Las falsas exportaciones

Los datos de exportación e importación entre México y su principal socio comercial, Estados Unidos, muestran información distinta a la realidad, y esto apunta en direcciones oscuras.

Los registros de compras y ventas en el país no coinciden con los del extranjero, lo cual deja la puerta abierta para esconder actividades que van desde el lavado de dinero, hasta el contrabando de mercancías.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Veces ha aumentado el comercio entre México y China desde el año 2000
a la fecha, abriendo más oportunidades al flujo de dinero ilícito
Los datos proporcionados por el gobierno de Estados Unidos y el de México no coinciden
Los grupos delincuentes mexicanos están utilizando el lavado de dinero basado en el comercio para traer dólares a México: 'The Economist'
https://www.youtube.com/watch?v=JQQRSimzglc

Los datos de exportación e importación entre México y su principal socio comercial, Estados Unidos, muestran información distinta a la realidad, y esto apunta en direcciones oscuras.

Los registros de compras y ventas en el país no coinciden con los del extranjero, lo cual deja la puerta abierta para esconder actividades que van desde el lavado de dinero, hasta el contrabando de mercancías.

Datos de la organización no-gubernamental Global Financial Integrity (GFI), y del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestran que esta diferencia en la información comercial es hoy casi cuatro veces más grande que hace 20 años.

En su edición de este fin de semana, la revista británica The Economist reportó que esto implica que los grupos del crimen organizado mexicano están usando el comercio exterior como frente para operaciones de lavado de dinero.

“Los grupos delincuentes mexicanos están utilizando el lavado de dinero basado en el comercio para traer dólares a México”, señala el periódico.

En su publicación del 26 de marzo, Reporte Indigo explicó cómo la apertura comercial de México ha dado lugar a un número de actividades ilícitas. La operación de los puertos del Pacífico -como Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Mazatlán- y el creciente comercio con China han resultado factores clave.

Pero más allá del crimen organizado y la corrupción de las autoridades mexicanas, el lavado de dinero a través de las exportaciones e importaciones parece involucrar incluso la complicidad de las instituciones financieras del país.

Incluso aunque algunas de estas empresas están siendo investigadas en el extranjero por ese delito –como es el caso de Citigroup y HSCB-, en México el problema persiste con impunidad.

Comercio lavador

GFI reporta que con el fin de introducir ganancias en dólares al sistema financiero mexicano -resultantes de actividades ilícitas-, organizaciones criminales exportan bienes a un valor sobrevaluado.

De este modo, los exportadores registran pagos mayores al precio real de la mercancía, por lo que -para cubrir la diferencia reportada- se utilizan fondos ilícitos que se introducen al sistema financiero.

La organización apunta además que México es el tercer país con mayores flujos financieros ilícitos en el mundo. Se estima que el flujo total de dinero ilícito que registró México entre el 2001 y el 2011 alcanzó los 462 mil millones de dólares, de acuerdo con Global Financial Integrity.

Esto se añade al señalamiento de The Economist de que, en lo referente a su relación comercial con Estados Unidos, México ha reportado valores de exportaciones e importaciones superiores e inferiores, respectivamente, a los que se tienen registrados en Estados Unidos.

La diferencia en las cifras, además se ha incrementado significativamente con el transcurso del tiempo.

La delincuencia organizada ha tomado ventaja de la debilidad de los controles anti-lavado de dinero de las grandes instituciones financieras. 

En el 2012, el banco HSBC llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos  para pagar 1.9 mil millones de dólares como acuerdo respecto a una investigación de lavado de dinero en su subsidiaria de México, según indica The Economist.

Por su parte Citigroup aun se mantiene bajo el escrutinio del Departamento de Justicia de Estados Unidos y de la Comisión de Intercambio de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de ese país en relación a la gestión de los mecanismos de control contra fraude y lavado de dinero del banco. 

Ocultan contrabando

El contrabando es otra puerta abierta con este tipo de prácticas comerciales. A través del comercio informal puede moverse un gran volumen de mercancías, ya sea con el fin de blanquear capitales o de obtener ganancias no declaradas y libres de impuestos.

The Economist reporta que las autoridades aduaneras estadounidenses piensan que los grupos criminales mexicanos aprendieron estos métodos de contrabando y lavado de dinero de sus contrapartes colombianas.

A través del registro fraudulento de información, parte de la mercancía exportada o importada puede introducirse a un país sin ser declarada, permitiendo a los criminales venderla y obtener ganancias libres de impuestos que después pueden incluir formalmente al sistema financiero.

Tan solo en 2013, la diferencia entre los datos comerciales reportados en México y en Estados Unidos fue de 40 mil millones de dólares.

Estas diferencias -de 10 mil millones de dólares en las exportaciones y de 30 mil millones de dólares en las importaciones- dejan espacio para el manejo de un alto volumen de contrabando en productos tan diversos como juguetes, minerales, comida y textiles.

Las diferencias en los datos reportados es lo suficientemente grande como para ser un simple error de contabilidad, y es precisamente eso lo que lleva a organismos como GFI a pensar que se están realizando actividades ilícitas, ya sea mediante contrabando o a través de lavado de dinero por facturación fraudulenta.

El negocio del narco

El acelerado crecimiento del comercio internacional se ha vuelto una oportunidad de negocio para los cárteles de narcotraficantes mexicanos y otros miembros del crimen organizado.

Una de las zonas más sensibles a este tráfico ilegal es la zona costera del Pacífico de México, que se ha convertido en la principal puerta de entrada y salida del comercio con China.

Desde la apertura comercial en el año 2000, el comercio entre China y México ha crecido más de 22 veces.

Esto significa que la suma de las exportaciones e importaciones pasó de tener un valor general de 3 mil millones de dólares, a registrar en el 2013 más de 68 mil millones de dólares. A su vez, esto ha convertido a los puertos de Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Mazatlán en centros de operación para el crimen organizado.

Además, durante años han existido denuncias en contra de grupos ilegales que se han posesionado de minas de hierro para después exportar el mineral a China. De acuerdo con información de aduanas, el robo de este mineral asciende a más de un millón de toneladas al año.

Justamente la semana pasada, más de 68 mil toneladas de hierro fueron incautadas cerca del puerto de Manzanillo, en el estado de Colima.

La mercancía fue identificada por el comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, como parte de las actividades ilícitas manejadas por Los Caballeros Templarios.

De acuerdo con Castillo, la mercancía decomisada está valorada en decenas de millones de pesos y tenía como destino final al continente asiático.

Mediante una denuncia ciudadana anónima, las autoridades fueron capaces de identificar que el barco tenía un permiso para transportar el mineral, pero el lugar de procedencia no correspondía a la mina reportada.

Este tipo de operaciones han sido señaladas en el pasado por diversos grupos de empresarios afectados por el crimen organizado. Los Estados de Michoacán y Colima se han convertido en los principales lugares afectados por el robo de hierro que tiene como destino a China.

No salen las cuentas

El combate contra el flujo de depósitos ilícitos es complicado. Se necesita una gran cooperación entre las autoridades de diferentes países para poder rastrear de manera efectiva este tipo de fraudes.

Al respecto, Estados Unidos registra una historia de desconfianza con México y aunque el intercambio de información ha crecido, todavía falta mucho para tener el nivel suficiente y lograr impedir este tipo de crímenes.

Lo que es un hecho irrefutable es que los datos proporcionados por el gobierno de Estados Unidos y el de México no coinciden. 

Las importaciones y exportaciones de ambos países han tenido una rápida expansión desde la entrada en vigor del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que ha complicado la transparencia en las cuentas.

Existen solo dos posibilidades ante los números que no cuadran: o las autoridades están coludidas con los criminales para facilitarles el comercio ilegal, o no son lo suficientemente competentes para detectar estos movimientos.

El Global Financial Integrity señala que la firma del TLCAN contempló mecanismos para evaluar y controlar los precios de transferencia abusivos de las empresas multinacionales o la facturación fraudulenta entre socios comerciales no relacionados que colaboran entre sí.

Se espera que con el creciente énfasis internacional para acabar con la evasión de impuestos y el lavado de dinero impulse la cooperación entre los países.

 

 

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