Latinoamérica a la derecha

La victoria política de Sebastián Piñera en Chile es el ejemplo más reciente de una clara tendencia en la que el electorado latinoamericano opta por un candidato con un programa ‘promercado’ como voto de castigo a gobiernos de izquierda, que privilegiaron políticas de combate a la desigualdad
Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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El rasgo más característico de la historia económica de América Latina es la desigualdad. México y Chile, las únicas dos naciones latinoamericanas que son miembros de la OCDE, tienen los niveles más altos de desigualdad de ingreso (medido por el coeficiente de Gini) al interior del grupo que es conocido como “el club de los países ricos”.

Esta profunda división económica y social se ha vuelto patente en la región en procesos electorales altamente polarizados entre dos proyectos antagónicos: el de la izquierda, al que sus críticos insisten en llamar “la opción populista”, y el de la derecha, cuyos detractores refieren como “el modelo neoliberal”.

La victoria electoral de Sebastián Piñera en Chile, es el ejemplo más reciente de una clara tendencia en la que el electorado latinoamericano opta por un candidato de la derecha, con un programa “promercado”, como voto de castigo a gobiernos de izquierda que padecieron la caída del precio de los commodities iniciado en el 2014.

“Juntos, podemos transformar a Chile en una nación desarrollada, en un Chile sin pobreza, con oportunidad para todos. Chile recuperará el camino del progreso y el desarrollo”
Sebastián PiñeraPresidente electo de Chile

El domingo pasado, Chile eligió por segunda vez en su historia a Sebastián Piñera como presidente. El exempresario, cuya fortuna está valuada en 2.7 mil millones de dólares, derrotó al candidato oficialista de la coalición de centro izquierda, Alejandro Guillier, en una segunda vuelta electoral.

La respuesta de los mercados fue unánime. El lunes, el mercado de valores de Chile presentó una ganancia de 6.2 por ciento, la mayor alza intradía desde agosto del 2011. En noviembre, luego de que se dieron a conocer los resultados de la primera vuelta electoral, que auguraban una competencia incierta para la segunda vuelta, el índice bursátil chileno IPSA registró una caída de 5.9 por ciento.

El peso chileno se apreció 2.45 por ciento frente al dólar en la misma jornada, el mayor avance del tipo de cambio desde febrero del 2009.

El descontento hacia el gobierno saliente de Michelle Bachelet se explica, en gran medida por los casos de corrupción que afectaron a su administración y por una evidente desaceleración económica. Durante el segundo mandato de Bachelet, el producto interno bruto creció a una tasa promedio anual de 1.9 por ciento. La cifra contrasta con el crecimiento promedio de 5.4 por ciento anual que se presentó en la primera gestión de Piñera.

Sin embargo, el consenso de analistas argumenta que esta diferencia obedece a que el primer término de Piñera coincidió con un periodo en el que el precio del cobre se mantuvo en un nivel relativamente alto.  En cambio, Bachelet gobernó en un momento en el que el mercado de cobre transitó hacia un nuevo equilibrio de menor demanda global. Entre el punto más alto del precio del cobre presentado en la gestión de Piñera y el punto más bajo de la gestión de Bachelet hay una diferencia del 52.48 por ciento.  Chile, el mayor productor de cobre en el mundo, obtiene alrededor de la mitad de sus ingresos de exportación a partir de la venta de este material en el exterior.

Chile: no hay rompimiento

Chile es el país más rico de América Latina, con un ingreso per cápita de 15,019.63 dólares, en términos de paridad de poder de compra a precios del 2010, mayor a los 9,707.9 dólares, de la cifra comparable de México.

9,707.9
Dólares es el ingreso per cápita de México en términos de paridad de poder de compra a precios del 2010
15,019.63
Dólares es el ingreso per cápita de Chile en términos de paridad de poder de compra a precios del 2010

Sebastián Piñera hizo campaña bajo la idea de convertir a Chile en un país desarrollado. El recorte de impuestos corporativos y un proyecto de desregulación se encuentran al centro de su propuesta.

Sin embargo, a diferencia de lo que ha sucedido en Argentina y en Brasil, Piñera promete ofrecer continuidad a algunas reformas de Bachelet orientadas a la construcción del Estado de Bienestar, notablemente en materia de acceso a la educación superior.

Pocos analistas esperan que el gobierno de Piñera represente un rompimiento total como el que dirige Mauricio Macri respecto a sus antecesores kirchneristas o como el que está implementando Michel Temer en relación a los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff.

El agotamiento del modelo de la izquierda latinoamericana, que financió subsidios y programas sociales a gran escala a partir del boom de los commodities, se tradujo en un viraje a la derecha en las principales economías de la región.

Los esfuerzos draconianos de austeridad, combate frontal a la inflación, liberalización del sector exportador y apertura del sector energético se han vuelto característicos de los gobiernos de Argentina y Brasil.

No obstante, estas políticas tienen un costo social relevante en el corto plazo. La sombra de la candidatura de Lula da Silva vuelve a emerger en Brasil de cara al proceso electoral del siguiente año. Asimismo, en Perú, el presidente tecnócrata Pedro Pablo Kuczynski, cuenta con poco capital político para enfrentar las acusaciones de corrupción en relación al caso Odebrecht.

Una lección para México

México, la segunda mayor economía de América Latina, se convertirá en el nuevo escenario de polarización en la región. El proyecto de la continuidad del candidato oficialista José Antonio Meade y la incógnita que representa la coalición PAN-PRD-Movimiento Ciudadano en materia de política económica antagonizan con la plataforma del candidato antisistema, Andrés Manuel López Obrador, que promete privilegiar una ambiciosa agenda de inversión en infraestructura y ampliación de programas sociales.

En ese sentido, Chile ofrece una lección valiosa. La polarización y el rompimiento total en materia de política económica se pueden convertir en una carga de largo plazo. A pesar de que el reto para combatir la desigualdad está lejos de ser resuelto, Chile sigue siendo el único país  de América Latina con posibilidades de superar la trampa del ingreso medio en un horizonte visible.

La transformación de Chile

Las promesas de la agenda ‘procrecimiento’ de Piñera

> Revertir el aumento a la tasa del impuesto corporativo implementado por Bachelet

> Reforma laboral de corte liberal

> Duplicar tasa de crecimiento económico

> Crear 600,000 empleos

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