Incertidumbre y bajo crecimiento económico amenazan al Viejo Continente en 2025
Pérdida de dinamismo en la producción industrial, presiones inflacionarias e incertidumbre por las tensiones geopolíticas vigentes limitan el crecimiento europeo
Gabriel NavaEl núcleo económico y comercial del Viejo Continente se perfila a enfrentar 2025 con un crecimiento distante al que solía registrar hace apenas algunos años, presiones inflacionarias que todavía afectan a los consumidores y movimientos políticos radicales que amenazan su integración y armonía.
Lo que alguna vez fuera la región más relevante para el desarrollo económico occidental, hoy se observa amenazada por diversos flancos, en el que destaca particularmente el componente económico.
Por ejemplo, el Producto Interno Bruto de la eurozona se perfila a crecer 0.7 por ciento de acuerdo con el Banco Central Europeo (BCE); una magnitud marginal en comparación a lo que solía registrar antes del inicio de la pandemia.
“Todas las economías cayeron y los siguientes dos años después de la pandemia todas crecieron por un rebote, pero fuera de ese periodo al menos ya tiene una década, la región europea, con problemas de crecimiento; actualmente se encuentra creciendo por debajo del uno por ciento y creo que una de las principales razones que explica eso es que el mundo después de la pandemia se está transformando y es algo en el que el Viejo Continente no está bien posicionado”, explicó en entrevista para Reporte Índigo, Ramón de la Rosa, analista económico en Actinver.
Al respecto, el también economista puntualizó que tal contexto no implica que Europa, la Unión Europea o la eurozona hayan dejado de ser relevantes en el plano económico y comercial global, sino que los centros relevantes de desarrollo tecnológico, producción industrial y crecimiento económico actualmente se encuentran en otras latitudes, Estados Unidos y China específicamente.
Por otro lado, Beata Wojna, doctora y profesora de relaciones internacionales en el Tecnológico de Monterrey, expuso a este medio que la región ha logrado sortear un panorama retador que ha implicado desde emergencias sanitarias de corte internacional, hasta tensiones bélicas, y su reflejo en la esfera económica.
“Podríamos decir que hay una recuperación de las tasas de crecimiento en el contexto europeo y eso refleja cierta resiliencia ante los factores que han estado impactando de forma sustancial en los últimos tiempos. Entonces, las perspectivas para 2025 se ven mejores que para 2024, aunque eso no significa que la región ha regresado a la situación previa a la pandemia ni que todos los países que la integran van a registrar el mismo crecimiento”, dijo la académica.
Lo expuesto por los especialistas consultados toma una mayor sentido si se considera lo que Mario Draghi, ex presidente del BCE, alertó recientemente “Tenemos los precios de la energía más altos, las empresas de la región se enfrentan a precios de la electricidad que son dos o tres veces más altos que los de Estados Unidos y China; estamos muy rezagados en materia de nuevas tecnologías, sólo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas son europeas”.
Los factores que han incidido para limitar el crecimiento económico dentro de Europa
La pérdida de fortaleza económica y comercial que ha experimentado la región europea puede ser explicada por diversos factores, pero en consideración de Wojna y de la Rosa la incertidumbre provocada por las tensiones geopolíticas vigentes, la caída de la producción industrial y las presiones inflacionarias destacan por tomar una relevancia especial.
“El componente geopolítico sí se mantiene, tal como lo tenemos en estos momentos, no generaría cambios negativos adicionales. Ahora bien, hay mucha incertidumbre por saber qué pasará en el mundo en 2025, por lo que no se puede descartar un escenario en el cual veamos un incremento de las tensiones en el contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania o incluso un conflicto nuevo; es un escenario que podría generar un impacto negativo en la economía de Europa y en la de todo el mundo”, advirtió la profesora de relaciones internacionales en el Tecnológico de Monterrey.
Por su parte, el analista económico en Actinver destacó que “la producción industrial en 2023 cayó 1.7 por ciento y en 2024 van a retroceder cerca del tres por ciento, hacia adelante no se ve tampoco muy optimista. Tal vez ya no con caídas tan fuertes, incluso con crecimientos cercanos al 0.5 o 0.8 por ciento. Y la razón es que Alemania, que era el motor de crecimiento industrial, está de capa caída, no solo por el cambio tecnológico, sino también porque tiene muchas dificultades para producir en un entorno que se ha complicado para conseguir proveedores de materias primas”.
Cabe destacar que la inflación en la eurozona ha repuntado luego de haber logrado revertir una inflación de 10.6 por ciento registrada en octubre de 2022, según los datos de Eurostat; lo que genera un impacto significativo en millones de consumidores europeos.
Movimientos radicales, una consecuencia del bajo crecimiento económico y la incertidumbre
El panorama económico por el que atraviesa el Viejo Continente ha generado que los movimientos políticos considerados de extrema derecha cuenten con cada vez más aceptación en diversas naciones, entre las que destacan Alemania, Francia, España e Italia.
Sus agendas económicas cuentan con el potencial de afectar la armonía que se vive en la región gracias a las posturas intolerantes, proteccionistas y discriminatorias; sin embargo, no tienen la capacidad de impulsar una fragmentación en la Unión Europea o la eurozona, concluyeron los analistas.