La nueva era de Santander

Emilio Botín, presidente del banco Santander, murió ayer de un infarto cardiaco a los 79 años, según informó la misma institución.

A unas cuantas horas en que se dio a conocer la noticia, el consejo de administración de la compañía designó como nueva presidenta a su hija, Ana Patricia Botín.

“Es la persona (Ana Patricia) más idónea dadas sus cualidades personales y profesionales, su experiencia, su trayectoria en el grupo y su unánime reconocimiento nacional e internacional”, declaró la compañía mediante un comunicado.

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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Emilio Botín, presidente del banco Santander, murió ayer de un infarto cardiaco a los 79 años, según informó la misma institución.

A unas cuantas horas en que se dio a conocer la noticia, el consejo de administración de la compañía designó como nueva presidenta a su hija, Ana Patricia Botín.

“Es la persona (Ana Patricia) más idónea dadas sus cualidades personales y profesionales, su experiencia, su trayectoria en el grupo y su unánime reconocimiento nacional e internacional”, declaró la compañía mediante un comunicado.

Durante varias generaciones, los Botín se han hecho cargo de Santander, considerado hoy en día como el más grande de toda la zona euro.

Especialistas afirman que con la sucesión de Botín se abre una renovación del consejo, que en su mayoría son personas de edad avanzada. También se espera que Ana Patricia cambie al comité ejecutivo con personas de su confianza.

Anteriormente, la hija de Botín estuvo a cargo de las operaciones del banco en el Reino Unido y ahora le tocará guiar al banco bajo la nueva supervisión del Banco Central Europeo (BCE).

Antes, Santander rendía cuenta de sus operaciones ante el Banco de España. Cualquier cambio dentro de la estructura del banco tendrá que esperar a las pruebas de estrés del BCE, que se darán a conocer en octubre.

La era de Emilio

En 1958, Emilio Botín ingresó a trabajar para Santander. Al igual que su padre y abuelo, llegó a la presidencia del banco y dejó su huella en la institución.

Entre sus logros más destacados se encuentran la expansión internacional de Santander y saber cómo lidiar con crisis financieras de manera adecuada.

En la década de los 70, los bancos en España se enfrentaron a una falta de solvencia que evolucionó en una crisis y quebró a 57 bancos. 

Analistas concuerdan que el difunto presidente fue pieza clave para que Santander superara estas adversidades. Del mismo modo, su liderato se hizo también presente en la más reciente crisis financiera del 2008.

Cuando tomó las riendas de Santander, este era el séptimo banco más grande de España. 

A su muerte, Santander se ubica como el más grande de toda la Unión Europea, y con presencia fuera del continente europeo.

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