En un momento en el que las cadenas de suministro se encuentran en plena transformación, la relación económica y comercial entre México y Brasil busca consolidarse a partir del trabajo conjunto entre políticos y empresarios de ambas naciones.
México y Brasil figuran como las economías más grandes de la región latinoamericana, juntas acumulan un Producto Interno Bruto similar al de Alemania, la mayor economía de Europa, y ambos se distinguen como destinos atractivos para la Inversión Extranjera Directa que ha buscado nuevos espacios donde “echar raíz” gracias las tensiones geopolíticas vigentes; sin embargo, el potencial de la relación entre ambas naciones apenas figura en los registros.
Al respecto, la participación de Brasil en las exportaciones de México representa 0.76 por ciento del total, una situación similar a la representación que tiene el 2.26 por ciento de todas las importaciones que México obtiene del exterior y que tienen por origen a la economía más grande de la región latinoamericana, de acuerdo con la plataforma de datos de la Secretaría de Economía (SE).
De lo anterior que Marcelo Ebrard, secretario de economía, considere que: “Hay una avenida muy ancha para recorrer junto con Brasil, que tiene que ver con la industria aeronáutica y espacial, la automotriz, equipo médico y farmacéutico, todo lo que tiene que ver con electrónica e inteligencia artificial, energías renovables y hasta la industria alimentaria; México tiene firmado con Brasil un acuerdo de complementariedad económica desde el año 2003, entonces el crecimiento de nuestra relación ya rebasa ese acuerdo por lo que lo tenemos que actualizar”.
Así, la declaración del excanciller que se dio en el marco del Foro Empresarial México-Brasil y el contraste entre las expectativas que se tienen por la alianza comercial que ambas naciones pueden consolidar, plantean un escenario donde la urgencia por incentivar un nuevo momento de cooperación económica con políticas de integración definidas permitiría escalar la relación que lleva más de 190 años de relaciones diplomáticas, pero apenas 22 de acuerdos de complementación económica.
“Muchas cosas están en nuestras manos, tenemos que abrirnos y sentarnos a discutir qué es lo que Brasil quiere de México y viceversa, qué es lo que queremos vender y que es lo que necesitamos comprar, pero de la forma más abierta posible, para que ambas economías crezcan”, expuso Lula da Silva, presidente de Brasil, en la inauguración del foro.
Las empresas que logran operar en ambos países con una muestra del éxito de la relación
Los lazos económicos y comerciales que tienen México y Brasil cuentan ya con benéficos para cada una de las naciones gracias a lo que cada una le aporta a la otra, y que de a poco queda cada vez más de manifiesto; ya sea desde las inversiones que empresarios de cada país realizan, o la aportación de mercancías vía exportaciones e importaciones.
“Las compañías brasileñas vienen al país porque México es la segunda economía más grande de la región, y comparten muchos de los marcadores económicos como acceso a la tecnología, por ejemplo, de ahí que ven una oportunidad enorme”, considera Iván Canales, director general de Nu México.
El caso de la empresa de servicios financieros digitales de origen brasileño, que ya ha invertido más de mil 400 millones de dólares en el tiempo que lleva operando dentro del país resulta similar a lo que OXXO, compañía mexicana, al haber logrado abrir más de mil 400 sucursales en la nación sudamericana.
Incluso, la vinculación que ambos países han encontrado gracias a sectores como el alimentario o el automotriz, ha dado pie a que en el marco de la coyuntura de la relocalización de las cadenas de suministro, y con la incertidumbre propia de la década, representantes de México y Brasil contemplen el futuro con un escenario base en donde se encuentren más unidos, como lo dejaron ver las conclusiones de los paneles que se llevaron a cabo en el Foro Empresarial México-Brasil.
A futuro la relación entre México y Brasil debe escalar a una magnitud superior
Procurar una integración económica basada en condiciones bien establecidas y mecanismos que permitan la consolidación de la alianza México-Brasil es lo que, en consideración de empresarios de ambos países, y sus representantes, resulte el camino a seguir; incluso al grado de poder impulsar un Tratado de Libre Comercio como el que el país tiene con sus vecinos del norte.