Mala elección

¿En qué se parecen el precandidato republicano de la derecha Donald Trump y el precandidato demócrata de la izquierda Bernie Sanders? Ambos ganaron las elecciones primarias de New Hampshire y han hecho del proteccionismo económico una de sus principales banderas de campaña.

El riesgo para México es importante. Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el país ha apostado por un modelo de crecimiento abocado a la apertura comercial. El 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destinan a Estados Unidos.  

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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millón de dólares por minuto es el flujo bidireccional del comercio entre México y Estados Unidos, según datos de la Secretaría de Economía
"No importa si es China, Japón o México; todos ellos están tomando nuestros empleos y necesitamos empleos en este país. Basta con lo que hemos estado haciendo con nuestro comercio internacional”
Donald TrumpPrecandidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos

¿En qué se parecen el precandidato republicano de la derecha Donald Trump y el precandidato demócrata de la izquierda Bernie Sanders? Ambos ganaron las elecciones primarias de New Hampshire y han hecho del proteccionismo económico una de sus principales banderas de campaña.

El riesgo para México es importante. Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el país ha apostado por un modelo de crecimiento abocado a la apertura comercial. El 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destinan a Estados Unidos.  

Las recientes victorias de Trump y Sanders apenas representan el inicio de una carrera presidencial donde aún no figura algún favorito para llevarse la candidatura de cada partido. 

Sin embargo, el discurso de estos candidatos, referidos comúnmente como populistas en los extremos del espectro político, ha puesto de relieve un tema crucial: gran parte del electorado estadounidense estaría dispuesto a apoyar políticas que reviertan el avance del libre comercio y la globalización.

Esta visión contrasta con uno de los legados de política económica más significativos de la administración de Barack Obama: la firma del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), el tratado comercial más importante a nivel global que reúne a doce países (incluido México).  

Asimismo, Estados Unidos está negociando un tratado similar con la Unión Europea denominado Acuerdo de Asociación Transatlántico (TTIP, por sus siglas en inglés).

Proteccionismo exacerbado

Bernie Sanders, autodenominado como un “socialista democrático”, es un crítico consistente de ambos proyectos.

El año pasado, en plena negociación del TPP, el senador por Vermont publicó en su cuenta de Twitter: “El libre comercio sin restricciones ha sido un desastre para los trabajadores americanos. Ya llegó el tiempo de terminar con nuestras desastrosas políticas comerciales”.  

La postura de Donald Trump resulta más sorpresiva, considerando su trayectoria empresarial y la tradición del Partido Republicano de favorecer el libre comercio. La retórica proteccionista del multimillonario se ha centrado en ataques a las “injustas políticas comerciales” de Japón, China y México, países con los que Estados Unidos sostiene déficits en la balanza de mercancías. 

A mediados del año pasado, la armadora Ford anunció una inversión de 2.5 mil millones de dólares en México. La reacción pública de Trump fue inmediata: “Le diría al director de Ford  que lo siento, que no lo voy a permitir. Le diría que va a tener que pagar un impuesto de 35 por ciento por cada auto y cada camioneta que atraviese por nuestra frontera sur. Eso es lo que va a pasar”. Esto significa una revocación de las estipulaciones del TLCAN.

Aún si algún candidato con posturas proteccionistas llega a la Casa Blanca, difícilmente podría reformar la ley para limitar los efectos del TLCAN. Esto requiere de aprobación del Congreso, el cual se encuentra dominado por el Partido Republicano, cuyas posturas favorecen políticas orientadas al libre comercio.

No obstante, el Presidente cuenta con facultades para asignar a miembros de la Comisión Internacional del Comercio y de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, quiénes ejercen influencia sobre el curso de las políticas comerciales.

Quieren guerra (comercial)

La imposición de tarifas a los productos mexicanos derivaría en una confrontación comercial que se traducirá en alzas arancelarias que restarían competitividad a la región.  

De acuerdo al Georgetown Journal of International Affairs, el 40 por ciento del contenido de los productos de exportación mexicanos fueron manufacturados en Estados Unidos, y México es el segundo mayor mercado de exportación estadounidense.

Dada la interdependencia de ambas economías, patente en el flujo bidireccional de mercancías (equivalente a un millón de dólares por minuto, según datos de la Secretaría de Economía), el costo de una guerra comercial para Estados Unidos es enorme. 

La administración de Obama y el gobierno mexicano están conscientes de ello: en la última reunión entre los secretarios de Relaciones Exteriores de América del Norte, celebrada hace dos semanas, se dejó en claro que fortalecer la integración y la competitividad de la cadena productiva del TLCAN es una prioridad de Estado.

El discurso de Trump y Sanders es disonante respecto de la dirección que ha tomado la política comercial en América del Norte. El diario Washington Examiner reduce estas posturas proteccionistas a una frase: “Las guerras comerciales de Trump no harán a América grandiosa otra vez” (en alusión al eslogan de la campaña del precandidato republicano).

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