A pesar de la resistencia que se vive en la región, la transición a una dinámica económica alejada del uso del dinero físico permite sumar practicidad en las transacciones que se realizan día a día, mejorar la administración del presupuesto y disminuir el riesgo ante la inseguridad.
Poco a poco las compras en línea y los pagos digitales se han vuelto parte de la rutina diaria, al mismo tiempo que las monedas y los billetes han dejado de ocupar un espacio primordial dentro de las billeteras, y no precisamente por la falta de un ingreso, sino porque la tecnología ha permitido que la dependencia al efectivo haya quedado atrás.
Sin embargo, a pesar de figurar como una tendencia global, la adopción de métodos de pago digitales no avanza de la misma forma en todas las regiones, al respecto, América Latina registra un rezago importante, ya que el 65 por ciento de las transacciones que se realizan en su interior, todavía se llevan a cabo con efectivo, de acuerdo con el estudio “El lado humano de la transición a Cashless”, elaborado por la iniciativa Más Efectivo sin Efectivo.
El acceso a productos financieros formales tiene el potencial de transformar la vida de las personas al permitir el consumo de bienes y servicios que brindan bienestar, sin embargo, dentro del país no todas las personas disfrutan de dichos beneficios.https://t.co/rXiXk5Z9oT
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) January 26, 2024
Al respecto, factores como el miedo a un posible fraude, los costos que implica migrar a sistemas digitalizados y hasta un mayor control fiscal, han detenido una adopción más agresiva de soluciones tecnológicas aplicadas a la economía, ya que, como lo expone el estudio “Un negocio piensa, si uso pagos digitales voy a tener que pagar impuestos, me van a empezar a fiscalizar, voy a tener que contratar un contador, y todo lo que se asocia con ello”, por ejemplo.
Lo anterior ha provocado que, para el caso mexicano, tan solo cuatro de cada 10 pagos que se realizan al interior de la economía nacional se llevan a cabo de forma digital, un nivel inferior al de países como Chile, Argentina e incluso Perú, según el “Panorama Anual de Inclusión Financiera 2023” de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
No obstante, lo anterior no implica necesariamente que el uso de dinero físico ofrezca el mejor de los escenarios para productores y consumidores; ya que el riesgo que implica su conservación y resguardo hace que los costos relacionados con la seguridad del efectivo sean los que representan una mayor cantidad de problemas para sus los usuarios, acorde a los descubrimientos de Más efectivo sin efectivo.
Por ello, migrar a dinámicas alejadas del dinero físico, un proceso que tomó mayor relevancia a partir de la pandemia, puede brindar una gran cantidad de ventajas; desde mayor practicidad al realizar pagos con un solo clic, poder reducir el gasto al no contar con el efectivo al momento y hasta reducir el riesgo de robos.
📰 #Portada | Migrar las compras y transacciones lejos del dinero físico y consolidar un ecosistema digital, luce como un reto difícil de superar, sobre todo en México, donde 8 de cada 10 personas prefieren usar efectivo para compras mayores a $500https://t.co/fxMKaezKU8 pic.twitter.com/8lcCbcplQ6
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) September 11, 2023
“La digitalización de la economía es pegajosa, una vez que entras en ella es difícil que quieras dar un paso atrás, sobre todo después de que experimentas la conveniencia que obtienes a partir de la transformación; las personas que antes, tal vez por su edad, por su situación geográfica, su accesibilidad a la conectividad, no habían tenido contacto con pedir el super a domicilio, ordenar comida, hacer transferencias, ahora lo perciben más cercano”, puntualiza Luis Torres, especialista en inclusión financiera y pagos digitales de Más Efectivo sin Efectivo.
La economía sin efectivo brinda mayor practicidad y amplía el alcance del consumo
La principal ventaja que ofrece manejar una economía alejada del dinero físico es la capacidad de realizar compras y pagos sin la necesidad de limitarse por el efectivo con el que se cuente al momento, cuestión que incluso brinda la posibilidad de que el consumo se lleve a cabo en prácticamente cualquier rincón del mundo.
Una cuenta bancaria o de crédito que tenga un perfil digital resulta la base para poder iniciar en el proceso de migración económica hacia un futuro sin efectivo, lo que “prácticamente puede amplificar cada acción que realizamos en nuestras vidas”, señala Tory Jackson, Líder de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Galileo Financial Technologies.
No contar con dinero físico implica más seguridad
Al no contar con efectivo en los bolsillos, resulta más seguro poder realizar cualquier actividad diaria; y aunque las recomendaciones de siempre pueden ayudar a evitar un robo, lo más viable continúa siendo no tener al momento aquello que un delincuente pueda arrebatar, cuestión que incluso puede reforzarse gracias a la digitalización de la economía.
“todos los bancos solicitan a los usuarios que desean abrir una cuenta de banca móvil, que registren una contraseña, para que en caso del robo de su celular, el ladrón no pueda acceder a su aplicación sin la contraseña; aun cuando éste intente adivinarla, la app se bloqueará automáticamente luego de algunos intentos. Pueden intentar recuperar la contraseña, pero deberán contar toda una serie de datos adicionales”, advierte la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.
Un mejor manejo de las finanzas personales se da alejándose del dinero
Ante la creencia de que contar con efectivo es sinónimo de una necesidad impetuosa de gastarlo en su totalidad, la mejor estrategia de ahorro y planeación resulta justamente no contar con el recurso económico al momento, ya que dicha acción puede incidir en una mayor fuga de dinero vía “gastos hormiga”, recomienda BBVA.