Informalidad, la otra escudería de F1
Por cuarto año consecutivo la Fórmula Uno regresa a México. Aunque en cada edición se suman aficionados, el mercado irregular también ha hecho negocio con este evento deportivo
Nayeli Meza OrozcoDetrás del glamour se mueve un negocio informal. La reventa de boletos y la comercialización de mercancías de origen ilícito y procedencia extranjera va en aumento en cada edición del Gran Premio de México de la Fórmula Uno, a pesar de las medidas de seguridad que se han implementado para frenar su avance.
En su intento por obtener una tajada de las ganancias millonarias que deja el evento deportivo, el sector irregular encontró el modo de llegar a los fanáticos del ‘Gran Circo’ mediante prácticas que a veces incurren en lo ilegal.
Cada año, es común encontrar en la estación del Metro Velódromo y en los alrededores de las puertas del Autódromo Hermanos Rodríguez a comerciantes que ofrecen boletos para asistir a la máxima categoría del automovilismo.
El precio en reventa de los boletos de la carrera, que este año celebra su cuarta edición, va de los 2 mil a los 30 mil pesos por día, según un sondeo realizado por Reporte Índigo.
Sin embargo, el monto se dispara a un rango de 3 mil en zona general y 60 mil pesos en zona VIP para el domingo 28 de octubre, día en que se realizará la carrera del Gran Premio de México.
Las plataformas que se dedican a la compra y venta de entradas en internet y que fungen como un intermediario también obtienen un beneficio.
En estos sitios web las entradas se pueden encontrar desde 5 mil hasta 20 mil pesos, y en algunos casos ya no hay boletos disponibles para asistir a la Fórmula Uno.
A diferencia de la reventa tradicional, que se castiga con detención y sanciones económicas, la comercialización vía internet no está tipificada como delito en México y por lo tanto no es considerado como un acto fuera de la ley.
Alrededor de 40 por ciento de las entradas que se venden en el país para deportes, conciertos, teatro y otros eventos de entretenimiento en vivo se distribuyen por este canal digital, según StubHub, empresa de intercambio de boletos en línea propiedad de eBay.
“El gran error que comenten las personas es que muchas veces acuden directamente a los canales informales porque creen que ahí los encontrarán más fácil y esto no siempre ocurre, además de que se exponen a que los boletos no sean originales”, dice Rafael Nosti, director de ventas y eventos especiales de Grupo Mundomex.
Por el contrario, en páginas autorizadas por los organizadores del Gran Premio, las entradas más económicas cuestan mil 500 pesos más impuestos para la Grada 2A.
De ahí escalan a 5 mil; 6 mil 500, 12 mil; en la zona Main Grandstand ascienden hasta los 22 mil 500 pesos, en tanto que para acceder a Trackside Lounge se deben desembolsar 23 mil 200 pesos más cargos por servicio.
Aunque la reventa de boletos para asistir al ‘Gran Circo’ crece cada año, Nosti considera que este mercado informal tiene sus huecos.
“La reventa para este tipo de eventos no deja un beneficio, al contrario, en redes sociales encuentras a personas ofreciendo boletos que les regalaron y muchas veces con tal de deshacerse de ellos los abaratan”, detalla el director de ventas y eventos especiales de la única agencia autorizada en México para comercializar paquetes y boletos para esta clase de justas deportivas.
Piratería pisa el acelerador
La comercialización de boletos en el mercado secundario no es el único negocio que prospera con la celebración del Grand Prix en México, también ganan aquellos que venden mercancía ilegal.
Yael Gutierrez, directora de comercio exterior en SGS México, explica que la piratería le genera al país una pérdida de recaudación de 250 mil millones de pesos y ocasiona un daño a la propiedad intelectual de las marcas, pero no es la única afectación.
Aunque el gobierno capitalino ha implementado operativos para inhibir esta práctica al exterior del Autódromo Hermanos Rodríguez durante la fiesta deportiva, cada año elementos policiacos aseguran prendas como playeras, gorras, sudaderas, mochilas, juguetes y productos de los que no se tiene acreditada la legal posesión.
Cifras del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) muestran que en los últimos seis años decomisaron 18.5 millones de productos pirata en aduanas del país.
Aunque muchos mexicanos adquieren souvenirs en comercios informales durante la Fórmula 1, debido a que no cuentan con recursos para comprarlos en puntos de venta oficiales, Gutierrez considera que esto no debe ser motivo para incentivar la piratería.
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