La economía mexicana intenta abrirse paso entre un mar de dificultades.
La buena noticia es que las finanzas van creciendo, la mala es que no lo suficiente para cumplir con las expectativas oficiales.
Ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que la economía nacional creció a una tasa de 0.4 por ciento durante el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo anterior.
En su comparación anualizada, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un alza de 2.5 por ciento, lo que se ubica ligeramente por encima de las expectativas de 2.4 por ciento de los analistas encuestados por Bloomberg.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público a cargo de Luis Videgaray se vio obligada a recortar su pronóstico de crecimiento para el 2015 a un intervalo de 2.2 y 3.2 por ciento del PIB. Anteriormente el organismo esperaba un crecimiento entre el 3.2 y 4.2 por ciento.
En conferencia de prensa posterior a la publicación del informe del Inegi, el subscretario de Hacienda y Crédito Público Fernando Aportela calificó como “un crecimiento balanceado” el que experimentó México durante el primer trimestre.
“La economía crece más que el año pasado y de lo esperado por el consenso de analistas”, dijo.
En ese sentido, destaca que el inicio del año pasado también fue más duro para el país ya que creció tan sólo 0.28 por ciento en comparación con el mismo periodo inmediato anterior y 1.8 por ciento anual.
Al igual que el año pasado, la lenta activación de la economía estadounidense ha afectado la demanda externa de México y su propio desempeño económico.
“El crecimiento que tuvimos en el primer trimestre en México también se caracteriza dentro de un primer trimestre en Estados Unidos en su evolución económica que fue complicado […], un efecto de huelgas en los puertos de la costa oeste y la apreciación del dólar contra otras monedas”, explicó Aportela.
Pero sin duda el factor que más dolor de cabeza le ha dado a los funcionarios este año es el desplome de los precios del petróleo. Desde mediados del año pasado el barril de crudo ha perdido alrededor del 50 por ciento de su valor y, aunque se ha recuperado un poco en las últimas semanas, todo indica que hemos iniciado una nueva era de precios bajos.
A esto se le debe agregar que la producción también se encuentra en picada y la única forma de remediarlo es con mayores inversiones, las cuales no son atractivas en estos momentos por el bajo precio del petróleo.
“La actividad petrolera tuvo una menor producción. Hasta el mes de abril, el promedio diario de barriles fue de 2 millones 275 mil y lo que se había estimado en el presupuesto era una producción de 2 millones 400 mil barriles diarios. También el precio del petróleo tiene un nivel inferior”, dijo el subsecretario de Hacienda.
La nueva expectativa
La mayoría de organismos y empresas privadas habían previsto este desempeño durante el primer trimestre y habían adelantado reducciones en sus pronósticos para el 2015.
A principios de semana el propio Banco de México (Banxico) redujo su rango de crecimiento que variaba entre 2.5 y 3.5 por ciento, a uno de 2 y 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Del mismo modo, modificó para 2016 el intervalo para la tasa de expansión del PIB de uno de entre 2.9 y 3.9 por ciento a uno de entre 2.5 y 3.5 por ciento.
Desde hace tres años, México es en uno de los países emergentes más consentidos por parte de los inversionistas, pero la apuesta realizada por los especialistas ha chocado una y otra vez contra la realidad.
De los últimos 11 trimestres, ocho han registrado una tasas de crecimiento menor a la que esperaban el consenso de analistas y muy por debajo de los pronósticos de las autoridades. Sin embargo esta situación está prevaleciendo, de acuerdo a datos de la SHCP en todas las economías emergentes.
A finales del año pasado, los especialistas encuestados por Banxico pronosticaban que México crecería a una tasa de 3.2 por ciento en el 2015.
Ahora esperan un crecimiento de 2.88 por ciento. De manera similar, su pronóstico para el 2016 se redujo en el mismo periodo de 4.56 a 3.4 por ciento.