En la conferencia anual de directores ejecutivos de JP Morgan, Manuel Sánchez González, subgobernador del Banco de México, discutió sobre el pronóstico para el país ante la situación económica global.
Notando que el país ha mantenido un proceso de recuperación económica desde el 2009, el subgobernador observó que el PIB nacional aumentó en un 4.6 por ciento en el primer cuarto del año, una expansión significante en conjunto con la mayoría de los componentes de la demanda.
De forma prometedora, el incremento de inversión bruta en los últimos meses ha exhibido alto crecimiento.
En contraparte, Sánchez González apreció las diversas amenazas que ponen en riesgo el desarrollo sustentable de la economía nacional. En principio, denotó a la alta dependencia que existe ante condiciones económicas globales como una situación de alto interés para el país.
El Subgobernador resaltó como el factor externo de mayor impacto al rendimiento de la economía estadounidense, en especial de su producción industrial.
Al resaltar cómo la reciente información de Estados Unidos no muestra un crecimiento prometedor en la producción de manufactura, empleo, y crecimiento de actividad económica, Sánchez González percibe un posible impacto negativo en la producción industrial mexicana.
Incertidumbre europea
En segundo plano, destacó cómo la evolución de la crisis financiera en la Eurozona puede afectar la estabilidad financiera de México.
Enfatizó que la incertidumbre sobre el desenlace de la crisis europea puede afectar a la estabilidad de precios en México y la tasa de cambio del peso contra el dólar.
Al analizar la condición de la situación interna, observó como la inflación ha ido a la alza, a diferencia de los últimos dos años. Notó cómo en junio se observó una inflación del 4.3 por ciento sobrepasando el objetivo propuesto por Banxico del 3 por ciento.
Adjudicó este incremento a la condición negativa del sector agrícola, que ha incrementado los precios más de lo esperado.
Al concluir, el subgobernador expresó que se requiere de mayor estabilidad financiera para garantizar un crecimiento de largo plazo.
En especial, destacó que la agenda económica del país debe buscar fortalecer a las finanzas públicas, subrayando la significante dependencia que existe sobre las ganancias petroleras.
Finalmente, consideró la importancia de crear reformas estructurales para desmantelar obstáculos a la inversión privada y buscar la desregulación para una mayor productividad nacional.