Comenzó la mayor fiesta deportiva. El silbato sonó por primera vez un país conocido más por ser una potencia petrolera que por su pasión por el futbol. Sin embargo, esto no impedirá que la economía de Rusia saque ventaja del Mundial.
“La Copa le dará a Rusia la oportunidad de mostrarse al mundo como un país con un rostro diferente, más abierto y con una cultura muy diversa. Cuando la nieve se cae, en Rusia aparece el color”, dice Erasmo Zarazua, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (Ibero).
La economía dirigida por Vladimir Putin se convirtió en la anfitriona del evento más importante en el calendario futbolístico en diciembre de 2010, tras resultar ganadora de la votación del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Futbol (FIFA).
Desde entonces, los preparativos han contribuido con 14 mil millones de dólares (mmdd) al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, muestra un informe del Comité Organizador de Rusia 2018.
De igual forma, la planeación de la gesta mundialista ha impulsado el crecimiento económico del país en 1 por ciento, cifra superior al 0.6 por ciento que logró Brasil cuando fue anfitrión de la Copa del Mundo en 2014.
“El Mundial ya ha tenido un impacto significativo en el desarrollo socioeconómico del país. Si no hubiera Mundial, no habría habido crecimiento económico”, aseguró el viceprimer ministro ruso y jefe del comité organizador, Arkadi Dvorkóvich, en conferencia de prensa a inicios de este año.
La FIFA espera que 570 mil fanáticos extranjeros y 700 mil rusos asistan a los 64 partidos que se disputarán en 11 ciudades, los cuales dejarán una derrama económica aproximada de 2 mil 300 millones de dólares.
Para Maxim Petronévich, vicepresidente del Centro de Previsiones Económicas del banco ruso Gazprombank, la llegada de miles de visitantes a la tierra de las matrioshkastambién impulsará la demanda del rublo, la moneda nacional, situación que llevará al PIB a crecer entre 1 y 2 por ciento.
En los últimos cinco años, el fenómeno mundialista ha impactado de manera positiva a la economía rusa con 15 mmdd, de los cuales 2 mil millones tienen como origen el sector turístico.
Esto quiere decir que la antesala del evento del futbol en Rusia superó el beneficio económico obtenido por Brasil, Sudáfrica, Alemania, Corea del Sur y Japón, organizadores de los últimos cuatro mundiales.
La construcción y remodelación de los 12 estadios también es una pieza importante de la organización. Se crearon 220 mil puestos de trabajo, lo que permitió que la población incrementara en casi 7 mmdd sus ingresos, según cifras oficiales.
Para los próximos cinco años (2019-2023) la FIFA asegura que el efecto post Mundial le dejará a Rusia ganancias por 3 mmdd al año.
Resaca económica
Para la realización de la primera Copa del Mundo en territorio ruso, el gobierno gastó más de 14 mmdd, cifra que supera los 13 mil 600 mdd desembolsados en 2014 por Brasil, de acuerdo con medios rusos.
Esto es mucho más que los 11 mmdd presupuestados por el Comité Organizador, lo que convierte al Mundial de Rusia en el más caro de la historia hasta ahora.
Hace unos días, The Moscow Times reportó que los principales sobregastos han sido en infraestructura, con 6 mil 11 mdd; construcción de estadios, con 3 mil 45 mdd y alojamiento, con 680 millones.
Especialistas advierten que el impacto económico a nivel nacional será limitado, aunque las industrias relacionadas con el turismo, consumo, hoteles y aeropuertos se beneficiarán.
“Rusia experimentará un beneficio económico de corta duración como anfitrión del torneo de la Copa Mundial de la FIFA 2018”, asegura Kristin Lindow, vicepresidente senior y analista de Moody’s, en un informe.
Si bien gran parte del impacto económico ya se sintió a través del gasto en infraestructura, la agencia calificadora sostiene que las inversiones relacionadas con la Copa del Mundo de 2013 a 2017 representaron sólo el 1 por ciento del total.
El principal reto es que la fiesta deportiva dura sólo un mes y el estímulo económico será pequeño en comparación con el tamaño del PIB de Rusia que asciende a casi 1.3 billones de dólares.
“No esperamos que la Copa del Mundo haga una contribución significativa al crecimiento económico más amplio”, añade Lindow en el reporte.
El fantasma del FIFA Gate
El 27 de mayo de 2015 se dio a conocer el mayor escándalo deportivo y corporativo en la historia de la FIFA, luego de que las autoridades suizas irrumpieran en un hotel de Zúrich para arrestar a siete personas, todos ellos dirigentes del futbol a nivel internacional.
Este acontecimiento, que tuvo como origen una investigación que autoridades realizaron de manera conjunta durante años, dejó una mancha en el expediente del máximo organismo del balompié, que incluyó la renuncia y suspensión definitiva de Joseph Blatter, quien se desempeñó como presidente de la FIFA durante más de 15 años.
El Mundial de Rusia será el primero que encabezará Gianni Infantino, actual presidente de la Federación.
“El principal desafío para la FIFA es que llega a Rusia con una imagen aún afectada por el escándalo de corrupción”, opina Francisco San José Cabestany.
A pesar de que la polémica quedó atrás y el organismo ha duplicado los esfuerzos por recuperar su credibilidad ante el mundo, el fantasma del FIFA Gate sigue presente en la memoria, sobre todo en la de sus patrocinadores.
Se prevé que los ingresos de éstos disminuyan en relación a la última gesta mundialista en un 11 por ciento, de acuerdo con estimaciones de la empresa SportBusiness.
Para este año, la FIFA recibirá alrededor de 179 mdd menos por concepto de ingresos comerciales.
En Brasil 2014, la Federación recaudó mil 629 mdd, la cifra más alta registrada en un campeonato mundial, en tanto que en Rusia caerá a los mil 450 mdd.
Erasmo Zarazua, catedrático del Departamento de Estudios Internacionales de la Ibero, reconoce que el único camino que les queda es sacar adelante el Mundial de manera pacífica y aprovechar esta oportunidad para limpiar la mala imagen del país y de la FIFA.
“Rusia es un país muy desconocido por el mundo, pero con un enorme potencial. Recibe esta Copa del Mundo con una coyuntura complicada, pero sabrá demostrar por qué es un anfitrión diferente”.