México sin grito ni fiestas patrias por pandemia

La tradicional celebración del 15 de septiembre se vivirá de diferente manera por la emergencia sanitaria. Esto mermará las ganancias no solo de los grandes hoteles y restaurantes, también de los pequeños negocios que dependen de esta importante fecha
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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Los mexicanos celebrarán diferente este año. El inesperado (e invisible) invitado a las fiestas patrias obligará a las personas a quedarse en casa y a seguir las actividades a través de la televisión, el radio e Internet.

La icónica plaza del Zócalo lucirá semivacía, una escena muy diferente a la del último Grito de Independencia en la que se dieron cita más de 80 mil personas para decir en coro “¡Viva México!”.

En su lugar, se encontrará un pebetero con una flama de cinco metros de diámetro y dos de altura que, en palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), significará la “esperanza” en tiempos de incertidumbre.

La pandemia de COVID-19 no solo reconfiguró la organización del 210 aniversario del inicio de la lucha de Independencia, también lo hizo con los negocios que viven alrededor de esta importante fecha de identidad nacional.

Miguel Rodríguez lleva meses esperando a que los números de su puesto móvil mejoren. Tras el decreto de emergencia sanitaria a finales de marzo, el comerciante de 76 años comprendió que la situación sería complicada para él y su esposa Rosalinda Martínez, pero nunca se imaginó que pasaría tanto tiempo sin que pudiera recuperar lo perdido.

“Ya es mucho, ya no podemos aguantar más esta situación. Toda mi mercancía se me ha quedado; yo vivo de la venta de ornamento y figuras de distintas fechas, pero ¿cómo seguir vendiendo si no hay ni quién me lo compre?”, cuestiona Rodríguez mientras empuja su triciclo sobre las calles de la alcaldía Cuauhtémoc en búsqueda de clientes.

Arriba del vehículo de tres ruedas sobresalen los artículos que elabora su esposa desde hace más de cuatro décadas: banderas de tela, charros bigotones de fieltro, broches de sombreros para el cabello, y los clásicos moños tricolor.

Las Fiestas Patrias eran una fecha clave para el matrimonio, ya que conseguían ingresos suficientes para salir adelante hasta la siguiente fecha grande (Día de Muertos) y compraban material, pues Rosalinda cree que al cliente se le debe ofrecer mercancía diferente cada año para ganarse su preferencia.

Yo vivo de la venta de ornamento y figuras de distintas fechas, pero ¿cómo seguir vendiendo si no hay ni quién me lo compre?
Miguel RodríguezComerciante

Y Fiestas Patrias sin música…

Las fiestas por la Independencia del 2019 dejaron una derrama económica por el orden de los 18 mil 700 millones de pesos, de acuerdo con cifras de Concanaco Servytur. Para este año, la confederación de cámaras prevé una caída del 50 por ciento, con ventas por alrededor de 9 mil 300 millones de pesos.

Aunque no se realizará el Grito de manera masiva como dicta la costumbre, las personas no dejarán de celebrar durante esta fecha y aprovecharán la oportunidad para reunirse en pequeños grupos en casas o restaurantes con horario y espacio restringidos.

El estudio ‘Mexicanidad en tiempos de COVID-19’ elaborado por Kantar revela que 84 por ciento de los mexicanos festejará con una cena familiar en el hogar y solo 10 por ciento lo hará en algún lugar público, incluido un 2 por ciento que asistirá a la Alameda Central a escuchar el mensaje del mandatario desde Palacio Nacional.

Para quienes permanezcan en casa, un 68 por ciento reconoce que comprará refrescos, mientras que 52 por ciento acompañará la celebración con una bebida alcohólica, y un 15 por ciento optará por pedir comida a domicilio.

En años anteriores, la algarabia también se acompañaba con grupos de marichis, rancheros, y bailes folklóricos, pero en esta ocasión se sentirá su ausencia.

Ramón Fuentes será de los pocos ciudadanos que saldrá a la calle durante esta noche. No por gusto, sino por una cuestión de necesidad. El mariachi de 33 años necesita aprovechar el ambiente festivo que se vivirá para conseguir un poco dinero, pues, al igual que otros giros, la música dejó de ser una prioridad en esta emergencia.

De jueves a domingo acompaña a su tío, don Alberto Fuentes, a cantar serenatas, un palomazo y una que otra petición de los clientes que salen de la fiesta, el resto de los días se dedica a la carpintería.

El joven cantante reconoce que le gustaría seguir por el camino musical y se mantiene firme con ese deseo, aun con la actual situación y todos los pronósticos en contra.

“Estamos viviendo un momento muy difícil y basta con preguntarle a cualquiera de mis compañeros para que se den cuenta que la música ahorita no es una necesidad. A nosotros como industria nos va a costar más levantarnos, pero mi tío me enseñó que el marichi siempre alegra y debemos mantener esa actitud frente a quienes les cantemos, sea una o 100 personas”.

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