México y Estados Unidos crecen a un ritmo menor, confirmando un aterrizaje suave en la región

La actividad económica de México y Estados Unidos creció por debajo de lo registrado al cierre del año pasado, lo que comienza a materializar los pronósticos que estimaban un avance mínimo para dichas naciones en 2024
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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El desempeño que han registrado las economías de México y Estados Unidos al arrancar el año materializan los pronósticos de analistas y organismos que estimaban un escenario en donde el panorama inflacionario, comercial y hasta geopolítico reducirían al mínimo las probabilidades de registrar un crecimiento mayor.

Durante el primer trimestre de 2024 la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) del país reportó un incremento de 0.2 por ciento respecto al trimestre inmediato anterior; con ello, el indicador que cuantifica el valor monetario de todos los bienes y servicios producidos en el país registró un dos por ciento a tasa anual, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De forma paralela, el PIB de Estados Unidos creció a una tasa anual de 1.6 por ciento luego de que transcurrieran los tres primeros meses de 2024; un dato menor a su similar del periodo inmediato anterior, en donde la considerada economía más grande del mundo habría registrado un incremento de 3.4 por ciento, estimó la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés).

Lo anterior, comienza a dar forma al escenario estimado por organismos internacionales como el Fondo Monetario Nacional(FMI) para este año, y que calificaban como un “aterrizaje suave”; cuestión que incluso llevó a la institución a proyectar un crecimiento anual menor al registrado por ambas naciones en 2023.

“El horizonte empieza a despejarse. La economía mundial está iniciando el descenso final hacia un aterrizaje suave, con una inflación que disminuye de forma constante y un crecimiento que resiste. No obstante, el ritmo de expansión sigue siendo lento y podrían avecinarse turbulencias”, advirtió el FMI al iniciar el año.

Y es que, como producto de la postura monetaria restrictiva de diversos bancos centrales adoptada para contrarrestar las presiones inflacionarias que afectaron a la actividad económica global y hasta las tensiones geopolíticas que se han intensificado en Medio Oriente y Europa, además de su impacto en la oferta de materias primas, ha generado un panorama poco alentador a corto y mediano plazo.

“A escala mundial, estamos en la aproximación hacia un aterrizaje suave, pero el avión aún no ha tocado la pista. Para este año se proyecta un crecimiento de 3.1 por ciento, frente al 2.9 por ciento anunciado la última vez que nos reunimos. La inflación ha disminuido más rápidamente de lo esperado. En nuestro escenario base, se prevé que la inflación general mundial descienda a 5.8 por ciento este año, y a 4.4 por ciento el próximo. Y estas mejores perspectivas también benefician a las economías en desarrollo que perdieron acceso a los mercados durante un buen tiempo”, ha destacado Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, sobre el estado de la economía mundial.

¿Las autoridades consideran los resultados como un mal arranque de año?

Aunque los datos de la actividad económica de México y Estados Unidos coincidieron en ser  menores a los registrados en el último trimestre de 2023, autoridades fiscales y monetarias de ambos países han expresado que el resultado al inicio de año ha sido favorable, ya que es una señal de la resiliencia que han mostrado ambos escenarios por encima de lo estimado.

“El crecimiento económico de México continúa mostrando señales de fortaleza, desafiando las expectativas de una posible desaceleración; según los datos oportunos del Inegi, el crecimiento del PIB del primer trimestre ajustado estacionalmente fue del 2 por ciento anual, esto se ratifica con los datos de alta frecuencia que hemos observado, como el incremento en el gasto de tarjetas de crédito del 13 por ciento en abril respecto a 2023, lo que sugiere que la actividad económica no solo está creciendo, sino que también está respondiendo positivamente a los desafíos internos y externos”, destacó Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, en el informe trimestral de las finanzas públicas del país.

Del mismo modo, la Reserva Federal de Estados Unidos ha sostenido sobre el escenario de su país que “Los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido expandiéndose a un ritmo sólido, el aumento del empleo se ha mantenido fuerte y la tasa de desempleo se ha mantenido baja, la inflación ha disminuido durante el año pasado, pero sigue siendo elevada”.

Obstáculos para el aterrizaje suave durante este año

Más allá de las opiniones que han esgrimido las autoridades mexicanas y estadounidenses sobre el desempeño de sus economías en el arranque de año, existen factores que pueden entorpecer, e incluso impactar de forma negativa, en ambas naciones.

Respecto al caso mexicano, la persistencia de las presiones inflacionarias ha generado que el Índice Nacional de Precios al Consumidor lleve nueve meses oscilando en el cuatro por ciento, dificultando la labor de Banco de México para llevarle al rango objetivo e impactando en los precios de un gran número de bienes y servicios, lo que amenaza con frenar el crecimiento económico del país.

Respecto al caso de Estados Unidos, sucede algo similar; ya que la inflación en dicho país no ha terminado de disminuir lo suficiente para considerarle en el rango objetivo, lo que provocado que la autoridad monetaria del país no comience a disminuir su tasa de interés, una decisión ampliamente esperada por analistas y hasta empresarios, ya que resulta un factor que suele contraer la actividad económica.

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