La nueva amenaza

“Permitan un voto, detengan esta farsa y pongan fin a esta suspensión ahora mismo”. Esas fueron las palabras que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le dedicó ayer durante un discurso al ala radical del Partido Republicano que ocupa la cámara baja del Congreso de los Estados Unidos. 

La dureza de las palabras de Obama subraya un hecho importante: la suspensión gubernamental le está costando 300 millones de dólares diarios a los Estados Unidos.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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800,000
empleados gubernamentales se han visto obligados a dejar de trabajar desde el martes
Si el Congreso no aprueba un aumento para el techo de deuda, que actualmente es de 16.7 billones de dólares, el caos se esparcirá a los mercados financieros internacionales
"Estados Unidos es el centro de la economía mundial, así que si nosotros tenemos problemas, todos tendrán problemas”
Barack ObamaPresidente de Estados Unidos
"La suspensión del gobierno es suficientemente mala, pero no levantar el techo de deuda sería mucho peor”
Christine LagardeDirectora del Fondo Monetario Internacional
http://www.youtube.com/watch?v=7FbpwY5LwSA

“Permitan un voto, detengan esta farsa y pongan fin a esta suspensión ahora mismo”. Esas fueron las palabras que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le dedicó ayer durante un discurso al ala radical del Partido Republicano que ocupa la cámara baja del Congreso de los Estados Unidos. 

La dureza de las palabras de Obama subraya un hecho importante: la suspensión gubernamental le está costando 300 millones de dólares diarios a los Estados Unidos.

Hoy es el cuarto día de la actual suspensión de la mayoría de las operaciones del gobierno federal estadounidense, la primera en ocurrir en 17 años. 

El llamado shutdown es producto del desacuerdo partidista que ha impedido la aprobación de un presupuesto para el año fiscal 2014, que comenzó el primero de octubre de este año. 

Pero aunque especialistas académicos y del sector privado han subrayado que una suspensión gubernamental prolongada pondría en peligro la frágil recuperación económica de Estados Unidos, hay una amenaza mucho mayor sobre el horizonte: el techo de deuda. 

Jacob Lew, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, le ha indicado a los legisladores de su país que el techo de deuda, el límite legal a la emisión de deuda pública por parte del Tesoro para pagar egresos previamente aprobados, será alcanzado a más tardar el 17 de octubre de este año. 

Si el Congreso no aprueba un aumento para el techo de deuda, que actualmente es de 16.7 billones de dólares, Estados Unidos caerá en incumplimiento de pagos y el caos se esparcirá a los mercados financieros internacionales.

El temido techo

En un reporte acerca de la situación publicado ayer, el Departamento del Tesoro indica que el fracaso de las negociaciones sobre el techo de deuda podría congelar los mercados crediticios, hundirá el valor del dólar y causará un incremento precipitado en las tasas de interés. 

El reporte subraya los efectos catastróficos de un incumplimiento de pagos de la deuda pública, que jamás ha ocurrido en Estados Unidos, e indica que esto podría resultar en “una crisis financiera y recesión que recordaría a los eventos del 2008 o algo peor”.

Pero aún si el techo de deuda no es alcanzado, la mera posibilidad de caer en el incumplimiento de pagos lastima a la economía estadounidense. 

En un comunicado dirigido al Congreso, Lew dice que “como se vio hace dos años, la incertidumbre prolongada acerca de si el país pagará sus cuentas completamente y a tiempo lastima nuestra economía. Posponer el aumento del techo de deuda hasta el último minuto es exactamente lo que nuestra economía no necesita”.

El reporte del Tesoro muestra que el desacuerdo legislativo sobre incrementar el techo de deuda en el 2011 tuvo efectos económicos negativos en Estados Unidos, por ejemplo sobre la confianza de los consumidores, la confianza del sector privado, los ingresos familiares y el mercado accionario. 

El reporte además indica que estos efectos se extienden a los mercados crediticios y a la recuperación económica.

El impacto hasta ahora

Gracias al shutdown, aproximadamente 800 mil empleados, de los 2 millones de civiles empleados por el gobierno federal, han tenido que cesar sus labores. 

La empresa de investigación IHS estima que esto representa pérdidas en producción económica de 300 millones de dólares diarios. 

Además, la calificadora crediticia Moody’s indica que un shutdown que dure entre tres y cuatro semanas recortaría 1.4 puntos porcentuales del crecimiento económico del cuarto trimestre del año, y aumentaría significativamente la tasa de desempleo en Estados Unidos.

Y no solo se pierde producción, ya que cuando el gobierno reanude actividades habrá que pagarle a los empleados el salario que se les debe. 

Según la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, la última vez que se vivió esta situación, durante 26 días en 1995 y 1996, el costo para el Departamento del Tesoro fue de 1.4 mil millones de dólares.

El shutdown no solo ha afectado a Estados Unidos, ya que los mercados emergentes también han sufrido sus efectos. 

Bloomberg reporta que, dentro de un grupo de 16 divisas monitoreadas, el peso mexicano es la moneda que más se ha depreciado frente al dólar. 

El día de ayer, el dólar llegó  a cotizarse a 13.33 pesos, lo cual implica que el peso ha perdido 2.9 por ciento de su valor en lo que va del año.

La causa de la caída del peso es la preocupación de que la suspensión gubernamental estadounidense frene el crecimiento económico en Estados Unidos y tenga un impacto negativo sobre el comercio mexicano. El 80 por ciento del comercio exterior de México corresponde a los Estados Unidos.

¿Rumbo a un acuerdo?

El diario The New York Times reporta que, con el enfoque que se está dando sobre las posibles consecuencias de no subir el techo de deuda, los líderes legislativos del partido republicano han comenzado a considerar alternativas de acción. 

Bajo condición de anonimato, un representante republicano reveló al New York Times que John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, ha dicho a sus colegas que está determinado a prevenir un incumplimiento de pagos y estaría dispuesto a desafiar al ala radical de su partido al permitir el voto sobre una medida que impida esto mediante una combinación de votos republicanos y demócratas.

Por otro lado, el presidente Obama ha llamado al sector privado a presionar a sus representantes en el Congreso. 

En entrevista televisiva con CNBC, Obama dijo que “Wall Street debería estar preocupado”, y agregó que “es importante que se reconozca que esto tendrá un impacto profundo sobre nuestra economía y sobre sus ganancias, y sus empleados y sus accionistas”.

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