Los fracasos económicos

La actual administración cierra con varios pendientes en materia económica y financiera que pasarán a manos del siguiente gobierno. La implementación de algunas reformas que no lograron sus objetivos y el débil crecimiento son algunos puntos a destacar en el balance general
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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Las promesas se diluyeron. En abril de 2013, el presidente Enrique Peña Nieto soltó una bomba tras su participación en el Foro de Boao para Asia: con el paquete de reformas estructurales la economía mexicana crecerá a tasas superiores de 5 o 6 por ciento anual durante su sexenio.

La estrategia del mandatario estaba sustentada en estas iniciativas con las que buscaba reestructurar el país y con ello alcanzar el Mexican Moment (Momento Mexicano).

Sin embargo, un mes después la bomba explotó. Durante el primer trimestre de ese año el Producto Interno Bruto (PIB) nacional avanzó apenas un 0.8 por ciento, el resultado era el primero de su gestión.

Aunque en ese entonces el mandatario mostró poca preocupación argumentando que cumpliría con sus promesas de campaña, los daños de esa granada fueron permanentes. Durante los siguientes trimestres el indicador reportó resultados similares.

Al cierre de 2017, la economía mexicana creció 2.0 por ciento, el ritmo más bajo en los últimos cuatro años a causa de un menor dinamismo en el sector de servicios y la recesión en la industria, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Al comparar este avance con el resto del mundo, México se ubica en una posición privilegiada, pues es de los pocos países que ha crecido de manera permanente en los últimos años.

Pero, al mirarlo de manera interna, en los detalles se esconden muchos problemas, debido a que la economía mexicana ha mantenido un magro crecimiento.

Carlos Brown, coordinador del programa de Justicia Fiscal en la organización Fundar, opina que la actual administración pasará a la historia con un sabor agridulce. En materia económica, muchas de las promesas del político priista se incumplieron, aunque también es importante destacar algunos aciertos.

“Es un sexenio que nos queda a deber mucho empezando porque no se logró el crecimiento esperado y las tasas de pobreza y desigualdad se quedaron estancadas. Al hacer un balance el saldo es negativo porque fue un gobierno con un desempeño mediocre”, dice el también colaborador del reporte Fue un mal año. No, menos, como seis elaborado por Fundar

En cuanto a generación de empleos, cifras oficiales muestran que el Gobierno federal logró superar la meta de cuatro millones. Pero, el repunte en la creación de puestos de trabajo estuvo acompañada de un deterioro en las condiciones laborales.

Datos del Observatorio Laboral, perteneciente a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), muestran que el ingreso promedio mensual de los profesionistas a nivel nacional oscila los 8 mil pesos y muchos de ellos no tienen acceso a servicios o prestaciones básicas.

69
por ciento de los mexicanos desaprueba la labor de EPN

También las finanzas públicas se enfrentaron a un complejo panorama a nivel nacional e internacional, situación que puso en jaque la gran dependencia que se tenía con los ingresos petroleros.

En los últimos años, este beneficio ha ido en decremento, en gran parte, por los bajos precios internacionales del crudo y a la disminución de la producción.

En un intento por mitigar el deterioro a las arcas públicas se puso en marcha la Reforma Fiscal. La iniciativa ayudó a elevar la recaudación tributaria y la consolidó como la principal fuente de ingresos de la administración.

Los ingresos tributarios representaron 56 por ciento de la composición del Gobierno federal en 2017, según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

No obstante, al ver la imagen completa lo que ocurrió fue una gasolinización, ya que el IEPS es el impuesto que está sosteniendo las finanzas públicas de México en este momento

El nivel de endeuda- miento público también es considerado como otro fracaso económico del gobierno saliente. A finales del año pasado el nivel alcanzó un saldo neto de 10.88 billones de pesos.

El endeudamiento sumado al gasto gubernamental fueron una mala ecuación, ya que no se pudieron atender las necesidades de la población en materia de infraestructura, bienes y servicios públicos como la salud, la educación, la protección social y ambiental.

10.88
billones de pesos es el nivel de endeudamiento público

En el otro lado de la moneda, Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), coincide en que la administración que concluirá mañana con el cambio de poderes dejó varios pendientes en materia económica. Pero, también hay cosas que se tienen que recalcar.

“Hay algo de lo que casi no se habla que se tiene que resaltar y es que a raíz de la Reforma Energética, México se pudo abrir camino en el mercado eléctrico que es un segmento muy renovado, mucho más dinámico y mejor regulado”.

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