La industria aseguradora abrió el paraguas. El contexto actual de la pandemia y el avance del cambio climático crearon la tormenta perfecta para las empresas del sector en México y el mundo.
Aunque no es la primera vez que las compañías aseguradoras resisten una crisis, el COVID-19 provocó un cambio de ruta en los planes, aunado a un incremento en el nivel de cobertura.
El mayor reto en el país es que se carece de una cultura aseguradora y las cifras lo evidencian: solo uno de cada 10 mexicanos tiene una póliza y la penetración dentro de los países de la OCDE es la más baja al ubicarse en 2.3 por ciento en contraste con el 8.9 por ciento promedio del bloque.
2.3
Dentro de la emergencia sanitaria, el ramo más favorecido fue el automotriz porque las restricciones de movilidad al incio de El Gran Confinamiento provocaron que las personas no utilizaran sus vehículos, algo que con la reapertura se espera que cambie.
En gastos médicos la situación es compleja porque de un lado están los siniestros de COVID-19 y del otro los pacientes asegurados que prefieren no acudir a hospitales por temor a contagiarse.
Cifras de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) hasta el 3 de agosto revelan que 6 mil 047 personas con COVID-19han usado su seguro de gastos médicos, a quienes en conjunto se les han pagado 2 mil 597 millones de pesos.
Esta cobertura les evitó un desembolso por hasta 429 mil pesos en gastos generales de hospitalización y atención médica.
6,047
En el caso de los 7 mil 207 pacientes que perdieron la vida a causa del virus y tenían un seguro de vida, las empresas pagaron indemnizaciones por un monto total de mil 507 millones de pesos a sus familiares.
Mario Vela, CEO y presidente de Prudential México, reconoce que ninguna pandemia se puede prevenir aunque históricamente ocurra una cada 100 años, por ello lo más recomendable es estar bien preparado para saber cómo reaccionar.
“El sector siempre ha estado muy bien capitalizado y las reservas con las que cuenta son muy importantes, aunque no se puede dejar de lado que la pandemia nos pegó de diferentes maneras y por esa razón es muy importante que sigamos promoviendo la cultura del seguro en México”, agrega.
Cambio de clima en la industria aseguradora
La actual crisis sanitaria aceleró la transformación del sector que el cambio climático comenzó hace unos años frente al incremento en desastres naturales. En ambos frentes los sectores agrícola y de salud muestran una mayor vulnerabilidad.
El aumento de los riesgos asociados a estos dos factores hace necesaria una nueva estrategia. Hoy, miles de organizaciones en todo el mundo se preparan para proteger a sus empleados.
En el caso de México, en siete de cada 10 empresas que ofrecieron el apoyo de una póliza a sus trabajadores, 33 por ciento correspondieron a seguros individuales de gastos médicos y el 67 por ciento lo solicitó en grupo. Con el seguro de vida individual la cifra es de 19 por ciento, frente al 81 por ciento colectivo, de acuerdo con datos de la AMIS.
Respecto al monto promedio de indemnización, en gastos médicos individuales es de 495 mil 446 pesos, en tanto que el colectivo es de 397 mil 877 pesos. En el seguro de vida individual la cifra asciende a 417 mil 729 pesos, y en colectivo a 159 mil 261 pesos.
La apuesta por crear productos que se anticipen a las próximas emergencias de salud puede ser el siguiente paso en la nueva normalidad, ya que muchas empresas que lucharon para sobrevivir harán consciencia sobre la importancia de estar bien protegidos.
En Estados Unidos algunas de las compañías de la industria aseguradora están en el proceso de diseñar nuevas pólizas que, aun cuando se espera que sean más costosas, ofrecerán mecanismos para que las organizaciones puedan protegerse de demandas laborales o paros en caso de que ocurra otra pandemia como la que hoy se vive.
Mario Vela opina que las empresas deberán mejorar sus sistemas para incentivar el trato con sus clientes y agentes, pues el distanciamiento social obliga a repensar en otro tipo de soluciones.
En nuestro caso la pandemia nos impulsó y obligó a ser digitales cuando nunca pensamos que lo seríamos, pero esta fue la única manera de seguir trabajando y desde esa perspectiva nos ha ido bien
