México a la distancia

Tras unos años de vivir en Irlanda, uno puede comparar y notar que el principal problema de México es la desigualdad.

Y ésta se hace mayor a medida que aumenta la población, al menos en la Ciudad de México esto parece claro.

Es la desigualdad social la que conlleva a otros problemas mayores de distinta índole, como la inseguridad, una educación desigual y la imposibilidad de cobrar impuestos a un amplio sector de la población.

José Guzmán José Guzmán Publicado el
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Tras unos años de vivir en Irlanda, uno puede comparar y notar que el principal problema de México es la desigualdad.

Y ésta se hace mayor a medida que aumenta la población, al menos en la Ciudad de México esto parece claro.

Es la desigualdad social la que conlleva a otros problemas mayores de distinta índole, como la inseguridad, una educación desigual y la imposibilidad de cobrar impuestos a un amplio sector de la población.

Los problemas estructurales son muchos, y aunque ha habido avances importantes a través de los años, en general su solución ha sido siempre paliativa y las crisis económicas de los últimos

30 años del siglo pasado complicaron más la situación.

El gobierno entrante se enfrentará a la situación social más complicada en la historia del país, pero también los poderes Legislativo y Judicial son corresponsables.

Se debe encontrar la forma de disminuir la desiguadad y hacer de ésta una ruta de largo plazo, solo así el país podrá superar su condición social y encaminarse a un nivel de vida más elevado.

Las tareas para lograrlo parecen estar a la vista de todos: mayor crecimiento económico sostenido, una distribución del ingreso más equitativa, mejorar los niveles de educación, salud y empleo, etcétera.

Las políticas económicas y sociales a seguir están claras, se requiere identificar qué es lo que nos impide su aplicación para modificarlo, tal vez la causa sea que el sistema político actual no es el adecuado.

Es importante señalar que México cuenta con un gran potencial para salir adelante de manera satisfactoria.

Cuando uno revisa el índice de felicidad de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD) se da cuenta que, no obstante todos sus problemas, México es uno de los países más felices, superando inclusive a naciones de mayor desarrollo.

Quizá sean su gente, su clima y su comida, razones por las que es más fácil para un extranjero adaptarse a la vida de nuestro país.

A la distancia, por la lectura de los diarios nacionales por Internet, México aparenta estar convulsionado, pero se le extraña.

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