Es tan excéntrico que quizá pueda funcionar. Se rumora desde hace meses que la pequeña economía de Islandia, que fue objeto de estudio en el documental ganador del Oscar, “Dinero Sucio”, estará buscando alinearse económicamente con Canadá.
Lo sorprendente es que quieren hacerlo de la manera más radical posible: abandonando su moneda, la corona islandesa, y tomando como medio de intercambio nacional al dólar canadiense.
Según reportes de medios dentro del país, la opción es cada vez más viable y tiene el apoyo de importantes sectores productivos.
Además hay pocos problemas técnicos o económicos, y ambos países tienen intereses en recursos naturales similares.
Unirse a una moneda más liquida ayudaría al pequeño país a sortear dificultades que se han derivado de la inestabilidad financiera mundial.
Y como el centro de un boom financiero que se vivió previo a la crisis inmobiliaria del 2008, Islandia parece haber aprendido la lección.
Incluso la Primera Ministra, Johanna Sigurdardottir, ha advertido que el tipo de cambio tan volátil “no puede mantenerse sin cambio”.
Un dólar canadiense equivale a 5.79 coronas islandesas. La gran mayoría de los 320 mil habitantes de la pequeña isla también está de acuerdo.
Oficialmente, el gobierno busca unirse al Euro, pero dadas las circunstancias actuales, los islandeses ya no parecen estar muy emocionados con la idea.
Según una encuesta realizada por Gallup, 56 por ciento de los ciudadanos se oponen a la unión monetaria con Europa. En cambio, casi el 70 por ciento acepta la posibilidad de empezar a cargar en sus carteras y ganar sus sueldos en dólares canadienses.
Para Canadá, el impacto del cambio de moneda sería casi imperceptible, según economistas. La economía de Islandia es menos del 1 por ciento del tamaño de la canadiense.
La idea ciertamente alimenta el ego de los canadienses. ¿Qué mejor prueba para que el gobierno asegure que su economía esta fuerte?
Sin embargo, según el diario británico The Economist, todo podrían ser simples manipulaciones políticas del Partido Progresista para forzar a que el gobierno hable de alternativas al euro.
Cita al líder del partido como diciendo que “no estamos peleándonos por adoptar el dólar canadiense”.
De llevarse a cabo la adopción de la moneda, Islandia estaría en la corta lista de países que no tienen moneda propia y por lo tanto cedieron su autonomía monetaria. Entre ellos, Ecuador, El Salvador y, parcialmente, Panamá con el dólar estadounidense, además de Kiribati y Tuvalu, otras pequeñas islas, con el dólar australiano.
Además del efecto económico, analistas apuntan a que se trataría de un acercamiento estratégico con aliados de la zona, como Groenlandia, que también estaría dispuesto a desechar la corona danesa a favor del dólar canadiense, y con el propio Canadá, con los cuales Islandia podría formar una “unión ártica”.