La industria del turismo internacional deberá aprender a coexistir con la pandemia de COVID-19 si es que quiere iniciar su proceso de recuperación.
Para alcanzar este objetivo será indispensable establecer protocolos internacionales y procesos de colaboración entre el sector privado y los gobiernos, que harán la diferencia entre una recuperación en forma de “V”, que tomaría 18 meses; o una en forma de “U”, que podría prolongarse hasta por cuatro años, afirma en entrevista con Reporte Índigo Gloria Guevara Manzo, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés).
El cierre de fronteras y las medidas de confinamiento establecidas a nivel mundial para tratar de contener los contagios de SARSCoV-2 han costado a este sector 121 millones de empleos y 3.5 billones de dólares en pérdidas económicas hasta el momento, pero es probable que al final de 2020 el impacto económico sea de 5.5 billones y 197 millones de empleos.
Pese a que diversos destinos han implementado medidas exitosas para la recuperación del turismo doméstico, el resurgimiento drástico de la pandemia de COVID-19 en Europa tambalea una vez más al sector internacional, admite Guevara Manzo.
Una de las claves de la propuesta del WTTC, que se presentó hace dos semanas en la reunión del G20, es la aplicación de pruebas rápidas a viajeros previo a que aborden sus vuelos para evitar que importen o exporten el virus.
El costo de las pruebas se calcula en un máximo de 10 dólares cada una y los gobiernos, el sector privado o los propios pasajeros podrían asumir el precio en aquellos países que decidan adoptar esta medida.
“El costo es bajo, lo complicado es la coordinación internacional porque al final del día lo que importa es que exista un protocolo que establezca pruebas de salida y con ello evitar que se ponga en cuarentena al viajero cuando llegue a su destino como ha estado ocurriendo en algunos países”.
La cooperación entre países del G20 apenas está arrancando, pero una vez establecida se generaría un efecto dominó en varias naciones más, afirma la también exsecretaría de Turismo de México en el periodo de 2010 a 2012.
Incluso después de que la producción de una vacuna para inmunizar a la población ante el COVID-19 sea una realidad, será necesario integrar protocolos de seguridad sanitaria para este sector, entre los que destacan cámaras de medición de temperatura en aeropuertos y una cartilla digital que indique qué pasajeros ya fueron vacunados y los que no, comenta Guevara Manzo.
Turismo mexicano
En México la recuperación de la industria ha sido lenta y enfocada en los viajeros nacionales, sin embargo, Guevara Manzo no advierte un panorama óptimo para el turismo internacional e incluso señala la falta de apoyo al sector privado por parte del gobierno.
“Se necesita el turismo internacional porque hay ciertos segmentos que solamente los cubres con ese tipo de viajeros. Hay que recordar que este tipo de turismo impulsa a compartir los ingresos entre países desarrollados y en desarrollo, países con mayores y menos ingresos”.
En su opinión el turismo mexicano se ha repuesto con agilidad de crisis sanitarias como la pandemia de H1N1 y fenómenos naturales como terremotos y huracanes que devastaron zonas turísticas.
“(Las medidas establecidas para atender al sector) no son ideales, en algunos estados y municipios es extraordinaria pero cuando evaluamos a nivel general no es ideal. Se tiene que proteger el sector empresarial, chicos, medianos y grandes, sobre todo los Pymes porque se está dañando el tejido empresarial, hay empresas que tienen muchos años y que en un momento dado no va a haber nada que recuperar”.
Una de las medidas que no han apoyado al resurgimiento de los viajes internacionales es la falta de corredores aéreos seguros con diversos países y las alertas de viaje emitidas por el gobierno de Estados Unidos.
Durante los primeros seis meses de 2020 arribaron cuatro millones 707 mil visitantes extranjeros al país por vía aérea que significó 53.4 por ciento menos que en el mismo periodo de 2010, de acuerdo con la Secretaría de Turismo.