¿Héroe o villano?
Conductores de Uber en distintas ciudades han protestado en los últimos meses contra las tácticas de la empresa, citando los menores ingresos y mayores riesgos a los que se enfrentan e indicando que “son los conductores quienes absorben los costos de esta empresa multimillonaria”.
Entre las principales demandas de los conductores está el que Uber deje de mantener precios artificialmente bajos, mediante la eliminación de su reducción (primero temporal, ahora permanente) de 20 por ciento en las tarifas y de la prohibición a la recolección de propinas.
Rolando Hinojosahttp://youtu.be/YNu2K1gs5e0
Conductores de Uber en distintas ciudades han protestado en los últimos meses contra las tácticas de la empresa, citando los menores ingresos y mayores riesgos a los que se enfrentan e indicando que “son los conductores quienes absorben los costos de esta empresa multimillonaria”.
Entre las principales demandas de los conductores está el que Uber deje de mantener precios artificialmente bajos, mediante la eliminación de su reducción (primero temporal, ahora permanente) de 20 por ciento en las tarifas y de la prohibición a la recolección de propinas.
Los conductores además demandan que la empresa reduzca, pasando de 20 a 15 por ciento, la comisión que cobra sobre cada tarifa, que se les ofrezca más seguridad laboral (con procesos estandarizados), y el que Uber los cubra bajo su seguro en caso de un accidente para que no sean ellos quienes absorban todos los riesgos de la empresa.
Competencia desleal
Uber en general (y su equipo en Nueva York en particular) ha sido acusada de usar tácticas excesivas en contra de su competencia en los servicios de transporte particular a través de aplicaciones.
Empresas como Gett y Lyft, que operan bajo un modelo similar, han sido atacadas mediante esfuerzos coordinados por parte de Uber, donde personas asociadas con la empresa solicitan y después cancelan miles de automóviles de la competencia para entorpecer sus operaciones y servicios.
Pero Uber no sólo intenta frenar los servicios de sus rivales, sino que además ha buscado robarles empleados e impedirles reunir capital.
A través de equipos de representantes, Uber utiliza los servicios de la competencia para en el proceso ofrecerle incentivos a los conductores para que se unan a Uber.
También ha insistido en imponer restricciones a sus inversionistas para evitarles invertir en sus competidores.
Contra los periodistas
Uber también se ha visto implicado en tácticas sucias en contra de los periodistas que han dado cobertura negativa a la empresa, incluso llegando a violar su privacidad.
El escándalo es el resultado de comentarios informales realizados por Emil Michael, vicepresidente de negocios de Uber, quien sugirió que la empresa debería de contratar investigadores para encontrar detalles vergonzosos en las vidas personales de los periodistas que los critican.
En particular se refería a Sarah Lacy, editora del sitio PandoDaily para usar esa información en su contra.
Uber además ha sido acusado de violar la privacidad de sus usuarios (en contra de su propio acuerdo de uso), ya que sus ejecutivos tienen la posibilidad de rastrear trayectos de vehículos individuales.
En este caso, esta herramienta también se ha usado en particular para rastrear a periodistas que han criticado a Uber.
Más valioso que Twitter
Aun con sus controversiales tácticas y escándalos recientes, Uber no tiene impedimentos para seguir creciendo y reuniendo capital.
De hecho, Bloomberg reporta que la compañía está cerca de completar una nueva ronda de financiamiento que le daría una valuación de entre 35 y 40 mil millones de dólares.
Si lo logra, Uber doblaría su valor (que actualmente es de aproximadamente 17 mil millones de dólares) y sería 1.5 veces más valioso que la red social Twitter, y casi cuatro veces más valioso que la empresa de renta de autos Hertz.
Uber pasaría entonces a equivaler el valor de Delta Airlines o Kraft Foods.
Según fuentes cercanas al proceso, Uber utilizaría este dinero para continuar con su expansión internacional, que en tan sólo cinco años ha alcanzado 229 ciudades en 46 países alrededor del mundo, incluyendo a México.