Millonario en bancarrota

Después de 16 meses de declive y la evaporación del 99 por ciento de la fortuna de aproximadamente 30 mil millones de dólares de su dueño, una de las mayores empresas brasileñas podría pronto declararse en quiebra con una deuda total de 5.1 mil millones de dólares. 

El día de ayer se reportó que OGX Petróleo e Gás Participações, la compañía emblema del imperio de Eike Batista, comenzó su trámite legal para solicitar protección de bancarrota. 

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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Después de 16 meses de declive y la evaporación del 99 por ciento de la fortuna de aproximadamente 30 mil millones de dólares de su dueño, una de las mayores empresas brasileñas podría pronto declararse en quiebra con una deuda total de 5.1 mil millones de dólares. 

El día de ayer se reportó que OGX Petróleo e Gás Participações, la compañía emblema del imperio de Eike Batista, comenzó su trámite legal para solicitar protección de bancarrota. 

La decisión sigue a la estrepitosa caída en las ganancias de OGX, cuyos depósitos petroleros, alguna vez valuados en un billón de dólares, no cumplieron con las expectativas de la compañía y de los mercados.

Con esta decisión, OGX tendrá que declarar en incumplimiento de pagos 3.6 mil millones de dólares en bonos corporativos, convirtiendo esto en la mayor debacle de deuda corporativa en la historia de Latinoamérica. 

La mayor parte de los acreedores son tenedores de bonos en el extranjero, y el resto le corresponde a proveedores y bancos. 

Como parte de los procedimientos legales, OGX tendrá que conseguir que sus acreedores aprueben un plan de reestructuración de deuda si desea continuar con sus operaciones. 

Si no se consigue esta aprobación, el proceso se convertirá en uno de bancarrota y de liquidación de activos.

La caída de Batista

El precio de las acciones de OGX, fundada por Batista en el 2007, ha caído 96 por ciento en el último año, convirtiendo a la compañía en la empresa con el peor desempeño entre los 73 componentes del índice bursátil Ibovespa.

Aunque alguna vez juró convertirse en el hombre más rico del mundo y llamarse a sí mismo como un símbolo del “nuevo sueño brasileño” de éxito empresarial, hoy Batista ha perdido la credibilidad y se ha convertido en una historia de advertencia. 

Todavía se discute si su caso representa la evaporación de riqueza más veloz en la historia. 

Escribiendo en el periódico brasileño Valor Económico, Batista juró liquidar sus deudas y pagarle cada centavo a sus acreedores. 

Pero sus acreedores parecen haber aprendido a no creerle, ya que analistas apuntan que existe un riesgo significativo de que se inicien procesos legales en contra de las otras compañías de Batista para saldar las deudas de OGX.

Las calificadoras Moody’s Investors y Fitch Ratings tampoco parecen ver con buenos ojos la reestructuración de la deuda de OGX, ya que el día de hoy expira el periodo de gracia antes de que declaren en calidad de default la deuda de la compañía.

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