El Banco de México solicitó recientemente al Fondo Monetario Internacional un nuevo escudo de protección.
Se trata de una línea de crédito contingente, que se usará solo en caso de emergencia y que tendrá una duración de 24 meses.
El monto de ésta es de 47 mil millones de SDR, una unidad de intercambio que usa el FMI. Según el organismo esto se traduce a aproximadamente 73 mil millones de dólares a tipo de cambio actual.
La petición la hicieron el secretario de Hacienda de la administración pasada, José Antonio Meade, y el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
La carta enviada el 5 de noviembre a la directora general del organismo internacional es avalada por el equipo de transición del entonces presidente electo Enrique Peña Nieto, con la firma simbólica de Luis Videgaray Caso, actual secretario de Hacienda.
Este tipo de líneas de contingencia no son nuevas. En abril del 2009, las autoridades monetarias abrieron con el fondo una línea de poco más de 48 mil millones de dólares, misma que no usaron.
En marzo de 2010 se reanudó el acuerdo, aunque esta vez por uno de dos años de duración y 73 mil millones de dólares, idéntico al proscrito en enero de 2011 y este más reciente.
En la evaluación obligatoria hecha por el fondo, se deja claro que México usará el dinero como una precaución, pero si este se usara sería “la exposición de crédito más grande del fondo”.
Aunque añaden que México tiene un récord “ejemplar” de pagos al FMI.
Temores persisten
El uso de estas líneas de crédito obedecen a temores sobre lo que podría ser una fuga masiva de capitales.
El mercado de bonos de renta fija, es decir de CETES, está casi en su mayoría en manos de extranjeros.
De caer sobre la economía mundial un suceso extremo y de retirar los extranjeros su inversión en estos bonos con el fin de ir hacia la seguridad relativa del dólar, podría surgir una importante devaluación del peso.
Para hacer frente a la contingencia y además señalar a los mercados, el Banco de México ha estado incrementando sutilmente sus reservas. Este crédito con el FMI va en línea con esa estrategia.
La señal que el Banco de México busca dar a los inversionistas es clara: tenemos cuantiosas armas en el caso de una fuga de capitales masiva.
No obstante, el Fondo Monetario, siempre precavido, hace alusión en la evaluación de la economía mexicana que éstas deberían ser todavía mayores.
El nivel de reservas se ubica en aproximadamente 166 mil millones de dólares, pero la entrada de capitales extranjeros continúa sin fin aparente.
Los extranjeros tienen ya portafolios con inversiones mexicanas por 355 mil millones de dólares.
Es decir, las reservas cubrirían el 46 por ciento de todos los portafolios de inversiones de extranjeros en el país.
Pero comparando con otros 38 países que el organismo analiza, el nivel parece preocupante. La media de ellos es de casi 140 por ciento, por lo que muchos podrían fácilmente protegerse contra una fuga de capitales.
De hecho, en cuanto a porcentaje del PIB, las reservas de México, a pesar de estar en niveles históricos, tampoco llegan a la media de estos países.
Con la línea de crédito del FMI apenas se logra sobrepasar a ésta, colocando a México en el nivel de Letonia o Uruguay en cuanto a reservas como porcentaje del PIB.
El organismo señala que la decisión de tomar esta línea de crédito precautoria es una buena medida porque México es un caso especial de riesgo, debido a que tiene mercados de capital muy líquidos.
Es decir, que resulta fácil retirar el dinero si surgiera alguna eventualidad económica.
Los riesgos a la economía provenientes del exterior, dice el organismo, se han intensificado por la crisis del euro y la falta de acuerdos fiscales en Estados Unidos.
En pocas palabras, el Banco de México y el FMI parecen estar de acuerdo en que estamos expuestos cada vez más a una fuga de capitales masiva.
La línea de crédito más reciente apoya estos temores y hace algo para asegurar a los inversionistas, pero dado ciertos criterios, no es suficiente.
Deudor confiable
Cinco razones del FMI para aprobar el crédito a México:
1 Postura externa sustentable
El déficit de cuenta corriente es pequeño y está previsto que se mantenga moderado en el mediano plazo, mientras que el tipo de cambio se ha mantenido en línea con los fundamentos (económicos).
2 Cuenta de capital dominada por flujos privados
El volumen de la deuda externa mexicana continúa siendo de acreedores privados, y los flujos de portafolio privado y la Inversión Extranjera Directa continúa siendo grande relativa al flujo de balance de pagos.
3 Postura relativamente cómoda de reservas
Las reservas internacionales brutas llegaron a 166 mil millones de dólares en septiembre (del 2012).
4 Deuda pública sostenible y finanzas públicas sanas
La política fiscal sigue siendo guiada por la regla de balance presupuestal, lo que sustenta el compromiso de las autoridades de mantener el déficit del sector público a niveles que aseguren una sostenibilidad.
5 Inflación baja y estable
Las presiones inflacionarias se han mantenido constantes a pesar del reciente incremento en la inflación ligada al incremento en el precio de los alimentos. La inflación subyacente se mantiene en el intervalo meta, particularmente en el mercado de servicio.
FUENTE: FMI