Impuesto 
al estudiante

La reforma fiscal presentada el domingo por el ejecutivo federal contempla cobrar el 16 por ciento de Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las colegiaturas de escuelas privadas.

El gobierno afirma que el impuesto es un medida progresiva establecida para que los más ricos paguen más y los más pobres paguen menos. 

Estima que el 39 por ciento del gasto corriente que las familias mexicanas realizan en educación se concentra en el 10 por ciento de los hogares de mayores ingresos.

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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22,000
millones de pesos es el costo para mantener en el sistema público a los estudiantes que provienen de universidades privadas
“De aprobarse este impuesto, México sería el único país competitivo progresista que tendría un impuesto sobre educación"
Rodrigo Guerra Botellosecretario general de Fimpes
El 25 por ciento de los alumnos 
que actualmente asisten 
a universidades privadas no podrían pagar el aumento en las colegiaturas, que se estima en un incremento 
de 70 mil pesos al año
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La reforma fiscal presentada el domingo por el ejecutivo federal contempla cobrar el 16 por ciento de Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las colegiaturas de escuelas privadas.

El gobierno afirma que el impuesto es un medida progresiva establecida para que los más ricos paguen más y los más pobres paguen menos. 

Estima que el 39 por ciento del gasto corriente que las familias mexicanas realizan en educación se concentra en el 10 por ciento de los hogares de mayores ingresos.

Sin embargo, no solo los más ricos se ven en la necesidad de buscar alternativas para la deficiente educación pública. Para muchos asistir a una escuela privada es una necesidad para salir adelante.

Bajo estas condiciones, ¿quienes son los que estarían obligados a pagar este nuevo impuesto? La respuesta: los estudiantes universitarios.

Educación privada

En México existen escuelas privadas para todos los niveles educativos, pero la gran mayoría se concentra en las universidades.

De acuerdo a un estudio reciente del Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL), el porcentaje de población que asiste a escuelas privadas es muy poco cuando se trata de los niveles básicos de educación, pero aumenta considerablemente en el nivel superior.

En ese sentido, en los niveles de educación inicial, primario y medio se registran porcentajes del 14, 9.6 y 13.2 por ciento, respectivamente, en educación privada. 

En otras palabras, hasta antes de llegar a la universidad, alrededor del 12.26 por ciento de los mexicanos que tienen acceso a la educación lo hacen a través de escuelas privadas.

Estos datos cambian cuando entran en juego la universidades. Los datos recabados por el SITEAL afirman que el 35.2 por ciento de los estudiantes universitarios asisten a escuelas privadas.

De tal modo, el impuesto que se pretende cobrar en las colegiaturas afectaría principalmente a los universitarios que a menudo se encuentran en dificultades económicas para financiar sus estudios.

Poco espacio universitario

El principal obstáculo al que se enfrentan las universidades en México es la cobertura. Cada vez hay más jóvenes que desean estudiar y no encuentran una plaza disponible. 

Esto puede explicar en parte porqué las escuelas privadas juegan un papel más relevante en la educación superior.

De acuerdo a cifras recabadas por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en los últimos años la educación privada ha superado en crecimiento a la pública.

En los últimos 35 años, el número de docentes en el sector público creció en un 556 por ciento, mientras que en el privado creció 2 mil 49 por ciento. Asimismo, ahora existen 445 por ciento más de escuelas públicas, pero mil 657 por ciento más de privadas.

La UdeG afirma que, a pesar de esta expansión, muchos jóvenes no llegan a estudiar porque no encuentran espacios en las escuelas o no cuentan con los recursos económicos suficientes para ingresar en alguna universidad privada.

Alrededor del 30 por ciento de los jóvenes que buscan ingresar a las universidades (sin contar con aquellos que no buscan este tipo de educación) no consiguen entrar por falta de espacio y/o dinero.

Con la imposición del IVA a colegiaturas los estudiantes universitarios tendrán que luchar no solo por conseguir una plaza en la universidad, si no que tendrán que pagar 16 por ciento más de colegiatura.

En otras palabras, la educación pública no tiene la capacidad de ofrecer universidad a los jóvenes mexicanos. Aun y cuando las escuelas privadas matriculan al 35.2 por ciento de los estudiantes universitarios, todavía existe un 30 por ciento de jóvenes que no pueden completar sus estudios en la educación superior. 

En ese sentido, México se encuentra en el top 5 de países de la Organización para los Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que tiene el menor número de jóvenes en las universidades.

Migración educativa

Otro efecto que tendría el impuesto del IVA en la educación es la migración masiva de estudiantes de escuelas privadas a públicas.

La Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (Fimpes) asegura que, con motivo del impuesto, alrededor de 400 mil estudiantes universitarios se quedarían sin los medios para continuar estudiando y se verían forzados a ingresar en el sistema de educación pública.

Lo anterior se debe a que alrededor del 20 y 25 por ciento de los estudiantes en universidades privadas no podrían pagar el aumento en las colegiaturas, que se estiman represente un incremento de 70 mil pesos al año.

“De aprobarse este impuesto, México sería el único país competitivo progresista que tendría un impuesto sobre educación”, declaró Rodrigo Guerra Botello, secretario general de Fimpes mediante un comunicado.

La migración estudiantil se toparía con un sistema público saturado, que tendría que invertir más de 22 mil millones de pesos para atender a los estudiantes que provienen de las escuelas privadas.

Este costo contrasta con la recaudación de 11 mil millones de pesos que se estima genere el IVA en las colegiaturas. Al final de cuentas, el nuevo impuesto generaría más gastos que ingresos para el gobierno.

Asimismo, el Fimpes afirma que la educación es una inversión, por lo que no debe ser considerada como un consumo y aplicarle el IVA como a otros productos y servicios.

Guerra Botello destacó que la educación superior privada, a través de los estudiantes, ahorra al erario público 130 mil millones de pesos únicamente en pagos de colegiaturas, por lo que invitó al debate de la reforma fiscal.

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