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México se está enfrentando a un asalto doble, ya que el país fue azotado por un huracán en sus costas del Atlántico y una tormenta tropical en sus costas del Pacífico.
El huracán Ingrid (que pasó a convertirse en tormenta tropical) y la tormenta tropical Manuel (que ya desapareció) han causado daños en 30 estados del país, y dejado decenas de muertos tras su paso.
La Secretaría de Gobernación (Segob) anunció que se destinarán 500 millones de pesos tan solo en ayuda humanitaria urgente. Esto es adicional al gasto en infraestructura que tendrá que hacerse para reparar los daños causados por los desastres naturales.
Tan solo en el 2010, los desastres naturales en México causaron daños que superaron por casi mil millones de dólares el costo económico del terremoto de 1985 en el Distrito Federal, según reporta Protección Civil de México.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), organismo dependiente de la Segob, indica que en los últimos 12 años el impacto de los desastres naturales ha representado un costo de 2 mil millones de dólares anuales en promedio para México.
Un estudio del Cenapred coloca en más de 22 mil millones de pesos los daños y pérdidas causados tan solo en el sector vivienda por desastres naturales entre el 2000 y el 2012.
Aunque las autoridades del país no pueden ver el futuro y anticiparse con absoluta precisión a los daños causados por fenómenos climáticos, lo que sí puede hacerse es destinar gasto público a infraestructura y estrategias que le permitan a México enfrentar mejor este tipo de problemáticas y reducir sus daños económicos.
La estrategia de la OCDE
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) apuntó en un reporte reciente que el incremento en la severidad de las inundaciones y sequías causado por el cambio climático debería de ser una llamada urgente para que los gobiernos administren más efectivamente los riesgos relacionados con el agua.
Para la OCDE es clave adoptar una estrategia basada en el conocimiento de estos riesgos y la focalización de recursos para reducirlos, si se busca llevar al mínimo el impacto negativo de estos fenómenos.
En su reporte “Seguridad de Agua para Mejores Vidas”, la OCDE divide en tres ejes su estrategia sugerida.
El primer eje es la identificación de los riesgos, así como su probabilidad e impacto potencial. El segundo es la focalización de objetivos para combatir estos riesgos, de tal forma que se tomen en cuenta los factores interrelacionados con el uso del agua, como la producción de alimentos o energía.
El tercero es la administración de estos riesgos, de tal forma que se implementen políticas que reduzcan la vulnerabilidad al menor costo económico posible.
Aunque las inundaciones nunca pueden ser prevenidas por completo, la OCDE enfatiza que sus impactos económicos, ambientales y sociales pueden ser reducidos significativamente a través de la inversión en infraestructura hidráulica, como presas, diques, defensas contra inundaciones, sistemas de drenaje, y sistemas de gestión de aguas pluviales.
El costo del desastre
Según información de la aseguradora Aon Benfield, los desastres naturales alrededor del mundo causaron 200 mil millones de dólares en daños económicos durante el 2012, una cifra por encima del promedio de los últimos 10 años, que es de 187 mil millones de dólares.
En total, hubo 295 desastres naturales distintos, también por encima del promedio de los últimos 10 años, que es de 257.
Para Aon Benfield, un evento es considerado un desastre natural cuando cumple con por lo menos uno de los siguientes criterios: representa pérdidas económicas de 50 millones de dólares o más, representa pérdidas aseguradas de más de 25 millones de dólares, fue causa de 10 muertes o más, fue causa de 50 heridos o más, o desplazó a 2 mil personas o más.
Más de la mitad de estos daños económicos se debieron a inundaciones, ciclones tropicales y condiciones climáticas severas.
Tan solo en China, tres casos de inundaciones resultaron en pérdidas totales de más de 14.3 mil millones de dólares.
De los 85 mil millones de dólares en pérdidas económicas que los desastres naturales han causado en este año, 42 por ciento ha sido resultado de inundaciones en Europa, Asia, Canadá y Australia.
Desastre cíclico
Diferentes entidades del país se enfrentan periódicamente ante las mismas dificultades causadas por las intensas lluvias y la falta de planeación a largo plazo
> Nuevo León
Primero Gilberto y luego Alex. Las tormentas que han llegado al estado norteño han dejado su huella e impulsado trabajo de reconstrucción, pero la infraestructura necesaria para prevenir las catástrofes sigue sin aparecer.
Hace apenas 3 años la Comisión Nacional del Agua destinó alrededor de 60 millones de pesos únicamente para las acciones iniciales de emergencia en Nuevo León y Tamaulipas.
A pesar de que el tamaño de Ingrid es menor al de estos huracanes, cientos de hogares ya han tenido que ser desalojados y las vialidades restringen la movilidad de los ciudadanos.
> Tabasco
Las inundaciones ocasionadas en octubre del 2007 dejaron a más de 400 mil damnificados y al 70 por ciento de la entidad bajo el agua.
Considerada como una de las peores catástrofes naturales en Tabasco, el desbordamineto de los ríos afectaron principalmente a las comunidades de escasos recursos.
En su momento, el exgobernador Andrés Granier solicitó a la federación más de 7 mil millones de pesos para hacer frente a los daños. Por su parte, directivos de la ONU señalaron que la tragedia pudo haber sido evitada con medidas sencillas y baratas como alertas tempranas.
> Veracruz
Ya sea Barry o Fernand, parece ser que cualquier tromenta tropical provoca inundaciones en Veracruz y deja a cientos de familias incomunicadas.
Los daños a las vías de comunicación afectan la actividad económica del país que no encuentra otros medios de transporte. Debido a las fuertes lluvias del 2010, la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar) reportó pérdidas de por lo menos 100 millones de pesos para las empresas que no consiguieron transportar o recibir su mercancía correspondiente.
En estos días ya van más de 20 mil viviendas afectadas y 120 poblados incomunicados por deficiencias en la infraestructura.
> Guerrero
El huracán Carlotta del año pasado dejó a más de 150 mil damnificados y 12 mil viviendas con daños materiales en Guerrero y Oaxaca.
Los daños a los comercios obligaron al gobierno a ofrecer apoyos directos de 5 mil pesos y créditos de hasta 60 mil para intentar rescatar al sector turístico con un costo aproximado de 90 millones de pesos. Otro de los sectores más afectados es el de la agricultura, donde las cosechas se ven fuertemente afectadas.
En estos momentos se ha registrado el desbordamiento de casi 11 ríos y cerca de 2 mil viviendas afectadas por las intensas lluvias en gran parte del país.