Pese a que Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, figura como la esperanza para conservar el régimen democratico de su país y sus valores, incluidos los económicos, puede implicar la misma amenaza comercial y geopolítica para diversos países, incluido México, que un representante republicano.
Aunque el país se ha convertido en el principal exportador del mercado más poderoso del mundo, no implica que las condiciones que lo llevaron a posicionarse en ese lugar puedan conservarse a futuro, ya que en el marco de la contienda electoral por el liderazgo político de la gran potencia norteamericana, las facciones que compiten cuentan con una agenda que puede afectar a la economía nacional.
Y es que, más allá de las diferencias ideológicas que tiene con su antecesor, la administración Biden-Harris ha mantenido la mayoría de los aranceles de la guerra comercial que comenzó Donald Trump; incluso la candidata del Partido Demócrata ha propuesto ideas que cuentan con el potencial de afectar de forma negativa a la relación comercial que sostiene con la nación mexicana; una cuestión significativa ya que de ganar las elecciones, el T-MEC se discutirá bajo su administración, concuerdan especialistas consultados por este medio.
“Kamala tiene una tendencia proteccionista como Donald Trump, pero a diferencia del republicano, sus decisiones pueden afectar más la relación comercial con México, pues al expresidente ya lo conocemos, sabemos hacia dónde va su retórica, es un negociador fuerte, pero a veces no materializa todas sus amenazas, mientras que ella genera incertidumbre y ha tenido un panorama más gris en la política”, señala Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, a Reporte Índigo.
En el mismo sentido, Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, advierte que la candidata del Partido Demócrata “ha dejado muy en claro que la revisión del T-MEC va a ser extremadamente intensa, presionarán a México para que no reciba inversión extranjera de China, de manera particular en lo referente a la industria este automotriz, una de las que más impulsan la economía del país, pues ella promueve la protección y seguridad para Estados Unidos”.
Ausencia de claridad en la agenda económica de Harris
Aunque Kamala Harris se postulará por el Partido Demócrata, la ausencia de planteamientos propios respecto al aspecto económico y sus grandes pendientes para el caso estadounidense, plantea un escenario en el que la candidata tome el camino de darle continuidad al ideario de la facción política que representa y también de diversas medidas tomadas durante la última administración.
Al respecto, Martínez explica que Harris representa incertidumbre pues no ha propuesto una agenda económica en la mesa, incluso varios medios de comunicación estadounidenses señalan que en sus discursos ni siquiera ha mencionado la palabra “inflación”, que es uno de los desafíos para el gobierno del actual presidente Joe Biden.
Y destaca que dicho desafío se encuentra en el centro de la decisión de los votantes estadounidenses que acudirán a las urnas, de acuerdo con la más reciente encuesta de Harvard CAPS-Harris.
Pese a ello, el tema de la inflación no se ha manejado en la agenda demócrata pues en la plataforma del partido las ideas que se presentan son nivelar el campo de juego económico, pues se considera que está manipulada en contra del pueblo estadounidense y a favor de grandes empresas o de los ricos, aumentar los salarios mínimos de los trabajadores para que lleguen a 15 dólares por hora en 2026, mejorar la seguridad del empleado, y hasta construir un sistema de comercio internacional justo, al considerar que varios países han incumplido sus promesas de ser socios honestos y transparentes.
Gatopardismo político en la economía más grande del mundo
La presidencia de Estados Unidos se encuentra frente a dos caminos que representan los proyectos de Trump y Harris, pero pese a los señalamientos y críticas que se hace uno a otro respecto a sus carreras políticas, la realidad es que los intereses que representan no tienen una diferencia diametral, ya que ambos se centran en que su gobierno le dé prioridad al proteccionismo y al nacionalismo, destaca Siller.
Por su parte, Martínez detalla que existe una gran probabilidad de que tanto el representante del Partido Republicano como la del Demócrata busquen adoptar medidas similares como es el aumento de aranceles, tanto para México como para otras naciones, con el objetivo de beneficiar a la economía estadounidense, además de plantear un nuevo esquema que configuraría la seguridad comercial con el objetivo de que Estados Unidos esté blindado de China.