Luego de que se viviera una jornada histórica en los mercados financieros internacionales, marcada por la pérdida de beneficios y la caída de los indicadores bursátiles más importantes del ecosistema, el ambiente en las bolsas ha regresado a la normalidad, no sin antes haber visibilizado el estado endeble de los mercados globales y los riesgos económicos latentes.
Hace una semana los mercados financieros del mundo se hundieron ante un contexto de pánico generado por una serie de datos que plantearon un panorama contrario a las consideraciones que los inversores tenían; y aunque figuró como una sesión que pasó a la historia por su impacto negativo, hoy todo parece estar en calma.
Prueba de ello es que las pérdidas que el pasado cinco de agosto registraron indicadores como Nikkei 225, Dow Jones o FTSE 100, por mencionar, se vieron eclipsadas por una rápida recuperación que, incluso generó un contexto en el que la Bolsa Mexicana de Valores alcanzó un avance semanal de 1.55 por ciento.
Así, el contraste entre el pánico financiero vivido en el arranque de mes y la pronta recuperación de su impacto ha dejado en claro que gracias al contexto macroeconómico, monetario y hasta geopolítico actual, la sensibilidad de los mercados ante cualquier señal se encuentra en un punto álgido; explicó en entrevista para Reporte Índigo, Miriam Acuña, economista en jefe de GBM.
“El mensaje principal de todo esto es la relevancia que tienen las expectativas de los inversionistas no solo a variables como el crecimiento económico, y es que la mayoría de los mercados cayeron el lunes luego de conocer diferentes datos que ya se venían manejando en días previos, lo que generó un movimiento brusco; ahora los mercados están tranquilos, porque las expectativas se han moderado al asimilarse las noticias, pero no implica que el riesgo haya desaparecido, porque hay incertidumbre en algunas variables importantes”, destacó la analista.
De lo anterior que, en consideración de Acuña, elevar a lo sucedido la semana pasada al nivel de las tragedias financieras más importantes, carece de argumentos sólidos, ya que eventos de la talla de la crisis financiera de 2008, el lunes negro de 1987, o incluso el crack del 29, registraron caídas más profundas, duraderas y generaron cambios estructurales en la economía global.
“Los mercados financieros recordarán los acontecimientos de principios de agosto como uno de los mayores episodios de volatilidad en materia carry-trade de 2024, lo que elevó rumores de una recesión en Estados Unidos y especulaciones sobre que la Reserva Federal debió reducir los tipos de interés con anterioridad. Sin embargo, estos rumores fueron disipándose con los comentarios de los propios miembros de la autoridad y con la recuperación de los mercados”, consideró la dirección de análisis económico y bursátil de CI Banco.
Riesgos reales ante un contexto complejo que podría generar una nueva tragedia financiera
Sin embargo, el hecho de que lo sucedido en la sesión del lunes pasado haya podido generar un impacto reservado ya en un balance semanal, no significa que los factores que motivaron tal caída en los indicadores bursátiles no sean reales, por lo que la alerta ante el comportamiento de esas variables resulta imperativo ante la posibilidad de nuevos datos que puedan generar una reacción similar en los mercados, expuso la especialista consultada por este medio.
Por ejemplo, aunque el más recientes registro disponible del Producto Interno Bruto de Estados Unidos reflejó un avance de 2.8 por ciento, el ritmo de crecimiento que venia manejando el indicador suponía una desaceleración de la considerada economía más grande del mundo; de la misma forma que los últimos reportes sobre el desempeño de diversas empresas globales no ofrecieron un panorama alentador a futuro; y las tensiones geopolíticas vigentes que no solo amenazan con agravar los conflictos que actualmente se encuentran en desarrollo, sino que podrían impactar en cuestiones como las cadenas de producción y el abasto de insumos.
“Ante el entorno global y las cifras recientes en la economía nacional, también ajustamos nuestro marco macro para México, pronosticando un crecimiento del Producto de Interno bruto a 1.6 por ciento en 2024, una inflación subyacente en 4.1 por ciento para el cierre de año y un tipo de cambio en 19.50 pesos”, consideró la dirección de estudios económicos de Citibanamex sobre el panorama nacional, luego de lo acontecido en los mercados financieros el lunes pasado.
Atención al futuro, y a la forma de analizarlo
La economista en jefe de GBM destacó el hecho de que, en el marco de un panorama en los mercados caracterizado por la incertidumbre, es necesario contemplarlos con una visión panorámica y de largo plazo, que permita trascender del sensacionalismo que suelen ofrecer este tipo de eventos, para poder entender qué factores en realidad pueden poner en jaque a la economía nacional, internacional y al sistema financiero en general.
“Al analizar así el comportamiento de los mercados podría ayudarnos a no apanicarnos por noticias que van exponiendo que se acerca una recesión, o por el hecho de que alguien pronostique un evento así; analicemos sector por sector, empresa por empresa, para poder observar así de qué tamaño puede llegar a ser la afectación por un evento de esa magnitud”, concluyó Miriam Acuña.