de la demanda global, lidereada por el desaceleramiento económico de China, presiona los precios de estos bienes hacia abajo.

Para México estos son malas noticias. Al lado del petróleo, la minería provee gran parte de los principales bienes de exportación del país.

Los últimos sucesos pueden representar una nueva realidad a mediano plazo de menores ingresos como se ha convertido la baja del precio del petróleo.

Uno de los ejemplos más claros de lo anterior es el cobre. De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, la caída del cobre se debe no sólo a la baja demanda mundial, si no también al aumento de la producción. En otras palabras, cada vez hay más cobre en un mundo que pide cada vez menos.

El Grupo Internacional de Estudios del Cobre afirma que este año la demanda del metal aumentará tan sólo 1.1 por ciento, mientras que la producción crecerá 4.3 por ciento.

Historias similares se pueden observar en el resto de los minerales y metales que más produce México: plata, oro, carbón y zinc.

La reforma fiscal de la presente administración ha ganado opositores en todos los campos debido al aumento de impuestos que trajo consigo.

Una de las industrias que más alzó la voz en contra fue la minera. De acuerdo con sus principales representantes, los cambios aumentaron la carga impositiva de las mineras de 40.65 por ciento a 57.22 por ciento.

Entre los nuevos impuestos, destaca la imposición de un 7.5 por ciento a la diferencia positiva entre los ingresos derivados de la enajenación o venta de la actividad extractiva y de las deducciones permitidas en la ley del Impuesto Sobre la Renta.

Las empresas mineras argumentan que ahora se enfrentan a uno de los regímenes fiscales más grandes del mundo.

Sin embargo, algunos otros analistas, como la firma de abogados Baker and McKenzie, afirman que la reforma fiscal apenas incrementó apenas en tres puntos porcentuales sobre sus respectivas ventas.

Lo que es un hecho, es que en los últimos años se le han sumado problemas por diferentes frentes.

La mano invisible de Wall Street

Los grandes bancos globales enfrentan acusaciones en Estados Unidos de haber manipulado el mercado de metales.

De acuerdo al diario The Wall Street Journal, el Departamento de Justicia  inició una investigación contra diez instituciones financieras que incluyen a entidades como HSBC, Deutsche Bank,  Goldman Sachs, JP Morgan y Barclays.

La presidente de Bafin, la agencia de regulación financiera de Alemania, declaró recientemente que el problema en el mercado de metales era mucho peor que el escándalo Libor. 

En los últimos años, las grandes instituciones financieras han pagado multas que en conjunto alcanzan los 6 mil millones de dólares por haber manipulado la tasa de interés Libor.

Hasta el año pasado, al igual que las tasas de interés, el precio de los metales se establecía mediante un fix.  Un gran número de bancos reciben llamadas una o dos veces al día para preguntar el precio estimado de los metales. En base a la respuesta de todas las entidades, el precio de referencia es establecido.

La mayor ventaja de la manipulación reside en el desempeño de derivados financieros cuyo valor depende del comportamiento de índices que son formados a partir de la respuesta del fix.

Supuestamente, los operadores de las instituciones se comunicaban mediante grupos de mensajería instantánea, donde se proporcionaba información de órdenes de clientes y se acordaba cómo operar a la hora del fix. 

Además del escrutinio oficial, los bancos enfrentan decenas de demandas de grupos empresariales del sector químico y joyero.