El descontento por la reforma fiscal propuesta por Enrique Peña Nieto no tiene límites. Después de que el sector minero mexicano se haya pronunciado en contra del aumento de impuestos en la industria, Goldcorp y Grupo México amenazan con retirarse del país.
Las empresas mineras tienen previsto invertir miles de millones de dólares en México, pero advierten que de aprobarse la reforma hacendaria se verían obligados a irse a otros países como Canadá, Chile, Perú o Estados Unidos.
Grupo México, el mayor productor de cobre en México, advirtió al Congreso que si se aprueban los nuevos impuestos estarían obligados a buscar un nuevo destino para los más de 5.4 mil millones de dólares en inversiones que tienen planeadas.
Del mismo modo, Goldcorp ha declarado que la rentabilidad que desea de sus inversiones en México se vería fuertemente afectada por la reforma fiscal y tendrían que reevaluar sus operaciones en el país.
De acuerdo con la Cámara Minera de México (Camimex), la iniciativa provocaría una disminución del 50 por ciento en las inversiones del sector.
De tal modo, de los 30 mil millones de dólares que se tienen previstos actualmente, las inversiones podrían caer hasta los 12 mil millones con la reforma fiscal.
Impuestos mineros
El ejecutivo federal ha propuesto un impuesto del 7.5 por ciento a los ingresos de las mineras. Este gravamen se calcularía a partir de los ingresos derivados de la enajenación o venta de la actividad extractiva, menos las deducciones permitidas en la ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Lo anterior sin tomar en cuenta las inversiones, intereses a cargo y el ajuste anual por inflación.
Además, se impone un 50 por ciento adicional de la cuota máxima del derecho que se cobra con base a la hectáreas incluidas en la concesión minera.
Esto solo aplicaría a aquellos concesionarios que logren comprobar que durante dos años consecutivos no realizaron obras de exploración y explotación. A partir del duodécimo año, este derecho aumentará en un 100 por ciento.
Por su parte, a los ingresos derivados de la venta de oro, plata y platino se les cobrará un 0.5 por ciento extra bajo la justificación del costo que existe para resarcir el impacto ambiental.
Para la Camimex, el conjunto de estos impuestos equivale a incrementar la carga impositiva a las mineras del 40.65 por ciento actual, al 57.22 por ciento, uno de los niveles más altos en el mundo.