Argentina optó por dañar sus relaciones comerciales con México y pone en riesgo la integración económica de América Latina.
Los pamperos decretaron que por cada carro que México vende a Argentina, el gobierno cobrará un 35 por ciento de arancel. Lo anterior sucedió unos meses después de que Argentina quisiera negociar el tratado ACE 55 con México, sin lograr ventajas para su economía. Este tratado de apertura comercial entró en vigor en 2003 entre Argentina, México, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Producción a la baja
El motivo principal de Argentina (no mencionado en sus declaraciones, desde luego) es su falta de competitividad para producir autos, que se han vuelto más costosos y de menor calidad que la del resto del mundo, y por eso su producción ha disminuido.
En los primeros cinco meses de este año, Argentina produjo 26.4 por ciento menos carros y 33.7 por ciento menos vehículos comerciales, en comparación con el mismo periodo de 2011.
En México, en cambio, la industria automotriz es competitiva y las exportaciones de autos han crecido. En el primer trimestre de este año, las exportaciones de autos aumentaron 14.8 por ciento.
Estimaciones de Business Monitor International apuntan a que de hoy a 2016, la producción anual de autos en México seguirá creciendo a una tasa mayor que la tasa de crecimiento promedio del resto de los países de la región.
Sin embargo, la amenaza argentina a México traerá pérdidas, se estima que tan solo en este año le cueste a la industria automotriz mexicana cerca de 750 millones de dólares.
México responderá el ataque poniendo medidas equivalentes, es decir, con aranceles a algunos productos argentinos; además reclamará ante dos instancias: la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
Es verdad que Argentina protege su propia economía salvaguardando su industria. Pero el problema es en el largo plazo.
Si todos las economías hicieran lo mismo necesariamente sacrificamos crecimiento por medio del aumento de precios, disminución de consumo y falta de competitividada regional.
Argentina está mandando mensajes negativos al resto del mundo sobre la forma de operar de las economías latinoamericanas.
Además está fomentando un círculo vicioso para la economía: yo te cobro, tú me cobras, y todos pagamos. Por eso la medida no sólo rompe un tratado, sino que pone en riesgo la integración de América Latina.
