Impulso digital a la inclusión financiera

Sergio Iván González Sergio Iván González Publicado el
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El desarrollo tecnológico intensivo en los servicios financieros del país y la inclusión financiera, podría derivar en el aumento de hasta 14 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Hasta ahora, los servicios financieros en México han estado excesivamente concentrados y dificultan la llegada de más actores al sector, sobre todo aquellos que son disruptivos, lo que impide la integración de más personas, advierte la “Propuesta para Impulsar la Inclusión Financiera a través de la Tecnología”, presentada en la Cámara de Diputados.

De acuerdo con el documento es necesario facilitar la entrada y desarrollo de más participantes al sector financiero, en específico del sector de ahorro y crédito popular que, con el apoyo de la tecnología, ofrecen servicios más accesibles.

“El bajo desarrollo del sistema financiero mexicano, en términos de penetración, se convierte en un factor que precondiciona de manera negativa las posibilidades de crecimiento de la economía y las posibilidades de ingresos de millones de mexicanos”, advierte el estudio.

Hasta 2021, 68 por ciento de la población mayor a 18 años contaba con al menos un producto financiero ya sea un crédito formal, un producto de captación, una cuenta de ahorro para el retiro o un seguro.

Por ejemplo, aunque durante los últimos años se ha registrado un incremento en el manejo de créditos formales entre los mexicanos, persiste la reticencia a evitar adquirir uno entre 53 por ciento de la población, en gran medida porque “no les gusta endeudarse”, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021.

Durante 2021 se detectó que 33 por ciento de los adultos contaban con un crédito formal, que representó un incremento de dos puntos porcentuales frente a los que tenía uno en 2018; en tanto que 31 por ciento tuvo acceso a un crédito informal, que resultó ser ocho puntos porcentuales menos que hace tres años.

La ENIF apunta que el acceso a un crédito puede tener efectos positivos en la calidad de vida de la población, además, hacer un buen manejo de éste permite a las personas acceder a bienes y servicios que, probablemente por limitaciones en su ingreso disponible, no podrían obtener.

En el caso del ahorro formal, el documento del INEGI también señala que 21 por ciento de la población mayor a 18 años cuenta con un producto para el ahorro formal, en tanto que 63 por ciento de la población ahorra a través de herramientas informales.

Estos datos evidencian lo que el documento extraído de la Cámara de Diputados advierte: México es una de las naciones de América Latina con peores indicadores de inclusión financiera.

“La principal causa de la falta de inclusión financiera es que la banca tradicional no ofrece servicios a sectores de la población de ingresos medios y bajos, con fuentes de ingresos y trayectorias laborales diversas, con salarios estables, pero no siempre formales, con poco tiempo para acudir a sucursales y que requiere alternativas de ahorro, crédito y seguros que ahora no puede acceder, o pagar”

Propuesta para Impulsar la Inclusión Financiera a través de la Tecnología

Los sectores más afectados por esta baja inclusión financiera son los habitantes de zonas rurales, los jóvenes y las mujeres.

Las condiciones actuales de la banca tradicional en este momento difícilmente van a enfocarse en otro sector que no sea el que obtienen grandes utilidades, advierte el estudio.

Crecimiento de las fintechs y la inclusión financiera

El estudio pone de ejemplo el crecimiento de los servicios financieros tecnológicos en Brasil en donde 85 por ciento de la población tiene acceso a estos servicios. Uno de los casos de éxito en este país es la plataforma digital, Nubank, que ha sido la puerta de entrada para 5.6 millones.

Tomando en cuenta este ejemplo el documento señala que es necesario integrar políticas públicas que aceleren “la provisión de servicios financieros por parte de nuevos intermediarios, con modelos de negocio innovadores, transparentes y de menor costo, basados en tecnología sólida y segura, capaces de ofrecer nuevos productos, principalmente a quienes no son actualmente usuarios de la banca”.

Específica que se requieren parámetros y mecanismos de supervisión efectivos en el tema de ciberseguridad, para este tipo de empresas. Además de que se trabajen en procesos de educación financiera, que facilite el uso responsable de las fintechs entre personas de distintas edades y niveles educativos.

“Al dar acceso a más personas al sector financiero, reduciremos la pobreza y apoyaremos el desarrollo de segmentos tradicionalmente marginados de la población, como mujeres, jóvenes, personas en la economía informal y comunidades rurales”, detalla el documento.

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