La élite roja

Son momentos incómodos para la élite China, tanto del sector público como del privado. Entre investigaciones internas de corrupción, tanto empresarial como gubernamental, y las recientes revelaciones sobre las fortunas familiares de los líderes del Partido Comunista de China, la imagen pública de estas figuras se ve cada vez más manchada. 

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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21.9
Mil clientes con direcciones permanentes en China y Hong Kong están vinculados con los paraísos fiscales incluidos en el reporte del ICIJ
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación detalló en un reporte cómo los familiares de algunos de los más importantes líderes políticos de China utilizan compañías extranjeras para ocultar sus  fortunas
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Son momentos incómodos para la élite China, tanto del sector público como del privado. Entre investigaciones internas de corrupción, tanto empresarial como gubernamental, y las recientes revelaciones sobre las fortunas familiares de los líderes del Partido Comunista de China, la imagen pública de estas figuras se ve cada vez más manchada. 

Pero no es solo este selecto grupo el que se ha visto afectado, pues las empresas occidentales con las que establecen negocios también han sufrido un impacto negativo en su reputación e incluso se han enfrentado a investigaciones por parte de las autoridades. 

Entre éstas se encuentran bancos como JPMorgan Chase, Credit Suisse, y UBS, así como empresas de auditoría y consultoría como PricewaterhouseCoopers.

La semana pasada, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), junto con un equipo internacional de medios, publicó un reporte en donde se detalló cómo los familiares de algunos de los más importantes líderes políticos de China han utilizado compañías extranjeras, establecidas en paraísos fiscales, para ocultar sus enormes fortunas.

Los empresas en cuestión, se sospecha, son usadas para evadir impuestos, burlar regulaciones de manejo de capital, y para ocultar las identidades y fortunas de personas económica y políticamente poderosas.

Esto ha intensificado el enojo popular en contra de estas élites, sobre todo en el caso de funcionarios que publican una retórica comunista y de bienestar social, pero operan de manera hipócrita en sus negocios personales y familiares para enriquecerse. 

Esto se ve exacerbado por la desigualdad económica en el país, ya que aunque las fortunas de las 100 personas más ricas de China valen en total más de 300 mil millones de dólares, aproximadamente 300 millones de chinos sobreviven con ingresos diarios menores a dos dólares.

La investigación del ICIJ, que tuvo que examinar durante dos años aproximadamente 200 gigabytes de información confidencial, muestra cómo casi 22 mil clientes con direcciones permanentes en China y Hong Kong tienen conexiones con empresas establecidas en países del Caribe, como las Islas Vírgenes Británicas. 

La lista incluye al cuñado del presidente Xi Jinping, el hijo y el yerno del ex primer ministro Wen Jiabao, la hija del ex primer ministro Li Peng, un primo del expresidente Hu Jintao, entre otros. También se incluye en la lista a por lo menos 15 de los más adinerados miembros de la Asamblea Popular Nacional de China y a directivos de paraestatales chinas que se han visto involucradas en escándalos domésticos de corrupción.

El problema occidental

El rol que las empresas occidentales juegan en este proceso, y por el cual están siendo cuestionadas internacionalmente, es actuar como intermediarios y facilitadores de sus clientes chinos en la creación de las compañías basadas en los paraísos fiscales del Caribe y el Pacífico, que a menudo son asociados con fortunas ocultas.

De esta forma, el ICIJ estima que entre uno y cuatro billones de dólares imposibles de rastrear han salido de China del 2000 a la fecha.

La creación y propiedad de empresas en el extranjero no es algo ilegal, y puede utilizarse para propósitos legítimos como facilitar las operaciones en el extranjero de una empresa china debido a las restricciones que la regulación les impone de otra forma. 

Igualmente, las fortunas de los involucrados no son necesariamente algo ilegal, ya que pueden provenir de la variedad de industrias chinas que se ven representadas en los documentos obtenidos por el ICIJ, que van desde el sector energético y minero hasta el comercio de armas. Además, los funcionarios chinos no son obligados por la ley a publicar el tamaño o carácter de sus fortunas.

Sin embargo, Minxin Pei, un académico entrevistado por el ICIJ, apunta que las fortunas chinas en el extranjero podrán “no ser estrictamente ilegales”, pero que frecuentemente están atadas a “conflictos de interés y uso oculto del poder gubernamental”. 

Además, agrega que “si hay transparencia real, la población china tendrá una mejor idea de qué tan corrupto es el sistema, y cuánta riqueza han amasado sus funcionarios a través de métodos ilegales”.

Corrupción rampante

La lista de poderosas figuras involucradas en este escándalo ha puesto en duda la campaña anticorrupción de Xi Jinping, que desde el año pasado prometió castigar a funcionarios, de alto o bajo rango, por enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y abusos de autoridad. 

La oficina del Partido Comunista de China a cargo de supervisarla reporta que, en 2013, 182 mil funcionarios fueron castigados debido a faltas disciplinarias.

Sin embargo, la legitimidad de la campaña ha sido cuestionada internacionalmente, ya que al mismo tiempo el gobierno de Xi Jinping ha perseguido y sometido a procesos judiciales a activistas anticorrupción que piden que se vuelvan públicas las fortunas de los funcionarios.

Por otro lado, la campaña presidencial sí ha logrado parte de sus objetivos en maneras sorpresivas, incluyendo reducir el consumo excesivo por parte de sus funcionarios. 

Xinhua, la agencia oficial de noticias de China, reporta que, ya que ya no se permite a los funcionarios hospedarse en hoteles de lujo, 56 hoteles de cinco estrellas han pedido que se les reduzca la calificación, ya que sus ganancias han caído significativamente. 

Al mismo tiempo, The Economist reporta que marcas y restaurantes de lujo también reportan que sus ganancias chinas sufrieron una importante caída en el 2013.

Los clientes incómodos

El reporte del ICIJ señala a empresas occidentales que actuaron como intermediarias de las familias de funcionarios chinos en la creación de empresas en lugares como las Islas Vírgenes Británicas.

PricewaterhouseCoopers
Los documentos muestran que colaboró en la incorporación de por lo menos 400 empresas establecidas por clientes chinos en territorios del Caribe, incluyendo siete empresas del magnate Li Jinyuan, cuya fortuna se estima en 1.2 mil millones de dólares.

CREDIT SUISSE
El banco suizo colaboró en 2006 con Wen Yunsong, hijo del ex-primer ministro Wen Jiabao, para incorporar la empresa Trend Gold Consultants en el Caribe. Wen Yunsong fue el único director y accionista de la empresa, que al parecer fue disuelta en 2008.

UBS
Este banco suizo colaboró en la incorporación de más de mil empresas establecidas por clientes chinos en territorios del Caribe, incluyendo Fullmark Consultants, una empresa administrada en su momento por Wen Rechun, hija  del ex primer ministro Wen Jiabao, y por su esposo.

JP Morgan Chase & Co.
El mayor banco de Estados Unidos se ha visto involucrado en dos escándalos, pues no solo le pagó 1.8 millones de dólares a Fullmark Consultants, sino que además se está investigando si sus prácticas de contratación en China no se enfocaron deliberadamente en los parientes de funcionarios poderosos con tal de ganar influencia.

 

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