Los drones del narco

La tecnología es la gran aliada de los negocios, incluso cuando estos son ilícitos.

Uno de los más grandes desafíos para los cárteles de droga es cruzar la frontera hacia Estados Unidos con su producto.

Las organizaciones criminales han dedicado gran parte de sus recursos para encontrar nuevas formas de mover su mercancía. 

El uso de avionetas y submarinos evolucionó con la llegada de los narcotúneles de Joaquín “El Chapo” Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa, y otras formas creativas de contrabando hormiga.

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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La gran mayoría de los drones utilizados por el narco mexicano son aviones caseros del tipo ‘hágalo usted mismo’, con instrucciones que se pueden obtener facilmente a través de Internet
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La tecnología es la gran aliada de los negocios, incluso cuando estos son ilícitos.

Uno de los más grandes desafíos para los cárteles de droga es cruzar la frontera hacia Estados Unidos con su producto.

Las organizaciones criminales han dedicado gran parte de sus recursos para encontrar nuevas formas de mover su mercancía. 

El uso de avionetas y submarinos evolucionó con la llegada de los narcotúneles de Joaquín “El Chapo” Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa, y otras formas creativas de contrabando hormiga.

Ahora, todo parece indicar que los narcotraficantes aprovechan la tecnología de los aviones no tripulados, mejor conocidos como drones, para contrabandear drogas.

Un reporte reciente de Robotics Business Review afirma que los cárteles mexicanos han aprendido a construir y utilizar drones en sus operaciones.

De acuerdo con la publicación, un dron es capaz de cargar 100 kilogramos de cocaína cada viaje. Un kilogramo de la droga tiene un valor aproximado de mil 700 dólares en Colombia, que aumenta a 8 mil en México y se vende hasta por 30 mil en Estados Unidos.

Al final, cada vuelta exitosa recorrida por un dron puede llegar a tener una ganancia de 2 millones de dólares para el narcotraficante.

Utilizar drones disminuye de manera considerable el riesgo y, sobre todo, los costos. Expertos afirman que con lo que cuesta construir un submarino para contrabandear droga, un narcotraficante puede operar alrededor de 12 drones. 

Aún y cuando tengan una capacidad más limitada de carga, el margen de utilidad es mayor.

Otra de las ventajas es que estos drones no requieren de una persona muy especializada para construirlos y operarlos. 

La gran mayoría son aviones caseros del tipo “hágalo usted mismo”, con instrucciones que se pueden obtener facilmente a través de Internet. 

De esta forma, existen muchas menos posibilidades de que algo salga mal y algún narcotraficante sea atrapado por las autoridades.

Querer es poder

Las alternativas actuales con las que cuentan los cárteles de drogas son complejas y costosas. Cada nueva medida de seguridad fronteriza parece estar acompañada con una nueva técnica de contrabando más ingeniosa.

Estos son los ejemplos más destacados que demuestran hasta dónde están dispuestos a llegar los narcotraficantes para hacer su negocio:

Narcotúneles

La idea de construir túneles para transportar droga se le atribuye a Joaquín “El Chapo” Guzmán del Cártel de Sinaloa. Con el tiempo, la sofisticación y precio de estos corredores se ha elevado.

El año pasado las autoridades estadounidenses descubrieron un túnel de casi 4 kilómetros de longitud que pasaba de Tijuana hasta San Diego.

Este túnel contaba con instalación de luces, sistema de ventilación y un sistema de tren eléctrico.

Desde el 2008 se han encontrado más de 75 narcotúneles entre México y Estados Unidos.

Estilo medieval

Uno de los métodos que más ha llamado la atención es el uso de catapultas para lanzar paquetes de drogas a través de la frontera, a pesar de que suena algo impráctico.

Varios de estos artefactos han sido confiscados por las autoridades.

El alcance y precisión de las catapultas son limitados, además de que se necesita de una persona preparada del otro lado que recoja el paquete.

Ciertos grupos incluso han sido atrapados con bazucas de aire, similares a las que se utilizan en los estadios deportivos para lanzar camisetas.

La vía acuática

En 1993, los primeros submarinos que utilizaron los cárteles eran semisumergibles. Esto significa que la mayor parte de la cabina y los tubos de escape eran visibles por encima del agua.

Los nuevos modelos son completamente sumergibles y están diseñados para no ser detectados ni si quiera por sistemas de rayos infrarrojos, radar o sonares.

Aunque estos vehículos son capaces de transportar grandes cantidades de drogas, su construcción es de las más complicadas, por lo que las pérdidas en caso de ser descubiertos es muy grande.

Apariencias engañosas

Atravesar la frontera caminando con un paquete de drogas escondido es una de las maneras más peligrosas de contrabandear, por lo que cada vez se encuentran nuevas formas de esconder la mercancía.

Uno de los métodos más usados son las mujeres que esconden drogas en implantes de senos. También se ha intentado ocultar las sustancias en casi cualquier recipiente. Se han detectado a personas que simulan tener una fractura en la pierna, o estar discapacitadas, solo para pasar desapercibidas.

Incluso se han registrado casos en los que usan artículos de un bebe, como una carriola, o los pañales.

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