Factores como la falta de infraestructura tecnológica, los usos y costumbres, el porcentaje elevado de informalidad y hasta la regulación de las autoridades, se han convertido en un “talón de Aquiles” que le ha impedido al país subirse a la revolución mundial de los pagos digitales.
México vive una situación de rezago en cuanto al uso de herramientas y mecanismos innovadores para realizar pagos, muestra de ello es que el número de transacciones y transferencias ascendió a 6.9 mil millones en 2022, un crecimiento de cuatro por ciento respecto a 2021, quedando por debajo de naciones con un panorama económico menos favorecedor como Argentina, de acuerdo con el último informe de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Al respecto, la falta de infraestructura tecnológica es uno de los factores que ha impedido a México subirse de manera destacada a la tendencia de la evolución de pagos, explicó en entrevista para Reporte Índigo Pablo Pereyra, Chief Revenue Officer de la empresa de tecnología especialista en ecosistemas transaccionales 2innovate.
“Todos los países adoptan la nube de forma muy rápida, México estuvo más lento en los últimos años, la plataforma te permite resolver todo muy rápido, pero se tiene que pedir permiso y si demora mucho tiempo es contra estratégico. Por ejemplo, es como comprar algo que es rápido, pero lo voy a usar lento, como adquirir un Ferrari, igual toca empujarlo porque no se le puede poner gasolina, es así”, detalló el experto en el tema.
Además, el entrevistado profundizó en que, a dicha situación también se suman los usos y costumbres de los mexicanos, ya que han influido para que no haya la presión necesaria que ayude a impulsar la modernización de pagos, pues en el país la gente tiene el apego de manejarse con dinero en efectivo, situación que en otras naciones es cada vez menos común, como es el caso de Brasil.
“Los mexicanos aún están encasillados en la banca tradicional; en las quincenas se ven los cajeros llenos de gente que saca su dinero, pues lo necesitan para pagar en efectivo porque la comunidad se mueve en efectivo, es como un círculo, un agujero negro; pues, por ejemplo, por más que se hagan llegar las tarjetas para que las personas usen la terminal no las utilizan, porque no le puede pagar a la empleada, al jardinero o a la tienda de abarrotes, es un tema que hay que trabajar”, señaló Pereyra.
Al panorama descrito con anterioridad se suma que la tasa de informalidad laboral en México es de aproximadamente 54 por ciento, de acuerdo con el más reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, lo que significa que más de la mitad de los trabajadores del país desarrollan sus actividades económicas bajo esa condición, ello complica también el uso de las tecnologías para hacer pagos vía electrónica, pues incluso carecen de cuentas bancarias, ya que están acostumbrados a manejarse en efectivo; Además, de que la lentitud en las regulaciones que le corresponden a las autoridades han sido un elemento relevante para que México se muestre lento en temas de bancarización y, al mismo ritmo, la adopción en los sistemas de pagos electrónicos.
¿Existe la posibilidad de que el país supere el rezago?
En el país, el comercio electrónico y el uso de las fintech está incentivando la adopción de pagos digitales, pese a ello, aún existe un largo camino que recorrer para avanzar en dicha tendencia al considerar la baja penetración de métodos modernos de pago respecto a otras naciones, de acuerdo con la consultoría Capgemini.
De lo anterior que en entrevista para este medio, Walter Andriani, vicepresidente de servicios financieros de Capgemini North LATAM, aclaró que para mejorar la situación se puede impulsar la bancarización, ya que en América Latina ronda el 39 por ciento y México está por debajo de ese porcentaje, así como definir una ley de open finance para aprovechar al máximo los datos disponibles.
¿Cómo va la adopción de medios de pago a nivel internacional?
La práctica de los pagos digitales a escala global registra una tendencia de crecimiento que, para 2028, duplicará la cantidad de pagos instantáneos que actualmente se llevan a cabo, pues este año cerrará con alrededor de mil 650 billones de transacciones y en 2028 la cifra rondará los dos mil 800 billones, de acuerdo con Andriani.
En ese contexto, el crecimiento del comercio electrónico se ha convertido en un motor para acelerar el uso de las transacciones sin efectivo, con un crecimiento interanual durante 2024 de 23 por ciento en América Latina, de 20 por ciento en Asia-Pacífico, de 16 por ciento en Europa y de seis por ciento en América del Norte.