México es más que petróleo. El país va en camino a convertirse en la próxima potencia solar del mundo, gracias a que el uso de energías limpias en territorio nacional ha aumentado. Sin embargo, la industria dependiente del sol aún se enfrenta a importantes desafíos que opacan su potencial.
En la Reforma Energética existen dos lados. El lado A que está representado por los hidrocarburos y que, por mucho, se ha llevado los reflectores desde 2013, año en que la iniciativa fue promulgada por el Ejecutivo Federal.
En el lado B está la energía solar y otras fuentes limpias que, sin tanto revuelo, han avanzado de manera silenciosa, pero con importantes logros.
“Estamos viviendo el otro lado de la reforma: el silencioso y el exitoso, sobre todo, al considerar la cantidad de inversiones que han llegado y los frutos que se han obtenido en comparación con los hidrocarburos”, dice Israel Hurtado, secretario general de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).
México fue uno de los países más afectados por la crisis petrolera. Los precios del crudo por debajo de los alcanzados en años anteriores, la reducción de la expectativa para la mezcla mexicana y el declive en la producción obligó a los participantes del mercado a redefinir un plan para mirar hacia otras industrias.
El año pasado, la producción de crudo cerró en un 1.9 millones de barriles diarios, de acuerdo con cifras de Petróleos Mexicanos (Pemex). Esto se atribuye al desplome en los niveles de Cantarell y Ku Maloob Zaap, ambos ubicados en la Sonda de Campeche, en el Golfo de México.
Por el lado contrario, la industria solar ha sabido sacar provecho de la apertura del mercado. Por principio, la posición geográfica de México le da grandes beneficios, ya que forma parte del cinturón solar, zona donde se ubican los países con la mayor radiación solar en el mundo, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).
Esta cualidad le permite que más del 85 por ciento del territorio nacional sea óptimo para el desarrollo de proyectos.
Se estima que el mercado de energía limpia tiene un valor anual de entre 200 millones y 300 millones de dólares, revela el informe ‘La industria solar fotovoltaica y fototérmica en México’ elaborado por la Secretaría de Energía en colaboración con la agencia del Gobierno Federal Alemán (GIZ, por sus siglas).
Para 2018 y 2019 el sector en México registrará un crecimiento promedio de por lo menos mil 800 millones de dólares.
“La energía solar está compitiendo contra los combustibles fósiles, pero, ha logrado abrirse camino”, comenta Arturo Duhart, presidente del comité de generación distribuida de Asolmex.
México en transformación
Tras la promulgación de la llamada madre de todas las reformas, inversionistas privados comenzaron a mirar el potencial del mercado en el país.
En mayo de 2014 nació Asolmex por iniciativa de 10 empresas que buscaban impulsar el tema de la energía solar en México. En cuatro años, la asociación ha tenido un crecimiento exponencial hasta llegar, en la actualidad, a 103 asociados.
Corporación Aura Solar fue el primero en apostar por un proyecto en territorio nacional. Con una inversión de 100 millones de dólares, la planta Aura Solar I comenzó a operar en septiembre de 2013 en La Paz, Baja California Sur. Sin embargo, desde septiembre de 2014 suspendió actividades a causa de las afectaciones que dejó a su paso el huracán Odile.
El proyecto tenía una capacidad de 39 Megawatts (MW) y se estimaba que podría generar 82 GW por hora al año, suficiente para abastecer de energía al 65 por ciento de la población de La Paz.
TAI Durango del consorcio español Eosol Energy fue el segundo desarrollo emblemático en ponerse en marcha en territorio nacional. En sus más de 100 hectáreas se construyeron 216 mil paneles solares con capacidad para generar 49.7 MW.
“Estos fueron los dos primeros proyectos en entrar en operación en México como centrales a gran escala. Hace unos años, contar con 70 MW era un logro por que no existía nada, hoy, estas cifras palidecen en contraste con lo que se está construyendo”, asegura secretario.
En el mapa de México aparece un tercer proyecto que se inauguró el 22 de marzo pasado en el municipio de Viesca, en Coahuila.
La empresa Enel Green Power creó el parque solar más grande de América y el segundo a nivel internacional.
El proyecto, cuya inversión ascendió a 650 millones de dólares, genera 754 megawatts.
Aunque estos proyectos son los más representativos, en la actualidad, se construyen cerca de 40 centrales solares a gran escala en varios estados de la República Mexicana , que entrarán en operación de manera escalonada este año, en 2019 y en 2020.
De manera conjunta, estos proyectos generarán 5 mil MW, con lo que México podría convertirse en el séptimo mayor mercado de energía solar en el mundo en los próximos cinco años, y para 2021 alcanzar los 10 mil 500 MW.
“Estos desarrollos son muy importantes, ya que nos ayudarán a poner a México en el mapa mundial”, precisa Hurtado.
A pesar de los esfuerzos, el país se encuentra alejado de la meta, ya que en este momento alrededor de 300 MW están entrando en operación, cifra que ubica al mercado nacional más allá del lugar 50.
Arturo Duhart reconoce que la industria se enfrenta a diversos desafíos en regulación, pero también en la educación que se necesita para informar a todos los mexicanos de que existen soluciones de energías renovables más baratas que no dañan al medio ambiente y que les ayudan a ahorrar dinero.
Los precios de la energía solar son más competitivos que las energías convencionales, asegura.
Sin embargo, el también cofundador de Exel Solar se muestra optimista sobre el futuro de la industria en México por el impacto positivo que tiene en la vida de los consumidores.
“La energía es la columna vertebral del país, de las empresas y de los ciudadanos, todos dependemos de ella y que la fuente sea limpia es crucial para el bienestar de nuestro planeta en los siguientes años”.